Sibenik iba a ser solo una etapa de paso camino a Skradin, pero la verdad que el pueblo me sorprendió gratamente pese a que había leído que no merecía mucho la pena parar a visitar. Sí, es un pueblo muy parecido a lo que habíamos visto continuamente durante este viaje, pero este me resultó con un encanto especial, ya sea por su catedral o porque nos la encontramos prácticamente vacía de gente.
Como he dicho, en Sibenik casi no nos cruzamos con turistas y pudimos pasear tranquilamente por su bonito casco histórico. Nuestro primer paso fue llegar a la plaza donde se encuentra la catedral de Santiago. Esta catedral está construida con grandes bloques de piedra y en la situación que se encuentra —en medio de una relativamente pequeña plaza— daba una sensación de gigante. El friso decorativo alrededor de ella contiene la talla de más de 70 cabezas de hombre, mujeres y niños con rostros bien diferenciados unos de otros. La puerta situada en el lateral de la nave nos la encontramos cerrada y me temí que no pudiéramos entrar a verla, pero al dirigirnos al frente del templo vimos que la portada principal se encontraba abierta. La verdad es que tenía muchas ganas de ver esta catedral por dentro. La había visto por fotos y era uno de los sitios fijos que quería ver. Y no me decepcionó para nada. Al entrar te inunda una sensación de frío causado por la gran altura que tiene y su color grisáceo de la piedra. Tenía un aspecto sencillo pero a la vez muy rico… Su mestizaje arquitectónico entre el Renacimiento toscano y la costa Dálmata hace que esta catedral forme parte del Patrimonio Mundial establecido por la UNESCO.
Tras ver la catedral nos fuimos a pasear tranquilamente por las calles de Sibenik, cruzándonos con iglesias y casas de piedra dirección a lo más alto donde se encuentra el fuerte (En el ticket pone, «Utvrda Sv. Mihovil», así que se llamará así [que buena idea eso de guardar los tickets]), para poder tener una vista elevada de la ciudad. El fuerte no me pareció que tuviera mucho interés, además de encontrarse todo en ruinas donde lo único que conserva son las paredes, pero merece la pena subir por el paseo tan agradable y sobre todo por las impresionantes vistas de Sibenik.
Empezamos a bajar hacia el coche y nos hicimos las últimas fotos en el bonito pueblo de Sibenik.
Una vez paseado un poco más por el pueblo en busca de nuestro coche, pusimos camino a Skradin donde íbamos a visitar el parque nacional del río Krka.
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Hola,crees que con 3 horas de paseo de tiempo a ver lo esencial? . Vendria de Zadar y seguiria a ver Trogir y luego dormir en Split. Que cres?saludos y gracias.
Buenas Abel! Sibenik se ve en un paseo. Con tres horas creo que es suficiente.. nosotros dudo que estuviéramos mucho más. También ten en cuenta que muchos pueblos de Croacia son muy parecidos entre ellos.. y al final es un poco más de lo mismo. Sibenik lo que tiene es su catedral, que sin ser algo impresionante, a mí me encantó.
Un saludo!
Gracias es justo lo que queria saber,
saludos