Cómo subir al Jungfrau. recorrido completo

Si queréis saber cómo subir al Jungfrau, esto os interesa. Serían las ocho de la mañana cuando nos despertamos. Un zumo de naranja y unos bollos serían lo que nos meteríamos entre pecho y espalda para desayunar sentados en el pequeño comedor de nuestra cabaña. El día se había levantado despejado y solo unas ciertas nubes se veían en las cimas de las montañas nevadas que nos rodeaban. Parecía que era un día perfecto para subir al Jungfrau. Dicho de esta manera parece que nos íbamos a equipar con cuerdas y mosquetones para subir la montaña escalando, pero no. Gracias a Dios hay un tren que desde 1924 hace el trabajo por nosotros.

Subir al Jungfrau. Ferrocarril del Jungfrau

Imagen sacada de problaan.com

Preparando el viaje, aún en Madrid, nos dimos cuenta que para hacer esta excursión para subir al Jungfrau teníamos que disponer de un día completo. En un principio a mí me pareció exagerado, pero una vez vuelto, sé que sí es así. Si bien no te ocupa todo el día, te deja la tarde prácticamente inútil para realizar cualquier otra cosa, aunque todo depende del tiempo que queráis entreteneros allí arriba, pero contar con que ese día es solo para subir al Jungfrau.

Cómo subir al Jungfrau

Para subir hasta la estación de Jungfraujoch se puede hacer a través de dos vertientes. Nosotros no sabíamos muy bien como lo íbamos a hacer, pero lo que si era seguro es que empezaríamos desde la estación de Lauterbrunnen que la teníamos a tan sólo 10 minutos del camping. Me habían recomendado subir por un lado y bajar por el otro para ver el paisaje, así que con esa idea llegamos a las taquillas de la estación.

Mapa de acceso al Jungfrau

Mapa de trenes en la zona

Aquí preparar dinerito porque no es precisamente barata la actividad. Más bien diría que no es nada barato y si muy caro. Los precios hasta la estación de Junfraujoch varían dependiendo del recorrido que quieras hacer (bajar por un lado o por otro) y lógicamente también, desde donde salgas (podéis ver el precio con el trayecto que queráis aquí). Pero en nuestro caso que íbamos a subir desde Lauterbrunnen y bajar por Grindelwald hasta Interlaken y luego vuelta a Lauterbrunnen, se nos ponía en un presupuesto de —agarraos los machos— 150€ por persona. En total con los tres que éramos, me pegaron un toque a la tarjeta de 450€. La cosa es como para pensárselo.

Tren cremallera para subir al Jungfrau

Tren cremallera en la estación de Lauterbrunnen

En un principio, estando aún en Madrid, yo estuve diciendo que lo que realmente quería ver era el glaciar Aletsch y para eso no es necesario subir al Jungfrau, puesto que hay más lugares como Eggishorn (al sur del glaciar) donde se puede ver e incluso tener mejores vistas a un precio más reducido. Pero viendo la ruta que pretendíamos hacer alrededor de Suiza, vimos que esa opción nos venía muy mal y además corríamos el riesgo de encontrarnos ese teleférico cerrado, así que nos decantamos finalmente por subir al Jungfrau y asumir con el coste de los billetes de tren. Pocas veces íbamos a tener la ocasión de subir al techo de Europa, y total, hay que tomárselo como una actividad al igual que montar en globo o tirarse en paracaídas, que no es nada barato.

Preparados para subir al Jungfrau

Una vez con los billetes en la mano, esperaríamos en la estación a que llegara el primer tren cremallera (el primero en el que me monto y no valen las montañas rusas… :P). Era temprano, cerca de las nueve, y los vagones estaban totalmente vacíos a esas horas. Apenas unos pocos empezábamos el ascenso hasta los 3.454 metros donde se ubica la estación Jungfrajoch.

Poco a poco el tren se dirigió hacia la ladera de la montaña y empezó a subir curva tras curva. A un lado, la montaña por la que subíamos con pequeños riachuelos casi secos, y por el otro lado, el maravilloso paisaje del valle de Lauterbrunnen.

Vistas del valle de Lauterbrunnen

En poco tiempo llegamos a Wengen, un pueblo construido para esquiadores lleno de hoteles y tiendas que no tiene mucho interés salvo por las vistas que se ven desde la estación. De las mejores de todo el viaje.

Vistas del valle de Lauterbrunnen

El fallo que cometimos fue no volvernos a subir a ese mismo tren y esperar a otro (mea culpa), porque cuando llegó el siguiente todos los vagones se encontraban llenos y tuvimos poca libertada para movernos a otros asientos para ver los paisajes.

Subir al Jungfrau.

A partir de ese punto el tren siguió subiendo poco a poco y el paisaje fue cambiando a cada curva de vía. Pasamos de estar rodeados de árboles a vislumbrar paisajes mucho más fríos y desolados. La nieve poco a poco iba tomando protagonismo y en las ventanillas del tren nos juntábamos todos los que estábamos para ver el paisaje, entre otros, una familia de indios que eran por lo menos 8 o 9 (por 100€ cada uno… imaginaros el gasto…) y cuatro monjes budistas ataviados con sus característica túnicas naranjas.

Vistas del valle de Lauterbrunnen

En la estación de Kleine Scheidegg (2.061 m.) cambiamos de tren y cogimos el llamado Jungfraubahn que sería el que nos llevaría hasta el final del recorrido. En la estación de Kleine Sheidegg se juntan los trenes que suben tanto por un lado como por otro y coger sitio en el tren Jungfraubahn puede ser un poco complicado. También hay opción de reservar asiento, pero la verdad que ni me molesté en mirarlo.

Subir al Jungfrau. Estación de Kleine Scheidegg

Interior del tren que sube hasta Jungfrautoch

Solo nos quedaba el último tramo y en tan solo unos pocos kilómetros pasaríamos a estar a 3.454 metros. La subida se hace atravesando lentamente los macizos del Eiger y Mönch y se hace un poco aburrida porque te rodea nada más que pared rocosa, aunque a mitad de camino hace alguna parada para ver el espectacular paisaje alpino a través de miradores cubiertos en la ladera de la montaña.

Miradores hacia Jungfrau

En las estaciones intermedias donde hay habilitados miradores como este, el tren se para unos cinco minutos.

Y por fin llegamos a Jungfraujoch. Estábamos en el techo de Europa. La estación de tren más alta de todo el viejo continente.

Qué hacer en Jungfrau

Como si de una mina se tratara, el tren llegó al fin de su trayecto dentro de un túnel, con toda la pared dinamitada y obreros a doquier trabajando en abrir más túneles o acondicionando los que ya había. Pero en cuestión de unos metros salimos de la era troglodita para llegar de un tirón al siglo XXI. Restaurante, tienda de suvenir, calefacción, aseos… y todas las comodidades posibles desde una plataforma con ventanas enormes que dejan ver el maravilloso y gélido panorama alpino desde un posición privilegiada.

Acceso a Jungfraujoch

Homenaje a Adolf Guyer-Zeller, creador del ferrocarril por el que habíamos subido hasta aquí.

Pero nosotros queríamos salir fuera, sentir el frío, el viento, quitarnos estas pantallas y oler la atmósfera. Para ello teníamos que coger un ascensor que nos subiera hasta la estación meteorológica Sphinx, algo más de 100 metros por encima, donde existe una plataforma al aire libre y se puede ver una panorámica de todo el valle glaciar.

Estación meteorológica Sphinx

Este es el observador Sphinx visto desde otro punto de la montaña. Desde allí se está a una altura de 3571 metros.

En frente de nosotros, cubierto de nieve, se extendía hasta perderlo de vista el Glaciar Alestch. A los lados, el pico Jungfrau a la derecha y el Mönch a la izquierda.

Vistas del glaciar Alestch

Subir al Jungfrau. Vistas del glaciar Alestch

Intimidan, es un paisaje deslumbrante y nunca mejor dicho porque la nieve refleja la luz del Sol con tanta intensidad que hacía difícil deshacerse de las gafas de sol. El espectáculo visual es simple pero sobrecogedor a la vez. Se podía llegar a atisbar el punto donde las tres lenguas glaciares se juntan para formar el mastodóntico glaciar Alestch y ver como se precipitaba a lo lejos del valle para tomar una curva y perderse entre las montañas.

Vistas del glaciar Alestch

De vez en cuando teníamos que resguardarnos en el edificio o buscar un recoveco donde el viento dejara de cortarnos la cara. El termómetro marcaba -5 grados, que para estar donde estábamos no se podía considerar frío, pero el viento hacía bajar la sensación térmica hasta varios grados más.

Subir al Jungfrau. Vistas del glaciar Alestch

Era el momento de pisar la nieve. Vimos desde lo alto de la plataforma que habían formado con las quitanieves un camino transitable que se perdía tras el macizo Mönch y bajamos de nuevo con el ascensor en busca de la salida y el comienzo del pequeño trekking de apenas tres kilómetros.

Interior de Jungfraujoch

A pie de montaña el frío se aguantaba bastante mejor porque el viento apenas corría y el Sol seguía calentando cada vez más. Casi diría que llegamos a tener calor, porque la pesada cuesta se nos hacía interminable y la verdad que no sabíamos muy bien a dónde íbamos a parar. Pero la gente seguía para adelante y nosotros tras ellos.

Caminata por la nieve en Jungfrau

Habían momentos en los que me quedaba solo y el silencio me envolvía al igual que lo hacían el resto de montañas. En esos segundos me sentía insignificante, no era nadie, pero me sentía muy vivo.

Caminata por la nieve en Jungfrau

Al final vimos que donde nos conducía este camino era a un refugio y a un restaurante donde los esquiadores pueden descansar y tomar algo caliente. Pero nosotros no entramos. Nos quedamos en la puerta sentados junto a un barranco y sacamos nuestros sándwiches para comer algo y reponer fuerzas.

Caminata por la nieve en Jungfrau

Caminata por la nieve en Jungfrau

Hasta me gané la confianza de algunos pájaros que revoloteaban por allí en busca de alguna miga…

Caminata por la nieve en Jungfrau

Tanta confianza cogimos… que hasta les daba de comer de mi boca jejeje

La vuelta al recinto de la estación se nos hizo mucho más agradable porque el camino ahora era cuesta abajo y en menos tiempo que en la subida cubrimos el mismo recorrido. Contar que para hacer esto tranquilamente y disfrutándolo, se os pueden ir fácilmente 2 horas. Tiempo suficiente que da hasta para grabar un vídeo de soberana tontería como el siguiente (debió afectarme el mal de alturas…)

Una vez dentro del edificio, nos pusimos a investigarlo de un lado a otro. Vimos en los mapas informativos que se podían hacer más cosas y una de ellas era visitar unas galerías de hielo. No llevábamos constancia de ellas y pensamos que quizá habría que pagar para poder verlo, pero no fue así (estaría bueno después de 150€). Siempre me han resultado curiosos estos “palacios” de hielo y nunca antes había entrado a ninguno, por lo que visitar este me hizo especial ilusión.

Palacio de hielo en Jungfrau

La verdad es que muy grande no era el palacio, pero te entretiene durante un rato observando figuras y atravesando pasadizos. Sin duda alguna me quedo con el puntazo de encontrarnos a la ardilla de la película Ice Age (edad de hielo) congelada dentro de un cubo de hielo protegiendo a su amada bellota.

Palacio de hielo en Jungfrau

Palacio de hielo en Jungfrau

Palacio de hielo en Jungfrau

No me digáis que no es un puntazo… ¡Me encanta!

Otro de los lugares interesantes de la estación es la salida al exterior por el otro lado hacia una explanada donde se pueden ver las dos vertientes de la montaña con distintos paisajes cada una. Justo en este punto te puedes hacer una foto para el recuerdo con una bandera suiza ondeando sobre el tejado de Europa.

Mirador en Jungfrau

Si no se agarra… el viento se la lleva fijo…

Os podéis imaginar cómo pegaba el viento desde aquí, pero merece mucho la pena salir a este lado porque se puede conseguir una de las mejores vistas del conjunto Jungfrau-Aletsch-Bietschhhorn que pertenecen al Patrimonio de la Humanidad y desde donde puedes ver el edificio de la estación escavado en la roca y el observatorio Sphinx justo encima.

Mirador en Jungfrau

Mirador en Jungfrau

Panorámica desde este mirador

Y la verdad que poco podíamos hacer ya allí. En diferentes plantas de la estación hay recuerdos y maquetas de cuando se realizó la línea ferroviaria pero que no lleva más que un rato verlo y teníamos que plantearnos bajar ya hacia Interlaken.

Bajando del Jungfrau por la cara norte del Eiger

El recorrido de vuelta es exactamente igual hasta la estación de Kleine Scheidegg, y una vez allí, en vez de volver por la vertiente de Laterbrunnen, nosotros habíamos pagado para hacerlo por el otro lado, bordeando la cara norte del Eiger (pared famosa entre los escaladores por su dificultad extrema) hasta la estación de Grindelwald donde simplemente nos apeamos para coger otro tren que nos conduciría directos a Interlaken a través de un valle repleto de pinos.

cara norte del Eiger

Cara norte del Eiger

Valle de Lauterbrunnen

Llegando casi a Interlaken

Ya serían las siete de la tarde cuando llegamos a la estación de Interlaken Ost y aunque todavía nos quedaban algunas horas de luz y nuestra primera intención era ver la localidad de Interlaken, el cansancio que llevábamos de todo el día nos hizo recular en tal idea y sólo nos fuimos al supermercado que hay frente a la estación para comprar algo de bebida y tenerla en la cabaña.

Estación de Interlaken Ost

Preferimos cogernos el último tren que nos quedaba hasta Lauterbrunnen y estar relajados por el resto del día. Además esa noche jugaban el Madrid y el Barça la final de Copa del Rey y tenía que ir mirando como lo iba a poder ver, si por internet o en la sala de televisión del camping.

Finalmente tuve suerte y encontramos un canal suizo donde lo retransmitían y junto a dos andaluces que eran del Barça, estuvimos viendo cómo se llevaba la copa el Real Madrid.

Este había sido un día redondo.

Para concluir el relato os quiero mostrar con un vídeo la subida hasta el techo de Europa para que de forma simbólica podáis viajar todos hasta este sorprendente lugar.


Subida al Jungfrau por vitin77

Víctor del Pozo

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Acerca de Víctor del Pozo

De profesión comercial y desde el 2008 escribiendo mis viajes en este blog. Viajando de forma responsable pero con la ilusión de un niño. Puedes cotillear un poco de mi vida aquí

13 Respuestas a Cómo subir al Jungfrau. recorrido completo

  1. Babyboom dice:

    Menudo dineral te clavaron por subir hasta el techo de Europa, me parece carísimo aunque la verdad es que los paisajes bien lo merecieron. Que gracia lo de Ice Age. A ver si ahorro para poder viajar yo algún día allí, jejejeje. Muy chulo el relato. ;D

  2. Edu y Eri dice:

    Joe, vaya hachazo 150€ por persona. Aún así hay que tomárselo como una cosa que se hace una vez en la vida y subir, pues no es fácil volver a tener la oportunidad de hacerlo. Además, viendo el precioso reportaje que has hecho, las fotos y los vídeos es evidente que merece la pena 🙂 ¡Vaya vistas!

  3. Eva dice:

    Ya me gustaría a mí estar allí ahora… qué bonito… qué bonito

  4. Genial Víctor, me ha encantado el post. Qué vistas tan increíbles… Me ha venido a la mente cuando subimos a -24 grados y quiero subir de nuevo para verlo como vosotros.

    Buen trabajo!

    Sele

    • Irene dice:

      En que epoca viajaste? Voy alrededor del 20 de nov y me preocupa el clima y las horas luz. Y que no se pueda apreciar mucho la vista

      • Víctor dice:

        Buenas Irene. Sele viajó en Febrero y tuvieron temperaturas de -24 grados… algo fresquitas, sí…

        Nosotros fuimos en Abril y la temperatura fue muy buena.

  5. M.C. dice:

    ¡¡¡Madre mía qué caro el billete!!! Pero las vistas y las imágenes bien merecen la pena, ¿no? ¡Qué bonita se ve así la nieve blanquita! Y no la nieve esa negruzca que queda en Madrid cuando nieva, jejejeje
    Saludos

  6. bleid dice:

    un lugar precioso el que nos muestras Victor realmente disfrutasteis con la experiencia
    como siempre una entrada de lo mas completa
    un abrazo

  7. La verdad que barato barato no es, pero realmente casi cualquier actividad que se haga durante todo un día te supone un precio parecido y hay cosas como montar en globo o helicoptero, que igual estas 30 minutos ya te han soplado esos 150 euros, pero claro duele que te cagas soltar de golpe ese dinero.

    Lo que se te ha olvidado comentar en el vídeo, es que toda esa gente se quedó en el camino 🙁 y solo vosotros conseguisteis llegar al objetivo, se ve que os queréis restar méritos, pero os los merecéis 😉

    Encima terminando el día viendo la final de copa, excelente 😀

    Saludos!!!!

  8. Helena dice:

    ¡Ostras! No había visto la nueva entrada…
    Cuando yo tenía en mente ir, tampoco sabía si merecía la pena pagar tanto por subir al Jungfrau y parecía que me gustaba más las cosas que leía sobre el Aletsch. Ahora de vuelta… ¿qué te ha parecido? ¿merece la pena la inversión?
    Por cierto de lo del Sphinx no había leído nada y tiene muy buena pinta.
    Un saludo

  9. ivonne dice:

    hola gracias por relatar tu experiencia al jungfrau,espero visitar el techo de europa este 23 de diciembre y voy a tener encuenta tu experiencia de viaje mil gracias.
    pdt: tu solo estas hablando de los precios en euros, pero yo vivo en suiza y gasto en francos te ruego el favor de decirme cuanto cuesta en chf =)

  10. Victor dice:

    Hola Ivonne. Seguro que no te decepciona, aunque viviendo allí en Suiza estarás acostumbrada a paisajes espectaculares.

    Los precios y trayectos los puedes ver en esta página

    http://shop.jungfrau.ch/de/bergbahn

    También puedes hacer la conversión a francos desde internet.

    Un saludo!

  11. Patrick dice:

    Hola amigo,

    10 años despues vamos nosotros… Julio 2021.

    Muchas gracias.

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