Guía de viaje a Vietnam

Sé que hay un montón de lugares impresionantes para visitar en el sudeste asiático. Lugares históricos, patrimonio de la humanidad, y paisajísticamente hablando, lugares espectaculares. Pero a mí de siempre se me había atravesado esta parte del mundo. Quizá porque se promociona mucho sus zonas de playa (y no soy muy acuático que digamos…), la masificación turística de los últimos años o porque simple y llanamente tenía otras preferencias. El caso es que hasta el año pasado no había pisado el sudeste asiático para nada, ni para hacer una escala (aunque eso ya no es cosa mía…), y sin embargo a Eva si que le apetecía visitar esta zona y para ello la puse sólo una condición. Cribar la elección a uno de los siguientes países; Birmania, Vietnam o Laos. Y se quedó con Vietnam.

¡Y no me arrepiento oiga! La verdad que hemos venido encantados. Paisajísticamente hablando es alucinante, las ciudades… como me las esperaba, caóticas y con infinita vida callejera, la gente muy bien y las infraestructuras perfectas para poder realizar el viaje cómodamente y sin sobresaltos inesperados.

En las siguientes líneas os desgranaré nuestro viaje a Vietnam y os iré poniendo a modo de guía de viaje a Vietnam, dónde reservamos las cosas, transportes y hoteles que cogimos, además claro está de detallaros la ruta por si os sirve de ayuda. Comenzamos…

Guía de viaje a Vietnam

Al igual que para algún otro destino menos turístico puedes encontrar poca información por internet para preparar tu viaje, en el caso de Vietnam no se puede decir lo mismo. Vietnam es un país que recibe mucho turismo. Muchísimo. Y sólo hace falta teclear en un buscador de internet la palabra «Vietnam» y tendrás un montón de información para poder preparar tu viaje al gusto. Tanto si quieres centrar tu viaje en la naturaleza o realizar un viaje más urbanita, la facilidad para poder hacerlo autónomamente es asombrosa, tanto antes de llegar como una vez estando allí. En cada esquina de las zonas turísticas existen agencias que te ofrecen todas las posibilidades, y al contrario de lo que se pudiera pensar, los vietnamitas no me parecieron para nada agobiantes a la hora de ofrecerte servicios o venderte cualquier producto, además que los precios no me resultaron ni mucho menos abusivos. Pero comencemos con los datos prácticos…

¿Cúando ir a Vietnam?

¿Qué cuándo ir a Vietnam? pues cuando tengas los días de vacaciones o encuentres unos vuelos económicos. Sin más complicaciones. La meteorología es tan inestable en el país que no hay una época del año que sea mejor que otra. Si centras el viaje por el sur del país tendrás que tener en cuenta los meses de lluvia, de mayo hasta octubre, quizá con más complicaciones en julio y agosto, pero tampoco es que esté lloviendo todo el día pero sí caerte aguaceros considerables. Además en esas fechas, al ser clima tropical, hace mucho calor y mucha humedad y particularmente yo estos dos últimos aspectos los sufro mucho. Odio el calor. Me pone de mala leche.

Si por el contrario decides ir en épocas más frescas, de noviembre a abril, seguramente tengas menos lluvias y temperaturas más agradables, aunque no quita que te llueva algún día o pases frío si vas a zonas de montaña. Por lo general, creo que el tiempo en Vietnam no es un problema para decidir cuando ir, así que cualquier fecha que puedas será buena.

¿Es seguro viajar a Vietnam?

Totalmente seguro, siempre que tengas cabeza. Hacer turismo por el país no conlleva ningún peligro, o al menos nosotros no nos sentimos incómodos en ninguna parte que estuvimos. Saliendo de día, de noche o lugares más solitarios. Lo de tener cabeza me refiero a saber donde estás y las consecuencias que te puede acarrear algunas actitudes. Y es que no está de más leerse ciertas conductas y leyes del país que se va a visitar, como por ejemplo el tráfico o consumo de drogas y la prostitución, algo más común de lo deseado en esta parte del mundo. Lo comento, no porque lo haya podido comprobar en mis propias carnes, pero no está de más avisar que las penas por ciertos delitos, a priori no tan graves, pueden arruinarte la vida, o como poco el viaje. Particularmente a mi me ofrecieron numerosas veces servicios con chicas, y es que en el sudeste asiático, el turismo sexual lo hemos visto en numerosos reportajes, noticias o artículos y parece que es lo más normal del mundo, pero en Vietnam, la prostitución es ilegal, aunque por desgracia está a la orden del día. Varios días, en cuanto me veían solo, venía alguien con un móvil y me enseñaba chicas para que eligiera alguna y me fuera con ellas (además insistentemente) y fue algo que lo tomé como una anécdota, pero luego me enteré que hay veces que quien te lo ha ofrecido es un gancho que te utiliza para entregarte a la policía, extorsionarte ambos y sacarte dinero para no llevarte preso. Una movida, vamos…

En temas de delincuencia, la verdad que poca vimos, o nada. Estafas y robos tiene que haber como en todas partes del mundo, pero como he dicho al principio, nosotros nos sentimos muy cómodos andando por cualquier lugar y no nos sentimos en peligro en ningún momento. Aunque no del todo. El riesgo de sufrir un atropello por una moto siempre está ahí, pero eso ya dependerá de nosotros y la atención que pongamos cuando andemos por la calle.

Documentación necesaria para viajar a Vietnam.

Como las condiciones de visado, requisitos y demás gestiones necesarias para entrar a cualquier país van cambiando a lo largo del tiempo, os voy a remitir a páginas oficiales donde podréis ver en todo momento, sea el año que sea, lo que os hará falta para entrar a Vietnam con pasaporte español. Y para resumiros, os dejo enlaces directos a la embajada de España en Hanoi donde os lo detallan todo perfectamente como esta para ver si necesitas visado para Vietnam y vacunas recomendables a ponerse. Si no tiene pasaporte español, aquí puedes ver las condiciones para el resto de paises y situaciones. La verdad, que cualquier duda que te surja está resuelta en la página oficial de la embajada de España en Hanoi.

Particularmente nosotros, que el viaje fue de 13 días, no tuvimos que pagar visado al no exceder los 15 que tienen estipulado para pasaportes españoles, así que para nosotros fue un mero trámite en el aeropuerto de Ho Chi Minh donde nos pusieron el correspondiente sello y tirando.

No ponen ningún condicionamiento respecto a ir asegurado, pero como siempre recomendamos, más vale prevenir que curar y contratar un seguro de viaje es algo que para nosotros es imprescindible. En el caso del viaje por Vietnam, un seguro que cubra hasta 30.000€ de asistencia médica vais más que sobrados.

Moneda en Vietnam

La moneda oficial de Vietnam es el Dong (VND) y esta no cotiza en bolsa, por lo que antes de llegar tendrás pocos lugares donde conseguirlo, y donde puedas, como en el aeropuerto de Barajas, el cambio será totalmente desfavorable. En Google Finance podéis ver en cualquier momento a cuánto está el tipo de cambio actual (simplemente poner en el buscador «cuántos Euros son tantos Dongs» y os saldrá), pero para cuentas rápidas, 25.000VND corresponde a 1€, y así de esta manera podréis hacer cálculos más rápidos, aunque todo dependerá de cómo consigais el cambio.

Allí se puede cambiar el Euro en muchos sitios y no os resultará difícil conseguir su moneda (en tiendas, agencias, bancos…), por lo que no debería ser una preocupación el cambiar dinero. Además, como tampoco es bueno andar con mucho dinero encima en ninguna parte del mundo, nosotros llevamos algo en metálico y luego fuimos sacando dinero en los cajeros automáticos que para nosotros siempre es la forma más sencilla de conseguir moneda local y las comisiones al fin y al cabo no nos van a sacar de pobres.

El coste de las cosas allí son mucho más asequibles que en Europa, y la verdad que no se va gran parte del presupuesto del viaje en el día a día teniendo en cuenta que nos movimos por los lugares más turísticos del país. Podíamos comer los tres por unos 12€ (bien comidos y bebidos), el transporte es bueno y no es excesivamente caro (por ejemplo el trayecto en tren nocturno de Da Nang a Ninh Binh costó 30€ por persona en camarote) y las entradas a las atracciones es lo más caro pero no dejan de ser precios asequibles como por ejemplo… Palacio de la Reunificación de Saigón; 2€. Santuario de My Son; 6€. Entrada conjunta de Hoi An; 5€. Como véis, no es una cosa de la que debas preocuparte en demasía si realmente quieres ver el lugar (no como subir al Burj Khalifa de Dubai… que ahí sí dolió, y mucho…)

Conexión a Internet

No es que tener Internet sea imprescindible, pero si hay posibilidad y esta es fácil y barata, viene más que bien. Para una urgencia, para el traductor, para los mapas, para cualquier consulta o duda que te surja en el momento, tener conexión a internet viene bien en cualquier viaje. Y en Vietnam es sencillo tenerlo. Existen varias páginas web donde puedes comprar una tarjeta SIM por poco dinero, pero si aún te quieres ahorrar algo de dinero, en cualquier tienda de telefonía en Vietnam podrás conseguir una.

Nosotros es la primera vez que lo hacemos y como no queríamos muchas complicaciones lo reservamos anticipadamente a través de la web de Civitatis para tenerla disponible en cuanto llegáramos al aeropuerto pensando que nos vendría bien tenerla cuanto antes, aunque en el mismo aeropuerto la puedes comprar directamente si no la tienes reservada y me imagino que mejor de precio. Nosotros cogimos una para datos y llamadas (aunque las llamadas son más restrictivas) para un mes con 6 Gb de internet 4G y no tuvimos problemas en ningún momento y nos llegó de sobra los datos porque luego en todos los hoteles teníamos WiFi.

Desplazamientos en Vietnam

Una de las cosas que más me han gustado referente a la organización del viaje a Vietnam ha sido la facilidad y lo bien que nos ha ido a la hora de movernos por el país, incluso habiendo imprevistos como los hubo, no pudo ser más satisfactorio y dinámico.

A lo largo del viaje hemos utilizado numerosos medios de transporte, pero aún así me quedé con ganas de utilizar el transporte por excelencia del país. La moto. Más bién fue por un tema de inseguridad. Al ir con la niña y la poca —o nula— costumbre que tenemos de ir en moto, no nos atrevimos y menos teniéndola que llevar a ella de paquete, y ya no sólo por la ciudad —cosa que ni se nos pasó por la cabeza—, si no también en Tam Coc donde hubiera sido la mejor opción para desplazarnos entre los distintos lugares de interés, por lo que optamos por hacer un poco de pierna y cambiar la moto por la bicicleta. Pero bueno… a continuación os cuento todos los que utilizamos, para qué, y alguna recomendación más.

El avión

Evidentemente el avión fue el medio de transporte que utilizamos para llegar a Vietnam, en nuestro caso a la ciudad de Ho Chi Minh (la conocida Saigón, a partir de ahora como la llamaré en esta guía). Volamos con Emirates previa escala en Dubai tanto a la ida como a la vuelta.

Pero también utilizamos el avión para un desplazamiento interno, concretamente desde Ho Chi Minh a Da Nang. Para ello utilizamos la compañía Vietjet Air, la compañía de bajo coste de Vietnam y que dispone de numerosos desplazamientos al día entre ciudades del país. Sin duda la elección más cómoda, rápida y no muy cara ya que sueles encontrar vuelos a buen precio. En nuestro caso, los vuelos nos salieron por unos 3 millones de Dong Vietnamitas, que dicho así parece mucho pero cada billete fueron unos 40€.

El tren

El tren lo utilizamos para hacer el trayecto de Da Nang a Ninh Binh aprovechando una noche y durmiendo en el tren. Son casi 15 horas de trayecto pero que particularmente a la niña le hizo mucha ilusión ya que era la primera vez que dormiría una noche entera en un tren.

Particularmente la estación de tren de Da Nang no es muy grande y es muy fácil encontrar todo, y si tienes algún problema seguro que los empleados estarán encantados de ayudarte. Para la reserva del billete nosotros utilizamos la página de Baolau. Esta página está en español y lo bueno es que al poner tu trayecto, te da todas las opciones posibles, tanto avión, tren o autobús, y ya luego tu ahí eliges. En la opción de tren te da a elegir si quieres asiento blando o cama, y nosotros al pasar toda la noche elegimos cama, las cuales se disponen en camarotes de cuatro. Cuando termines la compra, te mandan un correo con tu billete electrónico y ya solo queda guardarlo en tu móvil y enseñarlo allí en la estación.

Estos trenes me recordaron mucho a los que utilizamos en el transmongoliano —Al fin y al cabo son trenes…— y también cuentan con agua caliente para bebidas o comidas y baños occidentales. La limpieza nos pareció que estaba muy bien, pero respecto a insectos…. la verdad que encontramos un montón de cucarachas pequeñitas que iban saliendo por debajo de los colchones y rinconcitos varios de nuestro camarote, lo cual no mola mucho, la verdad… pero bueno, yo mientras no sean arañas, me vale 😓

El Taxi

La verdad que nosotros el taxi lo utilizamos mas bien poco en nuestros viajes. Solo para momentos concretos como ir al aeropuerto o estaciones lejanas. En el caso de coger taxi en Vietnam, intentad que sean taxis oficiales, y si los podéis pedir a través de teléfono/internet/hotel mejor. Luego ya dentro del taxi, pues ya cada uno tiene sus preferencias. Unos prefieren que les pongan el taxímetro y otros como yo —en estos países— prefiero negociar antes del trayecto. A priori parece más fiable y normal el taxímetro, pero prefiero negociar algo que me resulte adecuado aunque sea más caro de lo que pagaría normalmente, pero saberlo desde el principio y quitarme de malos rollos ya que para moverte por la ciudad no son nada caros. Yo soy partidario de pagar las cosas por lo que valen en todas partes, pero siendo realista, prefiero pagar un poco más algunos servicios con tal de tener la tarde tranquila.

Autobús

En las grandes ciudades el servicio de autobús es muy útil y te puede acercar a muchos lugares, aunque como el precio del taxi no es caro, le quita al final es menos práctico ya que tienes que estar mirando las paradas y recorridos de las líneas, además de tardar más en llegar que con el taxi.

Nosotros si lo utilizamos un par de veces para lo más práctico y barato que es para acercarnos a las estaciones de tren o al aeropuerto. Los autobuses son relativamente modernos (con esto quiero decir que no se caen a cachos) y cómodos ya que, al menos en los dos viajes que hicimos en autobús, iba muy poca gente en ellos.

Coche particular

Os he dicho antes que utiliceis taxi oficial ¿no?, bueno, pues no siempre es posible, o sí es posible, pero las circunstancias te hacen tomar otra decisión, como nos pasó a nosotros cuando llegamos a Da Nang. El vuelo se retrasó cuatro horas y cuando llegamos a Da Nang eran las tres de la madrugada y todavía nos quedaba un trayecto de curenta y cinco minutos en coche hasta nuestro alojamiento en Hoi An. Nada agradable, la verdad. Como tampoco fue agradable ver que los taxistas —los pocos que había en ese momento— quisieron sacar tajada de esto y cobrarnos como tres veces más de lo que valdría el trayecto. Así que negociando con un conductor particular que estaba allí a ver si pillaba cacho, conseguimos que nos acercara al hotel de Hoi An por una cantidad mucho más inferior de la que nos pedían los taxis… así que decidimos irnos con él. Todo fue correcto y rápido. Nos dejó en la puerta del hotel y le agradecimos el servicio, pero así no se deberían de hacer las cosas… Falta mucha empatía en este mundo.

Van compartida

Las furgonetas compartidas es el típico servicio que se contrata cuando se hace una excursión con un grupo amplio de personas. Pero también tuvimos nosotros un caso en el que se utilizó este transporte para dar servicio a la compañía de trenes que nos dejó tirados en la estación ni Ninh Binh. No fue culpa de nadie. De hecho, todos fueron muy competentes. El tren se averió y rápidamente nos gestionaron la devolución de los billetes y en menos de media hora nos facilitaron una furgoneta para trasladarnos hasta Hanoi pagando en mano —mas o menos por el mismo coste que el tren— el servicio.

Bicicleta

Ya que la moto la descartamos casi desde el principio, le dimos la oportunidad a la bicicleta para movernos en los alrededores de Tam Coc y Trang An. En esta región (imagino que como en cualquier otra región de Vietnam fuera de las grandes ciudades) la mayoría de hoteles tienen el servicio de alquiler de motocicletas y bicicletas. En Tam Coc las distancias no son muy grandes, y aunque se hace mejor en coche o moto, la bicicleta es una opción tan válida como la moto, pero un poco más lenta —y más sana—. La niña sabe montar en bici de sobra, pero haríamos varios kilómetros y la mejor opción es que fuera de paquete y así hicimos. Durante un día fuimos a visitar Trang An y el mirador de Hang Mua, y la experiencia fue extraordinaria ya que el trayecto es muy llano y los paisajes invitaban a ese tranquilo paseo en bicicleta.

Rickshaw

Pues también existen las bicitaxi en Vietnam, aunque la mayoría que vimos casi se puede decir que estaban dedicadas al turismo, o bien en grupo o sueltas por las ciudades como un simple taxi. A poca gente autóctona vi montados en ellos y es que hoy en día en Vietnam, quien más quien menos tiene una moto para moverse.

Nosotros lo cogimos en Hanoi para un desplazamiento corto ya que a Vera le hacía ilusión y así nos ahorramos un kilómetro de andar desde el museo de la guerra hasta el mausoleo de Ho Chi Minh.

En este viaje a Vietnam también utilizamos otros medios de transporte como barcos o barcazas, pero son los utilizados durante la realización de alguna actividad turística, por lo que las he quitado de la lista.

Nuestros hoteles en Vietnam

No hay guía que no se precie si no se menciona el alojamiento, por lo que en esta guía de viaje a Vietnam os contaré donde nos alojamos.

El alojamiento en Vietnam no es nada caro y por lo que vale un alojamiento cutre en Madrid puedes estar en un muy buen hotel en Vietnam. Pero no se trata de tirar el dinero innecesariamente sino de encontrar algo que cumpla con las expectativas de cada uno y en nuestro caso las expectativas eran; que estuviera limpio, relativamente céntrico a la zona que queremos visitar, piscina si se pudiera para el esparcimiento de la niña (igual que tratamos de hacer en Uzbekistán), a ser posible baño privado y que no fuera demasiado caro teniendo en cuenta el país en el que estábamos. A continuación os indico en los que estuvimos (todos con desayuno incluido) y una pequeña opinión.

Hotel en Saigón

En Saigón sólo íbamos a pasar una noche, por lo que la situación céntrica del hotel prevalecía a que tuviera piscina ya que no la utilizaríamos para nada. Elegimos el hotel Common Inn en el barrio de Ben Thanh. La recepción del hotel está en el interior de una pequeña tienda de regalos y tuvimos que pasar por delante de ella tres veces para darnos cuenta. La habitación doble incluía baño privado y tenía una gran ventana que daba a la calle. Es un alojamiento sin nada que destacar. Bien ubicado y correcto. El precio fue de 35€ para esa noche y no pudimos encontrar nada más barato que fuera céntrico porque nos cancelaron la reserva de otro hotel que teníamos anteriormente y tuvimos que coger este apenas dos días antes de llegar. Pero sin duda lo recomendaría por la ubicación y la limpieza. El desayuno incluido se hacía en un comedor situado en la última planta donde también tenías una terraza para observar las vista de la ciudad.

Hotel en Hoi An

Para el hotel en Hoi An me costó mucho decidirme porque me hubiera gustado alojarme en el centro del casco antiguo, pero igualmente reservamos muy tarde y casi no había nada disponible. Tened en cuenta que es un pueblo relativamente pequeño —si nos limitamos al casco antiguo— y de lo más turístico que encontraréis en Vietnam, si no el que más, por lo que alojamiento hay mucho, pero si no lo haces con tiempo, tendrás poco donde elegir. Por suerte pudimos reservar la última habitación en el hotel Vinci Villa, un hotel familiar, pequeñito y de lo más acogedor. Fue un acierto total. Se encuentra justo en la periferia del casco antiguo —5 o 10 minutos andando— y eso hizo que nos costara un pelín encontrarlo ya que hay que meterse por un pequeño laberinto de estrechas calles, pero una vez instalados pudimos disfrutar tanto de la ciudad como del alojamiento. Tiene una pequeña piscina bien cuidada para los huéspedes y el desayuno es a la carta. La habitación nuestra era de las más pequeñas, pero suficiente, con un baño amplio y una pequeña terraza. El trato de los dueños fue exquisito y en todo momento nos sentimos como en casa. El precio fue de 90€ las tres noches que pasamos allí.

Hotel en Tam Coc

Al igual que en Hoi An, en Tam Coc existe infinidad de alojamientos ya que es uno de los lugares más turísticos de Vietnam. En esta zona la gente se puede alojar en la cercana ciudad de Ninh Binh donde el alojamiento será más barato, pero lo más aconsejable sería hacerlo en los alrededores de Tam Coc o Trang An que son los dos lugares más turísticos de la zona. Nosotros elegimos la opción de quedarnos en las inmediaciones de Tam Coc en el hotel Tam Coc Sunrise Homestay, céntrico pero retirado de la calle principal. Se trata también de un hotel familiar donde nos encontramos la mar de bien. Las habitaciones son muy amplias y todas dan a la piscina que se encuentra en medio del patio. El desayuno incluido en esta ocasión también era a la carta. El precio fue de 50€ las dos noches que pasamos allí.

Hotel en Hanoi

La capital de Vietnam pondría el broche final a nuestro viaje y además era una ciudad a la que llevaba tiempo queriéndola hincar el diente, por lo que a capricho mío nos buscamos un alojamiento en el centro más bullicioso de la ciudad sin privarnos de piscina y todas las comodidades. Acabé reservando en The Light Hotel. Fue el hotel más caro de todos, 50€ la noche, pero para una ciudad como Hanoi en la que estaríamos pateando todo el día entre motos, bullicio y calor, el hotel se convirtió en nuestro particular oasis. La habitación no es que fuera muy grande —ya que era la más barata— pero fue suficiente y en el hotel disfrutamos todas las tardes de su piscina en la azotea que nos recargaba las pilas a nosotros pero sobre todo a la niña. Y para empezar bien los días cabría destacar su desayuno buffet con un montón de opciones y todas muy buenas. Sin duda, aunque más caro de lo habitual para ser Vietnam, fue todo un acierto.

En este hotel estuvimos un total de 4 noches, pero entre medias aprovechamos la cercanía y fuimos a conocer la bahía de Halong donde contratamos un crucero con V’Spirit Cruises y que sin duda fue lo más caro del viaje, 3 días con 2 noches en el que nos gastamos 480€, aunque ya metidos en gastos… Eso sí, incluía todos los gastos como traslado, actividades, comidas y la experiencia de hacer esta visita con garantía de servicio.

Contexto de un viaje por Vietnam

No existe guía de viaje a Vietnam que se precie si no se pone un poco en contexto los lugares que vamos a visitar o los museos que vamos a ver, por lo que trataré de hacer un resumen y que quede más o menos claro de la historia de Vietnam.

Desgraciadamente, y pese a que haya pasado mucho años, cuando se nombra «Vietnam» nos suena a guerra. Mucho tiempo atrás parecen quedar las reminiscencias de antiguas civilizaciones y asentamientos aunque realmente se palpe por muchas partes de la mitad sur del país donde se encontraba el antiguo reino de Champa o Indochina, como por ejemplo el pueblo de Hoi An, los templos hindúes de My Son o su capital imperial Hue. Y es que sobre todo en los últimos 150 años, la historia convulsa del país ha sido la que ha acabado conformando el actual mapa de Vietnam (y de países adyacentes) que vemos hoy en día.

En un principio —saltándome las tribus primigenias— la región estuvo bajo el domino Chino. No fue hasta el siglo X donde los señores feudales del norte se libraron de las dinastías Chinas y conformaron sus propias dinastías consiguiendo así su primera independencia. Estos fueron extendiéndose hacia el sur ocupando prácticamente la totalidad de la actual extensión del país y partes de Camboya y Laos. A lo largo de los siglos siguientes se acometieron entre las distintas dinastías numerosos conflictos y fue donde comenzaron a generarse las diferencias entre el sur y el norte del país. Los europeos pasaron por el país a partir del siglo XVI, como los portugueses y los españoles, pero no fue hasta el siglo XIX cuando los franceses (con ayuda de los españoles promovidos por un conflicto religioso) colonizaron el sur del país y poco a poco toda la región norte, Camboya y Laos en lo que acabó conformando la llamada Indochina francesa que duró hasta el comienzo de la II Guerra Mundial.

Durante la II Guerra Mundial Japón ocupó el país para llevar a cabo campañas en los países adyacentes y una vez terminada la guerra comenzaron a surgir líderes vietnamitas revolucionarios que buscaron la independencia definitiva del país frente a los franceses que intentaron recuperar sus colonias. Uno de estos revolucionarios fue Ho Chi Minh (al que veneran en toda Vietnam en la actualidad) que conformó el Estado Socialista de la República Democrática del Vietnam y declaró la guerra a las colonias francesas del sur comenzando así la I Guerra de Indochina en el año 1946.

Ocho años después los franceses quedaron tan debilitados que negociaron con los comunistas —en la llamada Conferencia de Ginebra— la partición de Vietnam en dos. Las conocidas Vietnam del Norte y Vietnam del Sur. En esas reuniones se firmó un pacto para dar la oportunidad pasado un año de celebrar un referéndum para que los vietnamitas decidieran unificarse o separarse definitivamente. Referéndum que nunca se llevó a cabo ya que Ngo Dinh Diem —presidente de Vietnam del Sur colocado ahí por la recién extinta colonia francesa— se negó a celebrar dando un golpe de estado. Y esta fue la chispa que encendió pocos meses después de terminar la I Guerra de Indochina, la mecha que acabaría detonando la II Guerra de Indochina, popularmente conocida como la guerra de Vietnam.

Sobre esta guerra, la más cruenta de la historia de Vietnam, existen varios museos en el país, los guías de las excursiones cuentan siempre alguna anécdota y puedes encontrar alguna referencia a ella por donde andes. Siempre se recuerda como la gran derrota de los EEUU que acabaron sucumbiendo ante los infatigables guerrilleros norvietnamitas del Vietcong, gente que conocía muy bien la supervivencia en la selva y cuyo conocimiento de esta fue clave en la derrota francesa y sus aliados. Fue una guerra de resistencia que duró veinte años en los que perdieron la vida millones de personas y que aún hoy todavía quedan secuelas y víctimas por la utilización de armamento químico como el Agente Naranja o minas antipersonas que todavía siguen perdidas. Algunos museos, particularmente el de Saigón, reflejan con especial dramatismo lo vivido en esa guerra a través de los objetivos de los reporteros.

Nuestra ruta de 13 días por Vietnam

Para completar esta guía de viaje a Vietnam os haré un resumen de los lugares que visitamos y el tiempo que dedicamos a cada uno de ellos.

Nosotros dedicamos 13 días íntegros al país realizando una ruta clásica de sur a norte parando en algunos de los principales lugares de interés haciendo una ruta mixta en el que veríamos la apacible naturaleza y la salvaje vida urbanita de las grandes ciudades. No teníamos mucho tiempo y no queríamos estar agobiados yendo de un lado para otro continuamente así que seleccionamos 5 lugares para permanecer en ellos unos días, a excepción de Saigón en el que estuvimos solamente un día. De hecho, un lugar que podéis prescindir si tenéis tan pocos días como nosotros, sería de Saigón y volar directamente a Da Nang, y dedicar otro viaje en exclusiva al sur del país.

Pero bueno, nosotros por temas de vuelos fuimos a Saigón, así que a continuación os menciono la ruta con las impresiones más relevantes de cada lugar a expensas de escribir más detalladamente de cada uno de ellos. 

Ho Chi Minh / Saigón (1 día, 1 noche)

Saigón fue nuestro punto de partida en el viaje. Llegamos una tarde tras un largo viaje y tras dar un paseo y cenar algo fuera para ir cogiendo el pulso a la ciudad, nos fuimos a dormir para afrontar el primer día en Vietnam. Teníamos nada mas que un día para recorrer las calles de esta inmensa ciudad a la que me hubiera gustado dedicarle por lo menos tres días. Pero solo tuvimos unas horas que dedicamos a visitar los lugares más emblemáticos del centro de la ciudad como el museo de la guerra, la pagoda del Emperador de Jade o el Palacio de la Reunificación donde se puso fin a la famosa guerra de Vietnam.

Me sorprendió que el centro de la ciudad fuera un lugar tan ordenado, sin aglomeraciones y un tráfico intenso pero no caótico. Paseando por ella descubres lugares sorprendentes que recuerdan su pasado colonial entremezclándose ahora con lugares culturales modernos y tiendas de alto standing cuando a pocos pasos sigues viendo edificios ruinosos camuflados por centros comerciales o restaurantes.

El encontrarme un McLares 650s o un Lamborghini —supercoches muy caros para que me entendáis…— así por casualidad en unas pocas horas andando por la ciudad denota un cambio progresivo en alza de la economía de uno de los pocos países comunistas que quedan en el mundo, lo que seguramente acabará agravando la brecha social año tras año. 

Hoi An (3 días, 3 noches)

Tras un accidentado viaje en avión llegamos de madrugada a nuestro alojamiento en Hoi An. Allí nos quedaríamos 3 noches y 3 días completos para degustar la que se considera la joya de Vietnam.

Hoi An es de lo más turístico que te encontrarás en Vietnam. La gran mayoría de gente que ves por la calle son turistas pateando el pequeño casco antiguo repleto de restaurantes, tiendas y agencias de viajes. La verdad que cuando me lo presentaron así no tenía muy buena pinta, pero no podía dejar pasar la oportunidad de conocerlo. La UNESCO lo declaró patrimonio de la humanidad como ejemplo de un antiguo puerto comercial del suroriental asiático donde la mezcla cultural quedó reflejada en cada uno de sus edificios teñidos en un decadente amarillo limón. Estos edificios son hoy tiendas, restaurantes. Pero entre tanto comercio se esconden joyas como algunas antiguas viviendas —hoy convertidas en museos—, templos, salas de asambleas y el famoso puente japonés.

El ambiente en la calle es tremendo, pero es en la noche cuando el pueblo cobra otra dimensión que se tambalea entre lo estrambótico y lo tradicional. La conjunción de luces, farolillos y atracciones varias dan aún más vida al pueblo. El mercado nocturno es perfecto para picar algo o comprar algún recuerdo, y cuando lo cierran, son los bares de esta parte del río los que se llenan de gente para disfrutar de una copa viendo alguna actuación en directo. 

Uno de los días aprovechamos y nos acercamos a las antiguas ruinas del Santuario de My Son (S. IV al XIII). Este fue el lugar donde se estableció la capital del antiguo Reino de Champa y donde lo poco que nos ha quedado de aquella civilización ligada espiritualmente al hinduismo es este conjunto de torres y templos en medio de la selva.

La excursión se hace muy amena y particularmente me impresionó ver aquellas ruinas abandonadas en medio de aquel paraje. Algunos la comparan con los vecinos templos de Angkor, aunque no he tenido la suerte de visitar los camboyanos, creo que esta comparación es un tanto osada.

Tam Coc y Trang An (2 días, 3 noches)

Llegamos a la zona de Tam Coc tras pasar la noche en el tren y desde primera hora del día nos pusimos a conocer este pequeño rincón de Vietnam que me enamoró.

Dicen que es como la bahía de Halong pero sin mar, pero yo creo que es mucho más interesante. Creo que la gente que viene aquí por un día, se da el paseo en barca y vuelve a su alojamiento en la capital Hanoi está cometiendo un error (que todo el mundo cometemos cuando el tiempo premia). Este es un lugar para disfrutarlo tranquilamente. Perfectamente te puedes tirar una semana para descubrir poco a poco todo lo que esta pequeña región esconde.

Existen dos excursiones principales en la región para hacer en barca. La de Tam Coc y la de Trang An. Ambas son paseos a través del río Ngo Dong y en el que vas surcando varios valles bajo los picos cársticos atravesando cuevas naturales y descubriendo un paisaje espectacular a cada giro.

Pero para espectacular las vistas desde las alturas en el mirador de Hang Mua, un sitio religioso al que se accede tras subir casi 500 escalones y desde donde tendremos unas vistas imponentes de los arrozales, los picos y valles.

Toda esta zona es muy llana e invita a alquilarse unas bicis para ir de un lado a otro, pero un paseo andando también se hace muy agradable si te alojas en Tam Coc y podréis llegar a lugares como la pagoda Bich Dong, otro de los sitios que merece la pena visitar, y ascender la ladera de la montaña atravesando varios templos hasta una cueva situada a gran altura.

Sin duda, si me tengo que quedar con algo del viaje, es con los dos días y medio que pasamos en esta región y que no dudaría en volver a visitar porque se quedaron muchos lugares por visitar como la antigua capital Hoa Lu o el complejo budista de Bai Dinh al otro lado de las montañas. Como os digo, aquí os podéis tirar varios días sin problema visitando un montón de cosas interesantes y descubriendo un poco la «vida más rural» de Vietnam.

Hanoi (4 días, 4 noches)

Cuatro días parecen muchos para una ciudad como Hanoi, pero para nosotros fue el tiempo perfecto para conocer tranquilamente la ciudad andando y visitar los lugares más emblemáticos. Hanoi fue una ciudad que me encantó por lo caótica que es y el ambiente que se vive en la calle que hace que el simple hecho de pasear descubriendo sus barrios sea en sí mismo un atractivo turístico.

Pero es que luego tienes un montón de lugares que ver como el museo de la historia militar, numerosos templos, mercados o atractivos turísticos como la calle de los murales o la calle del tren —recientemente clausurada—.

También lugares relajantes donde pasear como en la orilla del lago Hoan Kiem o el lago Tay, o visitar lugares históricos como la antigua Ciudad Imperial o la prisión memorial que construyeron los franceses durante su colonia.

Si que es cierto que nosotros viajamos con una niña que cumplió 6 años recientemente y el turismo se hace más despacio de lo habitual, pero a decir verdad, la niña no supuso ningún problema para llevar un ritmo ajetreado y aguantó como una jabata las largas caminatas por la ciudad. También es cierto que nosotros todas las tardes bajábamos el ritmo y a eso de las 7 de la tarde nos íbamos al hotel a disfrutar de la piscina y que disfrutara la niña de sus vacaciones también. 

Bahía de Halong (3 días, 2 noches)

La Bahía de Halong es uno de esos lugares que parecen sacados de otro planeta y que se ha convertido en un destino imprescindible si se visita Vietnam. Aunque solo sea visitarlo en el día.

Nosotros optamos por hacer una visita más larga durante nuestra estancia en Hanoi y contratamos uno de los tropecientos mil cruceros que ofertan para hacer la excursión de dos noches, y si os soy sincero, es un lugar increíble, pero para mi está un poco sobrevalorado. El paisaje es bonito y te sorprende por la mañana, pero por la tarde y al día siguiente es más de lo mismo.

Se ameniza con algunas actividades como la visita a un poblado, piragüismo o nadar en el mar. Eso si, consigues relajarte de tal manera que tampoco nos importó olvidarnos por un par de días de las motos y del bullicio de la ciudad y disfrutar del barco y de la oportunidad de estar entre uno de los paisajes más sorprendentes que hay en el planeta. 

Lo que + y lo que – de Vietnam

Como hice con la guía de Uzbekistán, en esta guía de viaje a Vietnam señalaré a modo de resumen lo que más nos ha gustado y lo que menos del viaje a Vietnam. Unas pinceladas concretas a varios puntos del viaje que apoyarán esta pequeña guía de viaje a Vietnam. También os comento que en el apartado de «lo que menos nos ha gustado» no podrá ser mucho, porque la verdad es que todo ha ido muy bien y salvo alguna cosa concreta y muy particular no podré poner muchas pegas. Insisto en que estos son solo puntos de vista particulares míos por nuestra experiencia vivida y cada uno tendréis los vuestros. 

Lo que +

• Es difícil quedarme con una sola cosa de la región de Ninh Binh, pero sin duda, de lo que más nos gustó fue el trayecto en barca por Trang An. Un recorrido por un paraje increíble de agua turquesa salpicado por templos y cuevas. 

• También en esta zona, el mirador de Hang Mua. El «trepar» por la ladera de la montaña desde luego tiene su recompensa. Con un poquito menos de gente, mucho mejor. 
• El museo de la guerra en Saigón. Uno de los museos fotográficos más duros que hemos visto, pero sin duda un lugar para visitar y recapacitar.

• La comida en general, pero no tanto los típicos rollitos vietnamitas tomados en frío —aunque los fritos están muy buenos—, sino en general el resto de comida que probé. Los fideos de arroz, las sopas de carne o verduras denominadas Pho —que las tienes en todas partes y a cualquier hora—, las crepes vietnamitas… y es que en general lo que probaba me gustaba 😋.

• Una de las cosas que agradecimos mucho es que no sentimos agobio en ningún mercado ni puesto. Te dejan ver, no te persiguen y no te tocan. El típico saludo y ofrecimiento y ya está. El regateo existe, pero tampoco es nada agresivo. 
• La eficacia y profesionalidad de la gente. No hablo del ritmo, que en muchos aspecto ellos viven mucho más relajados, pero si de la capacidad resolutiva que vimos. ¿Se cancela un tren por avería? pues en 20 minutos teníamos un autobús preparado para llevarnos. ¿Quedamos a las 8 con un taxista? pues a las 8 en punto aparece. ¿Contratas una cosa? Obtienes justo lo contratado. En ese sentido un 10 👌. 
• El casco antiguo de Hoi An. Pese a la cantidad de turismo que recibe, sabe mantener su estatus de pueblo histórico y su encanto.

• Los paseos en bici por Tam Coc y por la isla de Cat Ba. Llevaba tiempo sin coger una bicicleta y me encantó hacerlo entre esos paisajes de arrozales o las abruptas montañas de Cat Ba. 
• Las ruinas del Santuario de My Son. No es que sean espectaculares en sí mismas, pero la localización del conjunto de templos en medio de la selva es alucinante. El día que vea Angkor o las ruinas mayas fliparé. 
• El teatro de marionetas acuáticas me parece un espectáculo digno de ver y disfrutar. Es una forma de representación teatral con títeres autóctona del norte de Vietnam donde se representan escenas cotidianas ancestrales o leyendas y relatos históricos. La peculiaridad y lo que la hace especial es que la representación se realiza sobre una piscina de agua y esto le confiere de un ambiente y una belleza sin igual.

Lo que –

• Pues en esta corta lista, voy a empezar por uno de los aspectos que me persigue en los últimos viajes, y es el calor. No me acostumbraré a viajar nunca en verano por latitudes tropicales y con tanta humedad. En este viaje a Vietnam, realizado durante la primera quincena de septiembre, hemos tenido días de auténtico suplicio con el calor y a mi eso me agobia una cosa mala que no os podéis imaginar. 
• La Bahía de Halong es un sitio muy singular y una de las maravillas de la naturaleza que se pueden ver en el mundo, pero particularmente a nosotros nos defraudó un poco. Seguramente esa sensación fuera de haber visitado antes Tan Coc y haber observado un paisaje similar. No lo se… Lo que es cierto es que los dos días y medio que estuvimos allí nos pareció demasiado monótono. Son simplemente sensaciones sin menospreciar el lugar. Este tipo de lugares dependerá mucho de como te lo presenten y como vivas o hagas la visita. También lo vimos muy masificado y esto conlleva a que se ensucie más, y como vimos, el agua en muchas partes presentaba un aspecto que dista mucho del lugar natural que corresponde. ¡Somos unos cerdos! Eso si. Como desconexión del mundanal ruido de Hanoi es una auténtica vacuna.

• La noche que pasamos en el tren que nos llevó desde Da Nang hasta Ninh Binh no comenzó del todo bien. El tren era cómodo, buena temperatura y teníamos de momento el camarote de 4 para nosotros 3. No nos hubiera importado un inquilino más, pero no pensábamos que el inquilino —o mejor dicho en plural, inquilinos…— fueran a ser las cucarachas. Eran pequeñas, si. Tendrían solamente días y todavía mantenían su peculiar color marrón claro, pero no era nada agradable ver como salían de debajo de los colchones y de cualquier rendija que había por el tren. Matamos como 15 en un camarote de casi 3m² hasta que llegó un momento que dejamos de verlas. Si en vez de cucarachas hubieran sido arañas, os aseguro que yo no hubiera pasado una buena noche. 
• Las aceras de Hanoi… ¿Existen? No os lo podemos asegurar. En algunas calles solitarias las vimos, en otras eran simples plantaciones de árboles. A veces las puedes ver entre los espacios que dejan las motos.

• Y por último lo tengo que decir. No me gustó mucho la cerveza de Vietnam. Y cuando digo la cerveza de Vietnam, es que generalizo a todas las que probé, que fueron unas cuantas… (Halida, Huda, Hanoi, Daiviet, Halong Aroma, Saigón, 333…). Me parecieron todas muy flojas, tipo refresco, y mi paladar cervecero se está volviendo cada vez más exquisito. No quiere decir que no las disfrutara, eso nunca… Si están frías, se disfrutan mucho (y más con la temperatura que teníamos), pero desde luego no podré decir nunca que las cervezas de Vietnam son buenas, a lo mucho quizá sean pasables la Halida o la Huda, y si me apuras la Hanoi. 

Y con esto concluyo la pequeña guía de viaje por Vietnam. Un destino que nos ha encantado y del que nos llevamos más ganas de volver. En mente quedan destinos como Sapa o el delta del Mekong. Son dos viajes más a añadir a la lista ya que me quedé con ganas de ver más los espacios naturales de Vietnam. Pero por lo pronto, esto es lo que hay y espero que esta pequeña guía de viaje a Vietnam os ayude a generar una idea en vuestra cabeza si os planteáis visitar el país.