La mañana después de visitar Cambridge, Eva y yo habíamos quedado con Diego en la puerta del hotel para poner rumbo hacia el oeste de Inglaterra y hacer una excursión a Stonehenge y Avebury, posiblemente los dos restos neolíticos más importantes de Europa.
De camino al oeste de Inglaterra
La ciudad de Cambridge se levantó cubierta de nubes y descargando agua a cántaros. El día anterior habíamos estado reunidos hasta 14 amigos visitando la ciudad de Cambridge y hoy realizaríamos uno de los sueños que he tenido desde niño. Visitar Stonehenge.
Recuerdo que cuando era un crío y tenía mis libros de historia, una de las fotografías que siempre aparecía en ellos era ese conjunto de piedras formando un círculo. “Que curioso ¿no?” “¿Y esto qué es lo que es?” —me decía—. Pues desde que me hice esas preguntas hace ya muchos años siempre tuve la ilusión de ir a verlo en persona algún día.
Stonehenge se sitúa en el condado de Wiltshire y desde Cambridge hay más de 200 km de distancia. Para aprovechar más el día buscaríamos cerca de allí algún otro punto turístico y así completar una pequeña ruta. A muy pocos kilómetros de Stonehenge se encuentra el pequeño pueblo de Salisbury, cuya catedral es una de las más famosas de Inglaterra y en la que se custodia una de las cuatro copias originales que quedan de la Carta Magna.
Ya teníamos dos puntos turísticos a muy poca distancia entre ellos, pero a mí me dio por querer ver más restos arqueológicos. Muy cerquita, entre Stonehenge y Salisbury, se encuentran los restos de Old Sarum, lugar donde el hombre se asentó en el año 3000 a.C. ocupando una colina que posteriormente ocuparon los romanos, normandos y sajones. Pero realmente este era un lugar que dejamos un poco de comodín por si nos sobraba un poco de tiempo, ya que prácticamente no queda casi ningún resto en pie salvo la silueta de los muros de una antigua catedral, y que finalmente no fuimos a conocer. De camino a esta zona pasaríamos muy cerca también de Avebury donde se encuentra el círculo de piedras neolíticas más grande de Europa, por lo que ya teníamos nuestra ruta creada, tomando como primer destino este último.
La rotonda mágica de Swindon
La lluvia no dejó de caer en las dos primeras horas de viaje en coche. Inglaterra es verde y su tierra es húmeda. A un lado y a otro del coche nada más que veía campo y de frente, el movimiento del limpiaparabrisas hipnótico haciendo sucumbir de sueño a mis dos acompañantes. Conducir por la izquierda y cambiar las marchas con el brazo izquierdo ya no me era ningún misterio.
Paramos en una gasolinera para desayunar algo a falta de pocos kilómetros para nuestro destino. Les comenté a Eva y a Diego que iba a modificar la ruta en 15 minutos para dirigirme a un lugar en el que me encapriché cuando supe que iba estar por esta zona de Inglaterra. Se trataba de ir al pueblo de Swindon y pasar por una rotonda que había visto hace tiempo en uno de esos Power Point que se mandan con fotografías curiosas del mundo. A esta rotonda la llaman «rotonda mágica». Quizás a más de uno le suene de haberla visto alguna vez.
Bien… pues con el volante cambiado y tomando las rotondas por el lado contrario, pensé que me liaría mas de lo que al final lo hice. Realmente es bien sencillo tomar esta macro rotonda y para llegar al otro lado puedes elegir dos maneras. O bien por el exterior de izquierda a derecha o bien por el interior, tras pasar la primera rotonda pequeña por la izquierda y tomar la rotonda central de derecha a izquierda… ¿que lío no? Pues si… al final me lie aunque no infringí ninguna norma. En vez de tomar la primera rotonda pequeña que me encontré, giré hacia la izquierda por el exterior pensando que si no me metía en dirección contraria, y luego cogí otra rotonda para dar la vuelta entera por el interior de derecha a izquierda (en la misma dirección que en España) y salir por mi destino por la izquierda de la rotonda pequeña final… ufffffff!! Mejor verlo vosotros mismos…
El círculo de piedras de Avebury
Después de la “frikada” de la rotonda pusimos rumbo directo al círculo de piedras de Avebury. Estas piedras están situadas sobre un terreno circular al que se le llama henge y que tiene cuatro accesos a su interior. Para que nos hagamos una idea, es como si fuera un foso de un castillo (pero sin agua) y alrededor tuviera unas entradas para solventar el desnivel, que en el caso de Avebury, consta de cuatro entradas coincidiendo justo con los cuatro puntos cardinales.
No se sabe muy bien la finalidad que tuvo este terreno circular, aunque es muy probable que sirviera para fines religiosos ya que en casi todos los monumentos encontrados de este estilo se han hallado pruebas de enterramiento. Lo que siempre sale en las fotos de estos lugares es la composición de las piedras, pero en el interior de un henge no siempre encontraremos un círculo de piedras, aunque sí que es cierto que es lo más habitual tal como pasa en Stonehenge o en este mismo caso de Avebury.
Cuando llegamos dejamos el coche aparcado en un parking que había cercano a la entrada y ya desde esa posición pudimos ver las enormes piedras que componen el círculo. Fuimos directamente hacia el cercado que rodeaba el monumento, pero este se encontraba cerrado por una pequeña puerta. No quisimos colarnos sin más y preguntamos en la tienda del propio monumento la forma de acceder a él. Allí una chica nos dijo que directamente abriéramos la puerta y entráramos, pese a que yo había leído que costaba un par de libras entrar.
Lo mejor de estos sitios es que, aunque sean muy famosos, prácticamente no te encuentras con nadie y lo puedes ver con total tranquilidad. Me imagino que la época en la que fuimos (finales de febrero) también influiría.
La edad de este monumento es de aproximadamente 5000 años. Eso quiere decir que mientras los egipcios construían las pirámides, aquí en Inglaterra se dedicaban a levantar rocas que podían pesar hasta cuarenta toneladas y ponerlas todas formando un círculo.
Andando junto a las rocas empezamos a tomar conciencia de las dimensiones de las mismas y a darnos cuenta de lo asombroso que es que hace miles de años las pusieran aquí. El modo de hacerlo fue creando un hoyo en el suelo y colocándolas allí para que así pudieran mantenerse en pie. Algunas de las rocas ya han desaparecido y en los huecos que han quedado se han puesto unos pequeños montículos de piedra para completar así el monumento original. Esas rocas que ya no están fueron destruidas por los cristianos en el siglo XIV al considerarlas de origen pagano y otras tantas simplemente se cree que se utilizaron para construir viviendas.
Para que os hagáis una idea de las dimensiones del henge, deciros que este es atravesado por varias carreteras y que dentro de él se sitúan viviendas e incluso una iglesia. La erosión que ha sufrido el terreno a lo largo de los años ha dejado la zanja propia del henge mucho menos profunda a como fue en su origen siendo sólo un tercio de ella visible hoy. Pero aun así y viendo lo que queda hoy, es asombroso poder ver lo que hicieron con tan sólo herramientas sacadas de astas de buey.
Cruzamos una de las carreteras y accedimos al otro lado donde se encuentran la mayoría de las piedras. Allí quedan restos de uno de los dos círculos (el circulo sur) que antiguamente ocupaban el interior del círculo mayor.
En cada entrada al henge se colocaron un par de piedras monstruosas que podían llegar a pesar entre 60 y 90 toneladas cada una. La única entrada que conserva todavía esas dos piedras es justo la del oeste y junto a una de ellas nos hicimos una foto para que se pudiera ver las dimensiones de la roca.
Desde el mismo césped donde están colocadas las rocas se puede apreciar cómo estas van formando un círculo, pero la mejor posición para observarlo es sin duda situándonos en un lugar más alto. Para ello fuimos por un camino que asciende hasta un punto más elevado y desde allí podríamos ver el henge casi en su totalidad y poder hacernos una idea del círculo, pero en realidad la única manera que hay para poder verlo entero es desde el aire, ya que varias casas se encuentran en medio impidiendo la visión total de la circunferencia.
Aquí el terreno nos lo encontramos totalmente embarrado por toda la lluvia que había caído durante estos días. Nuestras zapatillas no daban más de sí y teníamos que estar controlando los resbalones continuamente, pero Diego no sé qué vio en el suelo, que cuando nos quisimos dar cuenta estaba tirado buscando algo que tenía que ser muy pequeño… porque al final no lo encontramos :P. El que ríe el último ríe mejor y dos pasos más adelante casi fui yo terraplén abajo…
Dar un paseo por estas piedras, tocarlas y sentir el paso de los años es verdaderamente increíble. En todo el recorrido nos cruzamos con un par de personas del mismo pueblo que andaban tranquilamente por el lugar, y es que sin duda este es un sitio mágico para pasear al que, desde mi punto de vista, bien merece una visita.
Antes de salir pasamos por la capilla de Avebury donde se encuentra el centro de información turística de la zona y pudimos ver la cantidad de lugares con restos neolíticos que hay por esta zona. El más sorprendente de ellos es Silbury Hill, una colina cónica realizada por el hombre prehistórico ¡¡¡de 40 metros de altura!!! Pese a la cercanía de la colina no podíamos entretenernos más en la zona y fue una lástima ya que nos dejábamos por ver muchas cosas como la Iglesia de St. James o el propio museo del henge.
Excursión a Stonehenge: Un sueño cumplido
Camino a Stonehenge el GPS nos metió por carreteras comarcales atravesando aldeas. Un camino encantador salvo cuando venía un coche de frente y tenía que medir el lado izquierdo del coche para que entrara en la carretera… Pensé que me salía en más de una ocasión…
A poco más de media hora ya estábamos en las inmediaciones de Stonehenge y nos pusimos a mirar al cielo clamando que dejara de llover. Desde la carretera ya pudimos ver a lo lejos la explanada donde se sitúa el conjunto de piedras y pronto lo veríamos ante nosotros.
Cerca del monumento hay un parking gratuito desde donde se accede al monumento tras pagar las 6,60 libras con audio guía incluida que vale la entrada. Si alguien no quiere pagar esta entrada, el monumento se puede ver perfectamente desde la carretera, pero no iba a ser mi caso puesto que llevaba desde niño queriendo hacer esta excursión a Stonehnge.
La ruta para ver el monumento es simple. Rodear Stonehenge parándote en varios puntos marcados con un número en los que el audio guía te va explicando su historia. Sólo hace falta seguirlos y disfrutar de uno de los monumentos prehistóricos más importantes del mundo.
Stonehenge se creó hace aproximadamente 5000 años. En aquella época solo existía aquí un henge en el suelo (el círculo que rodea al monumento) y durante los 3000 años siguientes se fue construyendo el monumento de piedra tomando como referencia otros anteriores construido en madera. Se colocaron primero las famosas piedras azules traídas desde las montañas de Presuli al suroeste de Gales, transportándolas seguramente con rodillos y llevadas al lugar actual a través de la costa y el cauce del río Avon.
Después traerían posiblemente las piedras sarsen —las más grandes del conjunto— desde Avebury y fueron colocadas formando un círculo. Una verdadera proeza teniendo en cuenta que estas piedras pesan alrededor de 50 toneladas cada una.
Particularmente me impresionó el detalle con el que fueron colocadas las piedras superiores. En uno de los monolitos se puede ver un saliente que serviría para encajar los dinteles como si fuera una pieza de LEGO. Da la sensación de tratarse de un juego de gigantes.
Aún hoy no se sabe a ciencia cierta cómo se construyó Stonehenge, pero lo que más quebraderos de cabeza a creado a los arqueólogos es su significado ¿Para qué se construyó Stonehenge? ¿Merecía la pena tanto esfuerzo físico y tanto tiempo?
La verdad que yo no sé por dónde «coger» a este monumento y quizá por eso me llamaba tanto la atención. Las teorías más arraigadas son las que lo definen como centro observatorio del universo o calendario.
Próximo a las piedras circulares, siguiendo el camino de acceso a Stonehenge, se erige una piedra enorme a la que se la ha llamado «piedra talón», y en el solsticio de verano se puede ver salir el sol justo por encima de esa piedra si la observamos situados sobre la «piedra del altar» que se encuentra justo en el centro de círculo.
Al igual que la piedra talón, también existían otras piedras colocadas coincidiendo con varias fases lunares. Es muy probable que utilizaran este lugar como calendario para poder conocer la mejor época del año para el cultivo del campo. Pero también puede ser que tenga un significado religioso o de sacrificio ya que se han encontrado cuerpos enterrados e incinerados en aquel lugar, por lo que los científicos actuales tiran más hacia la teoría de encontrarse ante un antiguo cementerio.
Hoy en día se siguen haciendo excavaciones no sólo en Stonehenge, sino también en las tierras de los alrededores para poder buscar un significado más certero. Se sabe que Stonehenge no es un monumento solitario y que en las tierras cercanas existían más henges y estructuras parecidas en madera. Descubrimientos como el cuerpo de un hombre al que han apodado «Arquero de Amesbury», que lo datan de la misma época que Stonehenge y que proviene de tierras centrales de Europa, han dado la posibilidad de expandir ideas sobre la construcción de Stonehenge… ¿Pero de su significado? Ni idea…
Leyendas las hay a patadas, como la que dice que fue el propio mago Merlín quien transportó las piedras hasta esta llanura para ser un centro de curación, o también la que dice que fue una construcción de los druidas (los que realmente sí que lo utilizaron para realizar ceremonias) o más sorprendente aún es la que cuenta que fueron una raza de gigantes de la mitología griega (los hiperbóreos, que habitaban el norte de Europa) basándose en la cita del historiador Diodoro de Sicilia (Siglo I a.C); «hay en la isla un recinto de Apolo y un templo ilustre…».
Además, en el audio guía se pueden escuchar otras leyendas y curiosidades sorprendentes que ponen como autor de Stonehenge al mismísimo diablo, quien pactó con una anciana el cambio de las piedras que tenía en su jardín por tantas monedas pudiera contar mientras durara el traslado. La mujer pensando que se sacaría buena tajada aceptó, pero el diablo con su magia se las llevó tan rápido que la mujer no llegó a contar ni una sola moneda. Ni que decir tiene que el enigma de Stonehenge llega también al mundo de ufológico y muchos son los que afirman que la construcción de este monumento es gracias a seres avanzados que provienen de otros planetas (qué sorpresa… como las pirámides de Egipto o cualquier otra construcción sorprendente)
Ya estábamos a punto de terminar la visita y nos quedaba el tiempo justo para pasar por la tienda y llevarme de recuerdo mi parche de Stonehenge, que evidentemente no me podía faltar en mi colección.
En esta mañana habíamos visitado dos monumentos neolíticos que se encuentran entre los más importantes de Europa y del mundo, pertenecientes a la lista de Patrimonios de la Humanidad. Para mí, un sueño cumplido.
La catedral de Salisbury
Con las horas que eran no tendríamos mucho tiempo para visitar la cercana localidad de Salisbury, pero una visita rápida a su catedral sí que era de acción obligada. De camino vimos el cartel de Old Sarum, asentamiento de varias civilizaciones que no pudimos ver. Con el GPS llegamos hasta Salisbury, la única ciudad Real en este condado, y la torre enorme de la catedral (la más alta de Inglaterra) nos sirvió de «estrella polar» hasta su puerta.
De estilo gótico, la fachada oeste de la catedral de Salisbury es sencillamente impresionante. En ella podemos ver decenas de estatuillas de Santos, apóstoles, profetas y obispos bajo la imagen de Cristo sentado en la parte superior.
La historia de esta catedral comienza en el antiguo asentamiento de Old Sarum. Allí se construyó la primera catedral, pero la exposición a los elementos como el fuerte viento y la falta de agua hicieron que el obispo Richard Poore decidiera mandar una carta al Papa solicitando permiso para abandonar ese emplazamiento y ubicarse en el actual. Dicha solicitud se aprobó y el clero se trasladó hasta aquí en el año 1219.
En la entrada a la nave principal llama mucho la atención la gran altura de la catedral y su estrechez entre las columnas. En el medio nos encontramos una moderna pila bautismal de grandes dimensiones capaz de poder celebrar el bautismo por inmersión total. Sus aguas tranquilas reflejan las grandes vidrieras por las que entra la única luz que ilumina el templo. Al fondo de la nave se encuentra la sillería del coro más antigua del país y algunas estatuas y el techo pintado dan colorido a este lugar.
Visita obligada es la sala capitular donde se expone la copia mejor conservada de la Carta Magna de las cuatro que quedan, predecesora del actual régimen político donde quitó poder absoluto al monarca o presidente. Por último, no nos podíamos ir de allí sin sentir el silencio del inmenso claustro gótico de esta catedral, siendo este el más grande de Inglaterra. Solos allí, entre dos cedros gigantes de casi 200 años, las campanas nos anunciaron las dos de la tarde, justo la hora que habíamos planeado marchar para poder llegar al aeropuerto de Stanted con tiempo suficiente para coger el avión de vuelta a Madrid.
De camino, la relajación y el cansancio de un día intenso pudo con mis dos acompañantes cayendo rendidos en los asientos del Peugeot 207. Yo, con el sueño cumplido tras los kilómetros que dejábamos atrás, salí de este viaje a Inglaterra más que satisfecho. El fenomenal sábado vivido con amigos en Cambridge y este día de visitas en el condado de Wiltshire me había dejado un sabor muy dulce hacia estas tierras, pese a la pérdida del pasaporte dos días antes.
Ahora venía la intriga del aeropuerto. ¿Llegaríamos a la hora? Por mi mente pasaron imágenes de la vuelta a la capital un domingo, con carreteras atascadas de coches, pero simplemente tuvimos alguna retención por obras con bastante tráfico denso y dos horas antes de que saliera el vuelo estábamos entregando el coche en el aeropuerto. Nos dio tiempo a comer tranquilamente y esperar al resto de amigos que fueron a visitar ese día el pueblo de Ely. Yo sin pasaporte y con el DNI caducado andaba un poco con la intriga por la seguridad del aeropuerto, pero en la época que corremos, donde «el terrorismo en los aviones es algo impensable y la ciudad de Londres no tiene ninguna amenaza», no me pidieron el DNI en ningún momento y llegué a España sin problema… Si señor… Ole la seguridad en los aeropuertos. Viendo esto ahora me siento más seguro para mis próximos vuelos.
Se ve que lo pasásteis bien. Nos acordamos mucho de vosotros estando en Ely porque nos figurábamos que ya estaríais ante el extraño conjunto de Stonehenge. Ese día el clima no acompañó tanto como el sábado, pero si queríamos vivir una British Experience, teníamos que contar también con la lluvia.
Bueno amigo, ya me despedí de tí ayer por teléfono. Ahora lo hago en tu blog. Un abrazo fuerte para tí y para Eva.
Cuando vuelva del Sudeste Asiático nos tenemos que ver. Y lo de Barcelona…habrá que insistír, tío.
Hasta la vuelta!!! 😉
Sele
Que gran entrada,magníficas fotos, buenos enlaces y gran información. Estuve en Bath hace años y no fui a Stonehenge. Todavía no me lo perdono. Pero hoy la he «visitado» gracias a tí. Gracias.
Con tu permiso te enlazo en mi blog de viajes:
http://myguiadeviajes.blogspot.com/
Un saludo de macmalaga.
Qué tal Víctor!! como tú dices Stonehenge ha sido un sueño cumplido para tí y al leer el relato se nota, los demás muertos de frío, resbalándose y tú tan feliz con tus piedras, jajaja … Y hablando de piedras, dónde vais Eva y tú con ese pedazo de piedra?? Me parto con esa foto. Por cierto que leyendo información sobre Bath, está muy cerquita de Stonehenge, y si sale el viaje… que saldrá, pues allá nos iremos .
Un beso
Ei! Me alegro que al final pudieras visitar Stonehenge, la verdad es que allí se respira algo especial, y de que no te pusieran problemas para volver sin pasaporte.
Y lo de Barna habrá que insistir a ver si nos conocemos todos ya que venís por estos lares! ^^
Víctor, vengáis a la kdd o a la Fórmula 1, te pido por favor que me aviséis porque si veníis a Barna un café es imprescindible.
Me alegro mucho que pudises cumplir tu sueño visitando Stonehenge, a mi es algo que me atrae desde que supe de su existencia. Ya llegará el momento de ir.
Me alegro de que hayas solucionado el tema pasaporte.
Un abrazo,
Carme
PD A ver si te pasas por el foro que hace tiempo que no se te ve el pelo, y ha habido mucho movimiento…triste porque Fmanega casi se fue…en fin.
Que tal fran! me alegro que te guste el relato. Esta mañana a dado la casualidad que he visto tu blog a través de un enlace que tienes en tu diario de Londres en Los viajeros… Tenia pensado agregarte a la lista de blogs que tengo yo, pero no me ha cargado la pagina bien y no he podido verla. Espero que desde casa no tenga ningún problema y pueda verla bien. Te agrego tambien a la lista de blogs y luego lo mirare desde casa.
Un saludo!
Te mando mi telf a tu cuenta del foro, ok?
Si quieres puedo preguntarte por el tema alojamiento. Una de mis mejores amigas vive practicamente al lado de Montmeló, y por la zona hay varios.
También depende de si alquilaréis coche, o iréis con transporte público. Bueno, ya iremos hablando, ok
Hola Alicia!! ya lo hemos comentado sele y yo. Quizás Bath sea una buena opción para proximas quedadas internacionales. La verdad que disfruté como un enano con esta escapadita, tanto a cambridge como a stonehenge. Y ya tengo pasaporte!!! y vueloss!!! Ya pondré a donde nos vamos…
Un saludo!
Bueno Jose…. que ya si que no te queda nada!! Me estas dando mogollón de envidia mamonazo… Disfruta todo lo que puedas y sobre todo ten cuidado. A la vuelta nos cuentas pero vete dejando algún mensaje en tu blog para ver que tal te va.
Un saludo!!!