Esto no trata de ser una historia de misterio y mucho menos de miedo. Cada persona tiene gustos diferentes por los sitios que conocer e inquietudes que nos hacen visitar lugares con una cierta historia o en la mayoría de los casos, simplemente leyenda. El pueblo abandonado de Ochate por ejemplo es uno de ellos. Hay mucha gente que habla de la trágica historia de este pueblo (que al parecer está poco documentada históricamente) y otros simplemente opinan que todo lo que se cuenta es leyenda alimentada bastamente por la gente que por un motivo u otro les pueda interesar.
¿Dónde está el pueblo abandonado de Ochate?
El pueblo abandonado de Ochate (o lo que queda de él), es una localidad burgalesa perteneciente al condado de Treviño. Dicho condado se encuentra en mitad de la provincia de Álava y de esta manera aparece como una isla rodeada de tierra Vasca más cerca de Vitoria que de la provincia de Burgos. Parte de los lugareños de este condado han pedido la integración administrativa a la provincia de Álava aunque no con mucha suerte. El condado de Treviño lo componen 48 pueblos con una población aproximada de 1400 habitantes (2008).
Desde Madrid hay como unos 350 kilómetros de distancia y se tarda aproximadamente unas cuatro horas de viaje en coche. Estos gustos «frikis» de visitar lugares así me vienen de no hace mucho tiempo, pero he de reconocer que me encantan. El pasar miedo es una sensación alucinante en la que se descarga mucha adrenalina y esta manera de hacerlo es realmente sana y segura, siempre con un poquito de cabeza, claro está. No es lo mismo pasar miedo por que estés en una calle de Madrid solitaria o en medio de una pelea, que hacerlo en un lugar en medio de la naturaleza, con amigos y unas cuantas historias que contar.
De este lugar se cuenta que está marcado por incendios, epidemias y desapariciones. Más adelante se involucra al pueblo abandonado de Ochate con los fenómenos luminosos y ovni. El origen del pueblo data del año 1134 donde aparece por primera vez nombrado como Goate dentro de la nómina de San Millán. Cien años después se construye la torre que sale en todas las fotografías que tanto ha dado que hablar. Por lo visto, desde el 1254 hasta bien entrado el siglo XVI no se tiene ningún dato de la localidad. En el 1557 aparece como un pueblo deshabitado por la emigración, muerte o desaparición de los lugareños. Doscientos años después, el censo hace referencia a tan solo 6 habitantes. A partir del siglo XIX empieza a ser de nuevo habitado siendo uno de los más poblados de la comarca y es en esta época cuando supuestamente empieza a sufrir diversas catástrofes. En el año 1860 sufrió el azote de la viruela y cuatro años más tarde el de Tifus. En 1870 el cólera mató a casi todos sus habitantes. También se puede leer en algunos sitios que sufrió de incendios devastadores. Todo pasó en el mismo sitio de siempre, en la pequeña aldea de Ochate, pese a que el resto de pueblos se encontraban a pocos kilómetros de distancia. Pero todo esto forma parte de la leyenda, ya que no hay referencias oficiales. Ya en el siglo XX, se alimenta esta leyenda con la aparición de una fotografía de Prudencio Muguruza y un supuesto ovni en Ochate junto con desapariciones de personas y posibles psicofonías grabadas.
Nuestra experiencia en el pueblo abandonado de Ochate
Esta fue mi primera experiencia de este tipo y la compartí junto a mi primo Alfonso (otro apasionado por lo oculto y los misterios), su novia Ángela y otro amigo, Ivan Zamorano. Nos cogimos un poco de ropa de abrigo ya que fuimos bien entrado el mes de septiembre (2005) y nos fuimos directos al Mc´donals (para no perder las costumbres viajeras) a comer algo antes de salir. Como provisiones llevábamos simplemente las patatas del menú, una tarta de manzana, agua y un poco de Coca-Cola, con la intención de que cuando llegáramos a Treviño compraríamos algo allí (ilusos…). Cuando nos metimos de lleno en el viaje nos empezamos a dar cuenta que cometimos un error saliendo tan tarde, pero por motivos de trabajo, no nos quedaba otra. Atravesamos tierras vascas y llegamos al condado de Treviño, claro está, en plena noche cerrada ya. En el GPS pusimos el pueblo de Imiruri como referencia para dejar el coche y subir atravesando el campo hasta el pueblo abandonado de Ochate.
Antes de llegar al mismo pueblo de Ochate hay que tener mucho cuidado y más si se llega de noche porque en las inmediaciones del pueblo hay lo que parecía un álveo ya seco y si no lo ves te puedes caer y chafarte la excursión. Salvado el desnivel nos encontramos de cara con la aldea de Ochate. El pueblo está totalmente abandonado y tan solo queda en pie un par de casas sin techo, la torre de la antigua iglesia de San Miguel y restos de muros cercanos. Nada más llegar nos llevamos nuestro primer chasco ya que teníamos pensado acampar al lado de la torre y justo esa noche coincidimos con otros tres chavales vascos que venían en el mismo plan y acamparon justo debajo de ella. Elegimos otra zona y decidimos que lo mejor sería quedarnos al lado de uno de los muros para que nos resguardara un poco del viento y frío.
Desplegada la tienda de campaña nos fuimos a saludar a nuestros vecinos inesperados. Temíamos que fueran de estos gamberros que vienen a estos sitios para hacer pintadas o juegos extraños, pero fue todo lo contrario. Eran tres amigos que solo tenían intención de pasar la noche tranquilamente y que encima se alegraron que apareciésemos porque estaban empezando a pasar miedo.
Al momento nos dimos cuenta que no habíamos comprado nada para cenar y ya no íbamos a volver, así que administrándonos la poca comida, picamos algo.
Después de aliviar un poco el apetito nos juntamos los dos grupos y nos dimos una vuelta por los alrededores. Siempre cuando se accede a alguna estancia en ruinas hay que tener especial cuidado donde se ponen los pies ya que puede haber algún agujero en el suelo por el mal estado del piso, pero en este caso lo único que había era mucho escombro sobre un suelo inexistente y lleno de yerbajos. En estas situaciones, la sugestión te puede hacer pasar un mal momento y lo mejor es estar relajado, aunque la luz tenue de la linterna y el juego de las sombras en ciertas ventanas pueden poner a prueba tu autocontrol.
Ruidos se escuchan a montones, pero hay que analizarlos tranquilamente. Hay que tener en cuenta que estamos en medio del campo y entre el viento, animales e incluso nosotros mismos, podemos escuchar de todo. Después de estar por las dos casas que quedan nos fuimos hacia la torre donde dicen que se han grabado varias psicofonías y donde gente ha notado presencias e incluso dicen que les llegaron a tocar en el hombro (todo sea dicho, yo no me lo creo).
La torre de Ochate es muy pequeña y tiene una entrada donde solo se puede acceder para poder mirar hacia arriba. En el interior es mejor entrar con mucho cuidado porque está lleno de basura y cristales, y aquí sí que se escuchan ruidos, pero la mayoría son pájaros que tienen su nido en el interior.
Estuvimos mirando para ir a la ermita de Burgondo en lo alto de un cerro, pero con la poca luz que teníamos y la poca idea de su situación, decidimos dejarlo para el día siguiente a plena luz.
Decididos entonces sentarnos al lado del campamento improvisado y pasar un rato contando historias. Nuestros amigos vascos se sabían un montón y estuvimos entretenidos hasta bien entrada la noche, pero el frío que hacía nos obligó a irnos a acostar y resguardarnos dentro de la tienda.
No había pasado nada esa noche y nos fuimos a dormir como si nada, pero el silencio del lugar y la poca insonorización del refugió me hizo exaltarme a media noche y avisar a mis compañeros de que estaba escuchando ruido de pisadas fuera. El caso que me hicieron fue nulo. Yo no sé si es que ellos no lo escuchaban o no lo quería escuchar, pero yo las pisadas las oía claramente. La duda se iba a resolver a la mañana siguiente.
Cuando nos despertamos salimos de la tienda y nos encontramos con la bolsa de basura mordisqueada y esparcida alrededor nuestra, y nos fijamos que teníamos la compañía de dos caballos y esta noche merodearon por la tienda en busca de llevarse algo a la boca, así que mi duda de las pisadas estaba resuelta. Con la oscuridad de la noche ni los llegamos a ver en nuestro paseo nocturno.
A la luz del nuevo día el pueblo parecía otro. No es que sea bonito, pero todo empezaba a tener forma y la torre se distinguía con fuerza en el paisaje. Nuestros amigos vascos ya se habían marchado y nosotros intentamos buscar una pequeña necrópolis que había por la zona donde se enterraron parte de los habitantes del pueblo, pero no tuvimos suerte y no dimos con ella.
Ahora sí decidimos subir a la ermita, al menos para verla. Esta se encuentra en un cerro justo detrás de la torre y el camino de noche hubiera sido difícil de transitar. Desde allí se obtiene una panorámica perfecta del lugar divisando sin problema el pequeño pueblo abandonado de Ochate y los alrededores.
La ermita se encontraba totalmente destruida y solo quedaba parte del fondo donde se ven las marcas del paso de gamberros y amigos del satanismo.
Bajamos de nuevo al campamento, recogemos las cosas y nos pusimos a andar en dirección al coche. A los dos kilómetros lo vimos según lo dejamos (menos mal…) y nos pusimos rumbo a casa.
A la gente que le guste pasar una noche en algún sitio misterioso, este puede ser un buen lugar, pero la fama que tiene la aldea hace muy posible que podáis tener compañía para compartir experiencias. Pero «compañía» en el otro sentido no creo que se tenga porque este lugar es un remanso de paz.
Al final te animaste a escribir la historia.
Yo estuve hace tres años pasando la noche en Ochate y reconozco que hubo un poco de canguelo. Acampamos detrás de la ermita en ruinas, la cual tiene en uno de sus muros una inquietante pintura del Diablo.
Ochate tiene mil historias que contar!
Saludoss,
Sele
http://www.elrincondesele.com
jejejeje vaya, vaya con Víctor….¿con que te va el misterio eh?
Pues a no ser que os apetezca expresamente hacerla a los dos, haced el favor de contar conmigo porque yo me apunto a algo así, los dos me caéis muy bien. Contigo me sentí muy bien, y Sele…es Sele, jajajaja
Y si me estoy autoinvitando donde no me llaman, tranki que yo no me enfado por estas cosas, lo dejamos para otra vida y ya está, jajajaja
Un abrazo guapo!
Pues eso, jejejeje
Y mogollón!! jejeje.. siempre intento hacer alguna escapadita asi. Se pasa una buena noche. Tengo una pendiente con sele a algún sitio asi.
Aaaa por mi no hay ningún problema.. pero estas escapadas son un poco frikis jejeje
jajajaja yo quieroooo!!!!
Peroooo, ¿llegaré a hacerme pipi? jajajajaja
Sabía que te gustaban este tipo de escapadas en plan misterio, porque te lo había oído comentar. Me parece una forma original de conocer sitios, y miedo lo que se dice miedo … no pasáis . Eso sí , frío me parece que sí, ja, ja…
Un abrazo
que si pasamos frio… Ya veras cuando cuente el del sanatorio de la alfaguara… hay fuimos mi primo y yo solos y pasamos frio y un miedo de flipar jejejeje…
que va!!! si en este sitio no nos paso nada!!! pero los dos solos en medio de la sierra de huetor y el sanatorio al lado… es para pasarlo mal. En la que si paso algo es en Belchite… que sera el siguiente que haga… intentaré meter un audio para que lo oigais…
QUE PASA TÍO SOMOS IVAN Y MARTA TE ESTÁ QUEDANDO COJONUT SOBRETODO LAS FOTOS EN LAS QUE SALGO YO(LO MEJOR DE LA WEB) JE JE ES BROMA BUENO SIGE CURRÁNDOTELO Y HABER SI QUEDAMOS DE UNA VEEEEEEEEEEEZZZZ QUE VOY SIN FRENOOOOOOOOOOOSSSSS!!!JE JE UN BESAZO PARA LOS DOS
Víctor vi que me dejaste un comentario en mi blog. Perdona por tardar tanto en contestarte, es que de verdad que han sido (y están siendo) unas semanas de locura.
Con el permiso de tu churri te diré que esta noche he soñado contigo tíooooo, jajajajaja cómo me he reído, ya te lo contaré en Cambridge si todavía me acuerdo, jejeje
Un abrrazo!!!
Nene, me gusta mucho la foto de esta semana, con la torre y el árbol. Me gusta, sí señor!!
Nosotros fuimos ayer. Fuimos 4 amigos(pensamos en ir a las 19:30 de la tarde, según bajaba de un paseo de 3 horas por el monte) y comentaron para ir. Reunimos a 4 personas en poco con la intención de una acampada, y llegamos a ochate a las 23:30 mas o menos. El coche lo dejamos cerca de Imiruri, y como era zona desconocida, decidieron(yo era el único que queria llevar ya los trastos), que los llevaramos tras tantear el sitio(volver a cogerlos). Según llegamos habian dos caballos en la entrada. Uno de ellos tumbado, no se si pariendo o moribundo. Seguimos.Llegamos a ochate tras una caminata(que junto a lo que habia hecho ese dia, ya empezaba a notarme cansado), y empezamos a meternos en todas las ruinas que veiamos. Por cierto, todo hecho un asco, una verguenza por parte de algunos antiguos visitantes.Estuvimos hora y media dando vueltas mas o menos, y cuando ya no quedaba nada que ver, pues de vuelta. La verdad es que en todo momento fui bastante tranquilo y confiado, ya que la basura y el resto de «humanidad» le quita el misterio al lugar. No vimos ni oimos nada raro en nuestra travesia. Otra cosa que me llamo es que en la entrada ponia «prohibido acampar y hacer fuego», deduzco que algo reciente, y me parece lógico visto como trata la gente la naturaleza.
En fin, otro dia haber si lo planeamos mejor y hacemos una acampada en condiciones y pasa algo raro, aunque visto que esta prohibido, no se yo si alguien viene a vigilar eso.
Jo, qué vicio con pasar miedo!!! Yo casi prefiero un sitio menos fantasmagórico que si llego a ser yo la que oye las pisadas creo que no vuelvo a Madrid viva del susto, jejeje. Un abrazo. 😉
Ey, esta entrada me la había perdido! La verdad es que es una afición curiosa la tuya, jejeje, pero me encanta! Como dice, me parece súper sano y diferente… lo cierto es que yo no me intereso por las historias de fantasmas desde hace bastante, pero si me propusiesen hacer una excursión así para pasar un poco de miedo por la noche, me apuntaría! Y seguro que me lo haría encima jajajajaja
Anda!!! si has estado cerquita de mi ciudad y no me has avisado…, jejejejejeje.
Aunque no quede mucho de Ochate, éste tiene un ambiente misterioso, sobre todo cuando al atardecer comienza a formarse una especie de nieblilla….
Visitasteis la iglesia de Uzkiano?? Se cuenta que cuando los habitantes de Ochate enfermaron, el pueblo quedó abandonado y se transladó la portada de la iglesia a Uzkiano.
Venga, un abrazo y a seguir buscando sitios abandonados (yo también soy aficionado a ello, jejeje).