Después de terminar nuestro día en Disneyland, a eso de las ocho de la tarde, nos pusimos rumbo a Bruselas. Esa noche, como no teníamos planeado lo de Disney y se nos había hecho tarde, no nos dio tiempo a encontrar nada donde quedarnos y según llegamos a Bruselas nos metimos en un área de servicio para dormir esa noche en el coche.
Visitando Bruselas en pocas horas
Cuando nos levantamos a la mañana siguiente nos acercamos con el coche al centro de Bruselas para al menos ver en el poco tiempo que teníamos disponible lo más imprescindible de la capital belga. Aparcamos el coche justo al lado del Manneken Pis y fuimos andando hasta la Grand Place. Estuvimos dando un paseo y visitando las increíbles chocolaterías que había por la zona y la gran catedral de Saints Michel.
Tampoco nos entretuvimos mucho más y desde allí cogimos el coche de nuevo y fuimos hasta donde se sitúa el Atomium, sobre todo porque al lado se encuentra el parque Mini Europa al que teníamos pensado entrar a verlo. En esta pequeña Europa a escala nos podemos encontrar con las miniaturas de los edificios más características de los países europeos como la Torre Eiffel, la de Pisa, El muro de Berlín, el Big Ben y así un largo etcétera. De España están representados el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, La Maestranza de Sevilla —en la cual había un botón que al darle sonaban ocho «olés» seguidos y unas castañuelas para probar a tocarlas—, La catedral de Santiago de Compostela con botafumeiro incluido y los molinos de La Mancha con dos figuras que supongo serian Don Quijote y Sancho Panza en honor a Cervantes.
Y ya… después de comernos un par de latas de fabada Litoral con el camping gaz debajo del Atomium, pusimos rumbo a Gante para poder encontrar rápido un camping y no tener que dormir otra noche más en el coche.
Aquí una foto del transporte que se portó estupendamente y no dio ningún problema.
La bonita ciudad medieval de Gante en un día
Por la tarde llegamos a un camping que me costó lo mío encontrarlo. La zona de alrededor se encontraba en obras y ponía que a 500 metros estaba el camping, pero tardamos 30 minutos en encontrarlo por la mala suerte que tuve de pasarme la salida que no se veía bien y tener que ir al próximo cambio de sentido bastantes kilómetros más adelante. Pero al final llegamos y pudimos desplegar la tienda. El camping no es nada del otro mundo, pero estaba muy tranquilo y limpio. Total, iba a ser solo para dormir. Al día siguiente nos dedicamos el día entero a ver Gante, que sin duda fue una de las ciudades que más nos gustaron del viaje.
Desde el camping nos desplazamos en coche hasta una calle cercana de la estación de tren de Gante donde lo dejamos aparcado y desde allí nos fuimos andando hasta el centro de la ciudad. Estuvimos viendo todo el centro histórico, el castillo y tranquilamente paseando por las calles.
A última hora del día vimos anochecer en una de las calles principales tomando unas cervecitas al lado del canal principal.
Paseando por Brujas y sus canales
Al día siguiente cogimos coche rumbo a Brujas. La verdad que Gante está situado en un lugar perfecto para poder visitar estas tres ciudades que conocimos en Bélgica.
Hasta Brujas tardamos solo 30 minutos en llegar y dejamos el coche aparcado como siempre a las afueras, claro está, porque no está la economía como para pagar parking. Nada más llegar nos encontramos en la plaza principal un mercado enorme donde gritaban los precios para que se enterara hasta el apuntador.… “¡¡¡3 bragas a 3 leuros…!!!”, más o menos traducido.
También en el mercado se vendía comida y flores. Las flores como que no, pero la comida nos llamó la atención y nos compramos unas moras como puños de grande. Eran enormes y pensamos que tenían que estar de muerte, pero nada más lejos de la realidad porque resultó que al probarlas el sabor brillaba por su ausencia. Estuvimos dando vueltas por las calles viendo los canales y otro mercado artesanal que encontramos en una plaza, viendo todas las tiendas de chocolate con forma de tetas, pitos, culos, coches, perros, y esas fuentes de chocolate derretido…..argggg. Estuvimos pensando en si dar una vuelta en barca por los canales de Brujas, pero pensamos que mejor lo haríamos en Ámsterdam, cosa que al final hicimos, pero desde aquí os digo que seguro es más bonito el paseo en Brujas que en la capital holandesa.
Teníamos ganas de ver la costa de Bélgica y nos fuimos al pueblo de Blankenberge situado a pocos kilómetros de Brujas. No hacía un tiempo muy bueno para bañarse, pero aun así nos encontramos a valientes que se metían. Tenían puesto en la playa una especie de mercado en la arena, pero todos los puestos estaban cerrados… así que no sé qué vendían. Fuimos a dar una vuelta tomándonos un helado por una pasarela que acaba en una zona de restaurantes. Hacía tanto viento que ni sacamos fotos del lugar.