No me digáis que no es una cifra rara para hacer un top de los lugares que más nos han gustado. Lo más lógico sería un top 5, un top 10 o un top 30 si hace falta… ¿Pero 33? Sé que soy un tanto raro… Pero todo tiene su explicación. La verdad que nunca me he animado a hacer un top de nada, y eso que soy muy dado a leerlos, pero no se… nunca me había planteado hacer uno. Pero la verdad que me parecen una buena forma de recordar lugares y experiencias vividas y que hasta escribiéndolos disfrutas más que con otros artículos. ¿Pero por qué 33? Pues por una sencilla razón. Hoy, 16 de noviembre cumplo la bíblica edad de 33 años.
Llevo nada más que 7 años viajando fuera de nuestras fronteras. Comencé en agosto del 2005 cuando compré un billete a París para ir a ver a una amiga, y desde ese momento intento viajar en cuanto puedo, lo que me ha permitido visitar ya unos cuantos países y culturas diferentes. Y con tantas diferencias que hay en nuestro mundo, al final siempre te acabas sorprendiendo con algo, acabas degustando las cosas con otro sentimiento y poco a poco vas acumulando lugares en tu retina que jamás olvidaras. Pues bien, ese es el objeto de este top. Reunir 33 lugares y situaciones que hayamos vivido con una intensidad mayor que con cualquier otro lugar. No se tratan de los mejores lugares del mundo ni los más bonitos (aún nos quedan muchos por ver…), sino los lugares que a título personal entre Eva y yo hemos seleccionado como los mejores que hemos conocido hasta ahora viajando. Y dejémonos de tantas explicaciones porque al final este post se va a hacer eterno. Comencemos arbitrariamente por el primero.
1.- Pasear por la Gran Muralla China
Una de las grandes obras de la ingeniaría militar de toda la historia de la humanidad. La Gran Muralla China nos cautivó la primera vez que la visitamos en el 2009 y no nos defraudó tampoco el año pasado, pero reconozco que la primera vez, cuando hicimos el tramo andando entre Jinshanling y Simatai, llegamos a conectar plenamente con ella. Fueron cuatro horas andando sobre la muralla sin prácticamente más gente que nosotros, en un tramo en el que la muralla está prácticamente sin restaurar (por no decir nada restaurada), y ver la serpenteante figura de esta construcción con nuestros propios ojos es algo que nunca olvidaremos. La llaman el mayor cementerio del mundo por la cantidad de gente que hay enterrada a lo largo de sus casi 9.000 km de longitud. Obreros que durante los 1.500 años que duró su construcción perecieron en sus inmediaciones y fueron enterrados allí mismo. Hoy es patrimonio de la humanidad y una de las 7 maravillas del mundo moderno.
2.- Vislumbrar el Taj Mahal
Personalmente creo que es una de las construcciones humanas más bellas que el hombre podrá ver, y parece mentira tratándose de tan solo un sepulcro. Esta increíble construcción fue creada por el emperador Shah Jahan para el descanso eterno de su amada Mumtaz Mahal y cuando la visitamos nosotros sencillamente nos quitó el aliento. La primera visión del Taj Mahal la tuvimos desde los jardines del hotel anocheciendo y parecía puesto allí por un ente sobrenatural. El mármol pulcro y sus desmesuradas dimensiones te hacen creer que estés viendo una construcción salida de algún cuento. Nosotros cuando íbamos saliendo del recinto no podíamos parar de mirar hacia atrás y decirnos a nosotros mismos, «que bonito».
3.- Ver la torre Eiffel
Quién les iba a decir a los franceses, que aquella extravagante antena férrea que construyeron para la exposición universal de 1889 se iba a convertir en el mayor reclamo turístico hoy en día del país. Y pese a ser algo que está muy visto, a mi me sigue encantando verla. La tengo especial cariño porque fue el primer monumento famoso que divisé con mis propios ojos. Era en aquel primer viaje que hice. Acababa de llegar a París y estaba en el metro de camino al lugar donde había quedado con mi amiga, y cuando atravesábamos el río Sena, la exclamación de la gente hizo que me volviera en mi asiento. Detrás de mí estaba la iluminada y destellante figura de la torre Eiffel.
4.- Llegar a Machu Picchu
Otra de las siete maravillas del mundo moderno y con razón. Solo al llegar hasta Machu Picchu y verlo con tus propios ojos tomas conciencia de lo que es. Una antigua ciudad maya escondida durante años en medio de un paisaje natural abrumador. Este lugar es uno de esos que te quitan el habla al verlo por primera vez. Cuando iba camino de él y lo divisé por primera vez, por mi boca salió un «¡guaauuu…!» de los más sinceros que he tenido. ¡Te tienes que frotar los ojos para ver si es cierto!
5.- Entrar en barca al Lago Sandoval
Y nos quedamos en Perú, porque allí fue donde vimos por primera vez una selva auténtica. Fueron tres días cortos, pero la experiencia fue para toda la vida. Sentirnos dentro de un paraje tan virgen no se consigue a no ser que se vaya a un lugar así. Solo de imaginarme la cantidad de kilómetros cuadrados de selva que habrá por explorar se me pone la piel de gallina. Esta en concreto, la zona del lago Sandoval, ya recibe muchos turistas, pero aun así la sensación que te llevas es de haber estado en un paraje sin igual. La entrada en bote de remo al lago Sandoval dudo que la olvidemos nunca.
6.- Lagos de Plitvice en Croacia
Seguimos con los lagos y me acuerdo de los lagos de Plitvice. Estos fueron los causantes de que hiciéramos aquel viaje en coche por la costa croata en el 2008. En un principio el viaje iba a ser por el norte de Italia, pero cuando vi una foto de los lagos dije… «quiero ir a verlos». Y así hicimos, convirtiendo aquel viaje en uno de los que recuerdo más gratamente. Después de dos días en coche desde Madrid, llegamos a este precioso parque nacional croata que lleva 33 años siendo patrimonio de la humanidad, los mismos años que cumplo hoy yo. Dar un paseo alrededor de ellos y observar su impoluta agua de color azul turquesa es suficiente para darse cuenta el porqué de tanta fama en el país.
7.- Subir al Jungfrau
Uno de los picos más alto de Europa al que se llega en uno de los trayectos en tren más bonitos de Europa. El viaje comienza en el valle idílico de Lauterbrunnen y prosigue la marcha poco a poco hasta la cima. El paisaje va cambiando continuamente hasta llegar a los 3.454 metros donde se sitúa la estación de tren a más altitud de Europa. El edificio que comprende el centro de investigación y terraza panorámica de Sphinx se encuentra a 3.571 metros dándole el título del edificio construido más alto de Europa (parece esto que va de récords…), pero lo impresionante de llegar hasta allí y el que quita protagonismo a todos los demás «récords», es el impresionante glaciar Aletsch, el más grande de todos los Alpes (no iba a ser menos él…).
8.- Sentarse en el Preikestolen
Sentarse en una piedra no tiene ningún mérito, pero si en la piedra que te sientas te cuelgan los pies a 600 metros del suelo… eso ya es otro cantar. En Preikestolen y si tu sangre fría te lo permite, puedes hacerlo. Nuestro viaje a Noruega no se podía concebir sin subir hasta este mágico lugar sobre el fiordo de Lyse y como la primera vez que subimos estaba todo nublado, volvimos a subir al día siguiente a ver si teníamos suerte y así fue. Aquel día pudimos observar una de las mejores vistas que hemos tenido en nuestra vida.
9.- Andar por Times Square
La ciudad de Nueva York tiene uno de esos lugares, Times Square, que aunque no los hayas visitado antes, cuando estas en él por primera vez te da la sensación de conocerlo. Este famoso cruce recibe la visita de millones de turistas al año y a nosotros nos tocó en el 2006. Recién llegados a Nueva York una noche, dejamos las maletas en el hotel y lo primero que fuimos a ver fue Times Square. Sus hipnóticas luces de neones y el inquietante bullicio constante de aquel cruce nos cautivaron a todos los que íbamos en aquel viaje. Es el único rincón de la ciudad donde te da igual que sea de día o de noche, la luz siempre parece ser la misma.
10.- Ponerte a los pies de una pirámide eguipcia
Las pirámides creo que han sido y serán las construcciones más impresionantes que voy a ver en mi vida. Sobre todo porque las estamos viendo prácticamente de la misma manera que las dejaron quienes las realizaron, y de eso hace ya miles de años. He leído mucho de ellas, pero cuanto más leo, más sorprendido me quedo de cómo en esa época pudieron construir tan titánicas construcciones con tanta perfección. Ver la misteriosa pirámide de Keops con mis propios ojos o entrar en la pirámide Roja totalmente solos, sin nadie más en todo el recinto, son experiencias únicas.
11.- Observar el infinito en el desierto de Túnez
El desierto de arena es uno de esos paisajes que no deja indiferente a nadie y me atrevería a decir que es uno de los paisajes más impresionantes del mundo. Especialmente le tengo cariño al de Túnez porque fue el primero que vi en mi primer viaje fuera de Europa. En ese viaje vi cosas muy distintas a las que estaba acostumbrado, tanto por el país y la gente como por los paisajes. La sensación de tener un puñado de arena del desierto en mis manos e ir derramándola poco a poco me hizo pensar en que el planeta no es tan solo como lo había conocido hasta ahora. Había más cosas tras los Pirineos y al otro lado del mar. En ese justo momento, inconscientemente había decidido que iba a viajar toda mi vida.
12.- Sentarse en los ghats de Varanasi
Nunca hemos vivido tantas situaciones surrealistas como en India, y desde luego, la ciudad de Varanasi es la perfecta para encontrarte a cada paso con este tipo de situaciones. En concreto me quedo con el motor de la vida en la ciudad, el río Ganges. Allí sentado puedes ver casi de todo. La gente hace la vida en el río. Se asean, juegan, lavan a los animales, meditan, festejan, hablan, rezan y por supuesto, incineran a los muertos y los arrojan al río. Pero desde luego la situación más surrealista la vivimos justo antes de irnos cuando vimos a un santón muerto que le llevaban en un trono hacia el río. Vimos como le ataban una piedra a las piernas para luego llevarlo río arriba y arrojarlo. En ese momento nos quedamos sin palabras.
13.- Pasar el rato en el pabellón de los Cinco Dragones en Pekín
Este pequeño rincón de la capital China se encuentra dentro del parque de Beihai y se ha convertido en uno de mis rincones favoritos de Pekín. Lo sorprendente es que aun estando en medio de la ciudad, la gente lo pasa por alto, también porque esos pabellones no son nada del otro mundo. Pero sí que lo es el entorno donde se encuentra, a orillas del lago y con gente local que viene a cantar, bailar o dibujar y donde puedes ser partícipe de estas actividades en un marco inmejorable. Recomiendo ir a última hora de la tarde porque allí puedes disfrutar de uno de las mejores atardeceres de la ciudad en total tranquilidad.
14.- Rodear el círculo de piedras de Stonehenge
Stonehenge era uno de esos lugares que desde pequeño siempre había querido visitar. Siempre me había llamado la atención sus historias y los misterios de su construcción, por lo que en cuanto tuve la oportunidad me fui a verlo. Cuando lo vi con mis ojos fue como quitarme una espina clavada. Realmente parece un juego de gigantes, con enormes rocas que llegan a pesar hasta 50 toneladas colocadas una junto a la otra formando círculos. Stonehenge es sin duda un lugar místico por antonomasia y espero algún año poder volver coincidiendo con el solsticio de verano para poder vivir ese momento en aquel lugar tan mágico.
15.- Recorrer los Picos de Europa
Asturias es sin duda la comunidad autónoma que más me gusta de toda España, tanto por clima, paisajes o gastronomía. Y la joya de la corona para mí son sin duda las montañas que comprenden los Picos de Europa y sus pueblos y aldeas. Si el paraíso existiera y estuviera en la Tierra, muy probablemente se situaría en Asturias. Todos los años trato de escaparme unos días y recorrer sus carreteras, descender sus barrancos y ríos, comer fabes o beber sidra en alguna callejuela…
16.- Escuchar la llamada a la oración
El Adhan, la famosa llamada a la oración que puedes escuchar el primer día que llegas a un país árabe, ha sido una de las cosas que más me han impresionado viajando. La primera vez que lo oí me quedé sin habla. Me acuerdo que estábamos en Hammamet, en Túnez, y paseábamos por el centro de la ciudad cuando de pronto desde alguna mezquita cercana empezamos a escuchar al Almuédano llamar a los fieles para el salat. El sonido me hipnotizó hasta el punto de verme de pie en medio de un pequeño cruce de callejuelas, parado y observando como la gente pasaba junto a mi y luego se arrodillaban en el suelo y se ponían a orar. Aún hoy es una de las cosas que más me impactan cuando visito algún país Islámico.
El siguiente vídeo son imágenes de aquel viaje a Túnez y la primera llamada a la oración que escuché. Por aquel entonces, también llevaba grabadora además de cámara.
17.- Recorrer la East Side Gallery de Berlín
Dar un paseo por este lado del muro de Berlín en la calle Mühlentrasse es sin duda hacerlo junto al mayor icono de la guerra fría que aún persiste como recuerdo y que mucha gente de mi generación ha podido vivir y estudiar. Precisamente para mi era especial por eso, porque yo tendría 10 años y me acuerdo de la caída del muro aunque realmente no supiera exactamente lo que significaba, salvo que en el colegio tendríamos que aprender una capital menos. Visitar el muro para mi no fue igual que visitar un coliseo romano. El muro lo había estudiado, lo había visto en la tele y en cierta manera paseando junto a él me sentía un poco identificado con su historia.
18.- Sobrevolar las líneas de Nazca
Para disfrutar como es debido esta experiencia hace falta tener una buena dosis de curiosidad y también cierto nivel de «frikismo», dos cualidades que realmente a mi me sobran. Desde que muy pequeño me empezaran a gustar los temas paranormales, temas de ovnis y misterios del universo varios, las líneas de Nazca siempre habían estado en mi lista de «lugares indispensables». Ojo, que no estoy diciendo que yo crea que las líneas estén hechas por “marcianos”, faltaría más despreciar a la raza humana de esta manera… pero habiendo leído tantas hipótesis sobre su creación no podía pasar por alto irme de Perú sin haberlas visto antes con mis propios ojos. Cuando cogimos aquella avioneta y comenzamos a ascender, supe que estaba cumpliendo otro de mis sueños que tuve de niño.
19.- Atravesar la estepa de Mongolia
Es increíble como algo que parece tan sumamente aburrido como la estepa de Mongolia pudo llegar a ser una de las mejores experiencias que he tenido viajando. Por la sencillez y a la vez complejidad del paisaje, por la soledad que se llega a sentir, por hallarse en uno de esos lugares tan remotos que hay en la Tierra que realmente no sabes si pertenece a algún sitio, por tumbarte en el suelo de noche y observar uno de los mejores firmamentos que se puedan ver, por la historia que acabé conociendo de un lugar que antes casi desconocía por completo. Fueron muchos los factores para que me encantara la estepa de Mongolia, ninguno muy grande, pero si muchos pequeños detalles que he sabido valorar.
20.- Recorrer la mitad de Rusia y Mongolia en tren
Puede parecer aburrido tirarse dos o tres días seguidos metido en un tren, y en cierto modo llega a serlo. Pero la esencia de los viajes también se encuentra así, viajando como antaño, con largas horas de trayectos sin despegar del suelo y traspasando fronteras como si no las hubiera. Puedes ver los cambios de la gente y vida según vas parando en las ciudades y disfrutar a la vez del micro mundo que se crea dentro del tren. El sonido del traqueteo del tren aquellas noches se convirtió en la banda sonora del viaje y precisamente ese ruido se ha convertido en uno de mis favoritos, un sinónimo de viajar y que me trae muy buenos recuerdos.
21.- Bucear en el Mar Rojo
Esta fue una experiencia casi de sorpresa, porque nunca antes nos habíamos planteado bucear, pero estando en el Mar Rojo y con todas las ofertas que había para hacerlo, al final decidimos probarlo. Cierto es que yo no estaba muy por la labor. Me daba mucho respeto el agua y no concebía el poder respirar dentro de este líquido. Eva me tuvo que animar (aunque tampoco mucho, la verdad…) y al final hicimos dos inmersiones bajando hasta los 15 metros de profundidad. ¡La experiencia fue brutal! Perdido el miedo de los primeros momentos, después disfrutamos como uno enanos. Nos adaptamos perfectamente a respirar de la bombona y nos sentimos como pez en el agua. Fue sin duda una de las mejores experiencias que hemos tenido y que espero poder repetir en más lugares del mundo.
22.- Ver anochecer en el cabo de San Vicente
Ver una puesta de sol siempre es agradable y en todos los lugares que viajamos siempre acabamos disfrutando de algún anochecer. Pero especialmente recuerdo el que vivimos en el Algarve portugués, sentados en el punto más occidental del continente europeo, en el cabo de San Vicente. Apenas había gente, Eva, yo y dos o tres personas más al otro lado del faro. El sonido de las olas rompiendo en aquellos acantilados parecía la música de acompañamiento en los créditos de cierre de aquel día. La conjugación del sol junto con las agonizantes nubes que se veían en el horizonte creó una estampa apocalíptica que guardamos con mucho cariño en la retina. Más que el lugar, aquí recordamos el momento.
23.- Pasear por el Bazar Jan El-Jalili de El Cairo en Ramadán
Si para algunas personas visitar un país árabe justo cuando se celebra el Ramadán es un inconveniente, para mí fue todo lo contrario. Yo lo recomiendo encarecidamente. Nosotros tuvimos la suerte de visitar Egipto en ese mes, y durante el día prácticamente no notábamos si estaban en Ramadán o no. Pero cuando el sol se ponía, el ajetreo en la calle era incesante, y exponencialmente ocurría en el antiguo bazar de El Cairo. Uno de los días que pasamos en aquella ciudad nos sorprendió el Magrib (cuarta oración del día que marca el ocaso y el final del ayuno diario en Ramadán) paseando por el Jan el-Jalili y las calles se quedaron vacías como por arte de magia. Todo el mundo se metió en sus tiendas o en la de los amigos y familiares y comenzaron a comer. Nosotros simplemente paseábamos contemplando atónitos todo aquel festín, un tanto extraño para mí y para Eva que no regimos nuestras costumbres a causa de un credo, pero que igualmente respetábamos y disfrutamos viéndolo.
24.- Nadar junto a leones marinos en Perú
Este fue uno de los momentos que más recordamos de nuestro viaje al Perú y en general de todos los viajes. Estar en contacto con estos animales, sentirles nadando bajo nuestra, verles acercarse curiosos y sobre todo oírles en conjunto sobre las pequeñas islas Palomino es un recuerdo difícil de olvidar. Había cientos tumbados sobre las rocas y unos cuantos en el agua. Al tirarnos del barco y vernos en medio del océano nos creó cierta incertidumbre que al rato desapareció y dejó paso simplemente al disfrute del momento. Realmente ha sido un contacto muy leve con este tipo de naturaleza, pero espero en viajes posteriores poder ampliar la lista de animales vistos en estas condiciones, nadando en plena libertad.
25.- Pasar la nochevieja en Londres
En un principio no tiene nada de especial pasar una nochevieja fuera de casa. Pero aquella, nuestra primera nochevieja lejos de los nuestros y en un país diferente, la recordamos con mucho cariño. Fueron cinco días perfectos los que pasamos en Londres y realmente no hay muchas más explicaciones de porque está en esta lista. Simplemente nos encantó aquel viaje.
26.- Visitar un campo de concentración nazi
Sobran las palabras para explicar el motivo de por qué visitar un antiguo campo de concentración nazi está en esta lista. Las sensaciones que vivimos cuando visitamos el campo de concentración de Sachsenhausen al norte de Berlín fueron unas sensaciones frías, de desaliento y a la vez de intranquilidad al ver hasta dónde puede llegar la raza humana. Al pasear entre los muros y pabellones ahora vacíos te los imaginas llenos de gente, en fila y trabajando para luego ser exterminados en este u otro campo de concentración. Las almas de los presos políticos como de los simples judíos parecen estar talladas en los muros de aquel campo. Un lugar que aún vive para el recuerdo y la memoria.
27.- Montar en globo
Montar en globo es una experiencia que recomiendo a todo el mundo y en la que tu percepción del silencio cambiará para siempre. Nosotros lo hicimos sobrevolando la ciudad de Segovia, a mil metros de altura y en un día que comenzaba a amanecer. Cuando te encuentras a esa altura suspendido por un puñado de tela inflado y sobre una cesta de mimbre, te parece estar dentro de una película de dibujos animados. Parece surrealista y te sorprende que esta manera de volar sea segura, pero cuando la confianza se asienta en ti, el momento lo disfrutas como si fueras un niño pequeño. Allí arriba el silencio es absoluto. No se escucha nada. Solo el silencio es roto por el sonido de la llama llenando el globo de gas. La paz que se tiene en ese momento es tremenda, casi proporcional al vértigo que se siente al mirar hacia abajo.
28.- Realizar el camino de Santiago
Pese a que yo no acabé el camino de Santiago que emprendí a causa de una lesión, el trayecto que realicé desde Oporto hasta casi Pontevedra lo recuerdo como uno de los viajes más completos que he realizado. Mi motivo no fue religioso pero si espiritual. No pasaba yo por una buena época y decidí pasar unos días solo para pensar. Andar durante días en total soledad por montes, pueblos, carreteras y caminos me hizo darme cuenta de muchas cosas.
29.- Visitar el parque Jingshan de Pekín por la mañana
Y no me refiero visitar el parque a las 10 o 12 de la mañana. Me refiero a levantase temprano y estar allí a eso de las 6. Lo que se cuece dentro de ese parque (y muchos otros) a esas horas es para verlo. Gente cantando en pijama, haciendo taichí, tocando instrumentos, meditando y haciendo una infinidad de ejercicios a cual más raro. Grupos de personas gritando, riéndose a carcajadas, golpeándose las piernas, andando hacia atrás, frotándose la cara, las ojeras, aplaudiendo… Si madrugas y vas al parque Jingshan, os aseguro que podéis vivir uno de los momentos más divertidos del viaje. Nosotros hemos estado dos veces en la ciudad y las dos veces hemos ido al mismo parque para participar en estas actividades. Es una de las cosas que más nos gusta de China. Además te llevarás el plus de observar una de las mejores vistas de la ciudad.
30.- Ver las secuelas de una guerra en Mostar
En nuestro viaje por Croacia nos desviamos un día para visitar la ciudad de Mostar en Bosnia y ver con nuestros propios ojos lo que una guerra deja a su paso. Han pasado ya muchos años de aquella guerra, 20 años para ser exactos, pero recuerdo especialmente aquel conflicto porque yo jugaba en mi portal con unos niños Bosnios refugiados que habían venido a vivir a España. Intercambiaba monedas con ellos y ninguno teníamos conciencia real de porqué pasábamos los días juntos. Por eso, el visitar la ciudad de Mostar fue muy especial y triste a la vez. Pasear por las calles y ver los edificios destruidos y pequeños parques convertidos en cementerios son imágenes que no olvidaremos jamás.
31.- Ver Praga nevada
A la ciudad de Praga no le hace falta la nieve para estar bonita. Pero si la nieve aparece, bienvenida sea, porque las vistas desde lo alto de la torre del reloj de la Plaza Vieja son impresionantes. Los tejados a medio teñir de nieve se van mezclando unos con otros conjugándose perfectamente con las fachadas medievales de varios tonos color pastel. Es sin duda una de las mejores estampas invernales que hemos visto, pese a que eso conllevara aguantar temperaturas de -20º…
32.- El simple hecho de viajar en coche
Es la manera que más me gusta de viajar. No me canso aunque haya que estar todo el día conduciendo. Hemos viajado mucho en coche y particularmente son de los viajes que más gratamente recuerdo. Hemos ido desde Madrid hasta Montenegro, hasta Ámsterdam, hasta Suiza y en otros viajes hemos alquilado allí un vehículo para recorrer el país como en Noruega. En general, viajar en coche es un compendio de experiencias. Viajando en coche improvisas en cada momento y decides donde vas a parar sin ninguna otra preocupación. No te hace falta alojamiento, pues hemos tenido que dormir en el coche varias veces. La libertad que te da viajar en coche es infinitamente mayor que la de depender de transportes públicos y en ocasiones esa libertad se convierte en aventura al no saber donde dirigirte. Uno de mis sueños sería dar la vuelta al mundo en coche.
33.- Simplemente mi pueblo
No podía olvidarme de mi pueblo haciendo esta lista. En la provincia de Cuenca se encuentra mi pueblo (bueno… el de mi madre), Huerta de la Obispalía, y no es que tenga nada en especial, es que todo él, para mí es especial. Allí he pasado la mayoría de los veranos, desde que nací hasta que empecé a viajar al extranjero. Pero no puedo olvidar el lugar donde he pasado muchos de mis mejores momentos con amigos venidos de toda la geografía española. Aún hoy sigo teniendo morriña de los tiempos pasados, por lo que todos los años voy a las fiestas y algunos fines de semana sueltos. Y por cierto, que quién quiera pasar un fin de semana en el más puro relax y conocer Cuenca, hace poco han creado y abierto unas exclusivas casas rurales en Cuenca para su disfrute.
Bueno… pues después de más de 4500 palabras he completado esta lista. Como podéis ver, aparecen prácticamente todos los viajes que hemos realizado hasta este momento. Muchas veces me han preguntado cuál es el país o viaje que más me ha gustado y me es imposible contestarla. Un viaje se mide por experiencias y momentos especiales y en los viajes estas cosas abundan, por lo que creo que nunca me decantaré por ninguno en concreto. Creo que la próxima vez que me lo pregunten, les remitiré a este post para que ellos mismos lo elijan puesto que a mí me resulta imposible decantarme por tan solo uno.
Victor, estás hecho un cristo macho, por la edad digo…
Bromas aparte…¡Muchas felicidades! Sabes que siempre digo que de las cosas que más me alegro de compartir historias viajeras por Internet, tener una web y demás, es la gente que he podido conocer. Contando sólo algunas de tus cualidades, eres transparente, sincero, servicial, honesto, noble, divertido, y además, te gusta la cerveza tanto como a mi, jeje. Es un orgullo contarte entre mis amigos.
Y sobre la entrada, bien sabes que no soy muy dado a los rankings y listas, pero una como esta, que simboliza momentos personales y sueños cumplidos, bien merece la pena. La vida se justifica por los momentos como este, y parte de su encanto está en la ilusión de seguir soñando con ellos y alcanzándolos.
Espero que tus próximos años sigan llenos de viajes, para que esta lista siga creciendo, y que alguno de los puntos lo podamos vivir juntos.
¡Un fuerte abrazo compañero!
P.D: Si pensabas que te ibas a escapar… en menos de lo que esperas celebramos tus nuevos años juntos…
Menuda lista!! Con algunas coincido contigo: pasear por Times Square, entrar en una pirámide (yo también entré a la pirámide roja) o pasar la Nochevieja en Londres. Algunas otras me gustaría poder vivirlas también algún día. Lo que está claro es que hay que seguir viajando, para que cuando cumplas los 44 puedas incrementar esa lista 🙂 Felicidades!!
Ante todo, feliz cumpleaños. Que pases un día genial y que cumplaas muuuchos máaaas!!
Y por la lista, una pasada. Te han cundido estos siete años desde que empezaste a viajar. Me ha parecido un ranking muy bonito, muy personal.
¡Un abrazo!
Muchas felicidades Victor! Espero que puedas seguir viajando y sumando experiencias increibles! 😀
Un besazo!
Hola Victor! Un post realmente chulo, la foto de Preikestolen es de infarto!
Muchas felicidades y que sigas viajando tanto como hasta ahora! Saludos!
Victor…..aquí si que me has dejado anonadado, jejeje, joer, me estás picando a visitar toooodos estos lugares, ya te vale!! jajaja.
Bueno, como siempre te digo, espero coincidir contigo en alguna escapada…y si puede ese lugar «colarse» entre esos 33 lugares pues mejor que mejor……y si no creamos un 34 jajaja.
Saludetes.
Lo primero felicidades 🙂
No está mal el listado, me apunto todas las que nos faltan 😉 y, cualquier número en un listado merece la pena, lo difícil es parar de meter lugares XD
Felicidades Victor! Es un gran listado, de lugares y sentimientos. Muchos los compartimos, y otros nos gustaría. Queda mucho por delante, siempre descubriiendo. Saludos! 🙂
Pues felicidades y a por muchos más, eres un chaval!!! Los 33 lugares no pueden ser más alucinantes! Enhorabuena por el post Víctor!!!
Muchas Felicidades!!!!! Tenemos que ir preparando más lugares para los 40…
Que bonito, Victor. Unas fotos espectaculares. Lo primero de todo decirte que me alegra que hayas incluido los picos de Europa y a mi querida Asturias, desde luego esta zona nos deja unas imágenes difíciles de olvidar. Y lo segundo es que espero poder ver Praga nevada, la verdad es que me hace bastante ilusión
Me ha encantado esta entrada.
Una gran lista, Victor! 😉 Ojalá la llenes con 33 lugares y situaciones más… 😉
Muchas felicidades! Me gusta mucho tu blog, y me parece increíble la de sitios alucinantes que has visitado en sólo 7 años. A mi también me encanta viajar (supongo que a todos los que te seguimos), me quedan 4 años para cumplir los 33 y aunque no creo que vaya a alcanzarte, espero poder visitar algunos de los destinos de tu lista que me faltan (y son tantos…)
Felicidades!!!!! Me ha encantado el post, las sensaciones, los lugares, las experiencias, los recuerdos, las fotos…. Así que a seguir cumpliendo años para seguir incrementando este ranking
Muchas felicidades!!! Me han encantado tus 33 lugares. Algunos de estos momentos también los he vivido, otros me los apunto! Por ejemplo me ha gustado la visita a Jungfrau que desconocía.
Saludos y felices viajes!!! 🙂
Muchas felicidades colega!! Me ha encantado el post, menudos sitios! A mí todavía no me compensa hacer un post de cumple como este, no me saldría tan largo y completo, ya no por los sitios, sino por la edad… jajajaja!
Un abrazo!
En primer lugar: Muchas felicidades!!!! Y en segundo lugar, muy buena lista… aunque yo solo conozco unos poquitos sitios de los que mencionas… Me apunto los demás para visitarlos en un futuro!
un abrazo
Guauuu…Que sitios mas distintos y que preciosos! Me apunto unos cuantos a mi lista de futuros viajes :)….Un post muy original! Me ha encantado!
Muchas felicidades Victor!!!
Te deseamos que esa lista aumente y aumente, que te lo mereces por ser buena gente como decimos por aquí.
Gracias a ti nos iniciamos en este mundo de los blogs y te debemos una….
Por cierto, estoy cuadrando los días libres que tengo por los domingos que trabajo en Navidad para una escapada, pero quiero estar el 2 y 3 de Febrero en Madrid para el Fitur.
Que te parece una quedada??? Asi, te invitas aun trozo de tarta por esos 33 añazos
Pásalo de lujo-
Saludos Javier y Deborah
vikiiiiii muchas felicidades tio.. sabes que algunos de estos viajes los hemos compartido juntos y aunque tan solo leamos una frase de tu post, yo se perfectamente lo que se siente al haber estado alli. simplemente eran cosas normales, pero que involuntariamente nos han llenado y nos han echo sentir lo que buscamos en el viaje.
Ya sabes mi andadura del año q viene… esa te encantaria…
Un abrazo desde la corta distancia que nos separa.
Muchas felicidades!! Me ha encantado el post y la selección de sitios que has hecho. Es increíble, cuánto has viajado, no sabía que habías estado en tantos sitios. Es para celebrarlo, desde luego, así que hoy tienes celebración por partida doble. En algunos de estos sitios he estado yo también, y entiendo perfectamente que los hayas elegido. Los que aún no conozco, que ganas me han entrado de ir a conocerlos. Y me parece muy bien que hayas incluido tu pueblo al final, yo también pasé muchos veranos en mi pueblo (bueno, el de mis padres), el primer sitio de mi vida donde he ido de vacaciones y donde empecé a explorar el entorno natural y a soñar con ser una gran bióloga exploradora (aunque al final haya acabado siendo una humilde viajera con estudios de biología).
He visto lo de vuestra nochevieja en Londres. Ya sabes que estoy en Edimburgo y aquí se celebra la nochevieja más a lo grande de toda Europa. Así que si os animáis, por aquí estaré para entonces. Pues nada, te deseo muchos más años de felices viajes en los que descubrir más lugares especiales. Y muchas gracias por toda tu ayuda y apoyo, que no me cansaré de decir que eres el bloguero que más me ha ayudado, y eso lo aprecio mucho.
Un abrazo!
Tocayo, vaya post más bonito !! me ha gustado mucho como cuentas los lugares, las sensaciones vividas y las fotos.
Por cierto, te está haciendo mayor eh, jeje…
Un abrazo.
Felicidades por tu cumpleaños y por esta entrada, me ha encantado, Unos sitios chulísimos todos, en algunos he estado y en otros no, pero sueño con completar esa lista. A seguir ampliando el currículum y cumpliendo años. Un abrazo.
Pues me quedan muchas sensaciones y lugares por vivir y ver… Es muy bonita la selección que has hecho.
Felicidades, un besote y que vengan muchas experiencias viajeras más en los años que nos restan.
Y dices que empezaste a viajar en 2005?. Vaya carrera llevas Víctor!. Felicidades por tu cumpleaños y por tu meteórica lista.
Carlos.
Muchas gracias a todos por las felicitaciones!!!! Me pareció buena idea juntar una serie de experiencias vividas y compartirlas con vosotros. No son todas, claro está, pero si las que más recordamos… Espero que en años venideros y si la salud y el dinero lo permite, poder seguir viajando y tener muchas más.
Un abrazo a todos!!
Bueno, bueno, anda que no me faltan cosas!!!! Lo que más me llama la atención es montar en globo, siempre me ha gustado pero todavía no lo he podido hacer. Me alegro de que hayas tenido tantas experiencias buenas y espero que el año que viene nos deleites con otras 34 más. Un besote!!! 😉
Uffff!!!! viendo esto me deprimo un poco….. me quedan por ver un montón de cosas. Muchas gracias ya que me has dado alguna idea.
Un Abrazo!!!
Desde luego un resumen estupendo, muchos de los lugares que citas los he presenciado también e incluso en la noche vieja en Londres coincidimos, aunque por aquel entonces aún no nos conocíamos 😀
Un fuerte abrazo!!!
Muchísimas felicidades con retraso, comparto 7 de tus 33 experiencias, además de la edad.
Sencillamente … GENIAL tu post … … una experiencia que me encantaría hacer es la de «SENTARSE EN EL PREIKESTOLEN» …
En la de Stonehengen … además si tiene el valor añadido de poder tocarse (una vez al año se permite) … mucho mejor, esa experiencia por encima del resto que mencionas que ya he realizado me encantó … visitar stonehenge … tocar, besar, abrazar las priedras y poder pasar la noche sobre ellas es una experiencia única!!
Un saludo!
Joder menudo post, si señor no paras 😉 decirte que ya que te quedaste a medias en el camino a Santiago molaba hacer juntos el tramo que te falta desde Vigo, ya lo hablaremos 😉 un abrazo y muchas felicidades atrasadas, aunque ya te felicite en su día vía facebook 😉
Felicidades ante todo!! La edad de Jesucristo así que ya sabes, te tocará obrar algún milagro este año…jajaja
He mirado todas las experiencias y sólo coincidimos en 8… Muy mal por mi parte..Tendré que ponerme las pilas..
Un abrazo
Compartimos muchas de esas sensaciones que también hemos tenido la gran suerte de vivir. Y sin duda, las que aún nos hemos podido sentir, estamos deseando que llegue el momento.
No ha llamado especialmente la atención la «sensación de viajar en coche».
Hace unas horas que hemos vuelto de una breve escapada en coche, por Baviera y hemos vuelto comentando lo mismo…La libertad que da el coche, no tiene precio.
Felicidades!!
Hi Victor, congratulation! Again a nice post and I really like your selection. I hope and wish to see more travel reports from you. Good luck, stay healthy and » Herzlichen Glückwunsch» from Germany. Siegmar
Impresionante tu listado y felicidades! Algunas las comparto pero muchas las tengo todavía en mi lista de pendientes. Por cierto, naciste dos días antes que yo 😉
Doble Felicitación atrasada!!! una por tu cumple y otra por la entrada.
Espero llegar a tu TOP 100, eso significa que tendré 103 (Uy!! me acabo de dar cuenta que he desvelar mi edad…jeje)…Ramadán, desierto, primera vez a la llamada a la oración, Taj Mahal, Ghats, Times square o simplemente mi pueblo, casi que podían estar descritas por mi. Me quedan muchas otras que estero que lleguen algún día y me transmitan las mismas buenas sensaciones que a ti, pero no se si seré capaz de asomar los piececitos en el preikestolen (si subir) o viajar en globo….lo tuyo las arañas, lo mio las alturas. =S
Hola Victor!
La verdad es que la entrada es espectácular por el mogollón de destinos que has visitado. De todos ellos tan sólo he estado en el Cabo de San Vicente y me parece, junto a toda la costa Vicentina del Algarve, una de las zonas más bonitas de toda la península ibérica. También he estado en la romántica París, Picos de Europa (algo) y Berlín, todos ellos fantásticos igualmente.
Había oido hablar de tu blog, pero nunca entré (creo recordar) en él. Lo sigo desde ahora. Excelente post!
Abrazos.
Misw felicitaciones van retrasadas y mientras me quedo pensando en que seguramente la duplicarás en nada a esa lista y que hay muchas cosas que se sumarán, ahora se me ocurren al menos una decena y seguramente a ti otras tantas.
Un abrazo y que sigan los viajes!!!!
Vaya Curriculum viajero que tienes!!! Yo menos lo del campo de concentración que no fui ni si quiera cuando estuve en Cracovia y los recuerdos de guerras, lo demás todo me encanta. Eres un afortunado. Saludos viajeros
p.d. Y muy bien por tu pueblo!!!
Yo también llegué, como sabes, al club de los 33 un día después que tu. Me ha encantado este post y sobre todo el número 33, dedicado a tu pueblo. Si es que viajamos y viajamos, pero al final lo importante lo tenemos muy cerca 🙂 Siete años muy bien aprovechados!!
Ufff!!! que entrada más interesante! Me doy cuenta que todavía me faltan un montón de lugares por ver pero esa es la ilusión que me da energías cada día.
Dentro de unas horitas vuelo a El Cairo … es por trabajo pero tenemos el hotel enfrente de las pirámides. Estuve justo hace 25 años de luna de miel ….. fíjate lo que habré cambiado yo y lo poco que habrán cambiado ellas en 25 años !!!.
Un abrazo
Muchos de los sitios que pones los tengo pendientes, y algunos con muchas ganas de verlos. Pero bueno, poco a poco y con paso firme, jejeje
Un abrazo
A mí 33 me aprecen pocos. El mundo es tan fascinante que cada lugar es único y es digno de pertenecer a una de nuestras listas.