Abandonamos Nazca en autobús por la mítica carretera Panamericana en dirección norte. Por la carretera dejamos de lado esas líneas misteriosas y la que fue vivienda de la adorable María Reiche que habíamos podido ver tranquilamente durante la mañana. Nos dirigíamos a Ica donde nos esperaba más desierto, pero en esta ocasión íbamos a tener la compañía de Sele que estaría a punto de llegar a Nazca para sobrevolar las líneas primero, y luego se dirigiría a Ica para juntarse con nosotros. Por este motivo, el de juntarnos de nuevo con Sele, decidimos bajar el ritmo del viaje y descansar por lo menos un día para así coincidir el resto de los días hasta Lima y dedicar un día a todo lo que hay que ver en Ica.
Pensado así, llegamos a la estación de autobuses y nos pusimos a buscar un alojamiento cómodo en el centro de Ica. En un principio pensamos en algo con piscina, pero al final, por el precio que costaban y lo mal cuidadas que tenían las piscinas en algunos hoteles, decidimos quedarnos en el hotel Palacio del Sol en la calle Cajamarca donde las instalaciones y la ubicación eran más que buenas, sin piscina, pero sin duda el mejor hotel en el que hemos estado en este viaje (precio por noche 60 soles/16€ la doble año 2012).
Esa tarde y el día siguiente no hicimos nada de lo que hay que ver en Ica. Pero nada de nada. Lo único productivo que hicimos fue mirar en varias agencias los precios de algunas excursiones que teníamos pensado hacer en cuanto llegara Sele. Pero el resto del día lo dedicamos a pasear por la ciudad, entrar a centros comerciales y sentarnos en la Plaza de Armas a ver pasar el tiempo tomándonos algún helado.
De todas formas tampoco nos aburrimos. Siempre apetece salir un día del hotel sin cámaras, sin prisas y sin ningún plan. Anduvimos por todo el centro de un lado a otro y entre las cosas que más me sorprendieron fue ver algunos edificios aún destruidos por el último gran terremoto que azotó a esta parte del Perú en el año 2007.
Por la tarde fuimos a la terminal de autobuses a recoger a Sele. Fuimos como si fuéramos una agencia más a recoger a nuestro cliente, con un folio que pedimos en la misma terminal y con el nombre y ranita impreso de puño y letra (y falta de ortografía incluida…). Ya estábamos los tres juntos de nuevo y dispuestos a pasar uno de los días más completos de todo el viaje.
Qué ver en Ica
Tras negociar con una de las agencias que miramos por la mañana, acabamos cerrando por 80 soles por persona dos excursiones que nos ocuparían casi todo el día siguiente.
Qué ver en Ica; brindis de Pisco en las bodegas de Ica
Al día siguiente salimos los tres con un conductor a visitar una serie de bodegas donde se destila el famoso Pisco de Perú. Hace unos años me regalaron unas botellas chilenas de Pisco y la verdad que me encantó la bebida. Hay cierta confrontación entre el Pisco de Chile y el Pisco de Perú, y a cualquiera de los países que vayas te dirán que la bebida es originaria suya, pero lo que si es cierto es que tanto en uno como en otro, esta bebida destilada a partir de la uva a cruzado fronteras y se sienten orgullosos por ello los dos países. En el calendario anual dispone de su propio día, el cuarto domingo de Julio, así que más que un negocio, el Pisco es un orgullo nacional declarado patrimonio cultural.
Qué ver en Ica; bodega de Tacama
Comenzamos la mañana visitando la bodega de Tacama, que es una bodega de vino como una de las tantas que tenemos en España pero con la peculiaridad de que se trata del viñedo más antiguo de Sudamérica y del que posteriormente suministró uva a los países vecinos.
En la bodega pudimos ver bajo una visita guiada toda la elaboración del vino y nos explicaron también el proceso de elaboración del pisco. La visita está bien, pero no deja de ser una enorme bodega industrial que suministra el líquido a toneladas. Al finalizar el tour por ella comenzamos el ritual del brindis y cata de piscos que haríamos en cada una de las bodegas por las que fuimos pasando… y que alguno como Sele, que no suele beber alcohol, lo pasó un poco mal… jejeje.
El Pisco se puede tomar de muchas formas. Se puede tomar a palo seco, como los «machotes», pero hay que tener estómago. A mí el que me regalaron de Chile venía ya aderezado con limón y se podía beber como si fuera un combinado. En Perú esto también es muy tradicional y mucha gente lo mezcla también con la famosa Inca Kola, pero en vez de llamarlo cubata como nosotros, lo llaman chilcano y se diferencia sobre todo porque lleva, además de la soda (normalmente ginger ale), otros productos aromáticos provenientes de la flora.
Otro cóctel hecho con el pisco mucho más conocido internacionalmente es el famoso Pisco Sour, la bebida nacional del Perú. La base del cóctel es más o menos como la anterior, pisco aromatizado con flora, pero con la peculiaridad de introducir clara de huevo al cóctel. Este lo hemos probado en varios momentos del viaje, y en el pueblo de Maka, en el valle del Colca, pudimos probar una variante de esta bebida pero que su ingrediente estrella sería además el fruto del cactus que crece allí. Ellos lo llaman Colca Sour y os puedo asegurar que está buenísimo (para gustos, colores…).
Qué ver en Ica; bodega El Catador
Siguiendo con la ruta de bodegas, dejamos la potente Tacama para dirigirnos a otras mucho más modestas pero también más peculiares que a mí gusto merecen mucho la pena conocer, como por ejemplo los viñedos de Luis Gonzales Missa en la bodega «El Catador», donde nos enseñaron las antiguas tinajas del pisco y las bañeras donde acaban con la vid, aunque esta visita está más enfocada a que te quedes allí a comer y hagas gasto, cosa que nosotros no quisimos ya que aún era pronto.
Qué ver en Ica; Bodega Lazo
Pero sin duda, la bodega que más nos sorprendió fue la Bodega Lazo, más que por sus piscos, por el propio museo que tiene montado dentro de su local. Un local viejo, lúgubre y sorprendente a la vez. En unos cuantos metros cuadrados tiene expuesto centenares de antiguallas a cual más rara. Desde una maqueta de un barco velero hecho con huesos, hasta una pequeña foca disecada, pasando por armas, monturas, instrumentos musicales y numerosas antigüedades más. Un lugar de lo más curioso donde volvimos a catar más pisco y vino, y que a estas alturas ya íbamos con un tono más sonrojado de la cuenta.
Qué ver en Ica; Oasis de Huacachina y Sandboard en el desierto
Volvimos de vuelta a Ica y tras un merecido reposo para filtrar el pisco que llevábamos en la sangre, nos enfundamos el traje de aventureros y nos lanzamos al desierto en nuestra segunda excursión del día. El destino, el oasis de Huacachina, está apenas a cinco kilómetros de Ica en medio de las gigantescas dunas del desierto costero peruano.
Uno de los puntos fuertes que tiene Perú es su diversidad paisajística. Ya habíamos visto la selva peruana, grandes cañones como el Colca y altiplanos con volcanes, lagos inmensos como el Titicaca y desierto de piedras en Nazca. Ahora nos deleitaríamos con uno de los paisajes más bonitos que puede ofrecer Perú. Un mar de dunas que esconden en su interior el mencionado oasis de Huacachina. Pero más que el oasis, lo que más me gustó fue el desierto en sí. Nunca había visto dunas tan grandes como aquellas. Según nos acercábamos con el coche tomábamos consciencia de donde nos encontrábamos y daba que pensar si el oasis era solo Huacachina o toda la ciudad de Ica con sus campos de viñas inmersas en un terreno tan árido como aquel.
La laguna de Huacachina nos recibió con un intenso calor. Parece mentira que de pronto, en medio de aquellas dunas, exista un lugar así. Es el típico oasis que uno se imagina de pequeño, aunque mucho más comercializado, y es que desde mediados del siglo XX este lugar ha sido explotado como centro turístico de lujo para gente adinerada, aunque hoy en día su aspecto es mucho más decadente y prácticamente sólo sirve como base para hacer excursiones por el desierto.
Y ese sería nuestro objetivo. Recorrer las inmensas dunas sobre unos buggies preparados específicamente para correr por arena. Y vaya si corren…
Me hubiera encantado poder conducir uno de esos monstruos areneros, tirarme alocado por la dunas y conducir a todo trapo, pero creo que hubiéramos volcado en el primer salto que pegáramos… Pero aunque no pude hacerlo, nuestro conductor nos sacó toda la adrenalina que teníamos y disfrutamos tanto como si estuviéramos montados por primera vez en una montaña rusa. A mitad del recorrido nuestro coche se paró (trata de arrancarlo… por Dios!), pero aprovechamos el tiempo que tardaron en traer otro buggie para deleitarnos con las impresionantes vistas de este desierto. Un auténtico mar de arena.
La aventura continuó al poco tiempo. Seguimos subiendo y bajando dunas hasta el punto más alto de este desierto. Allí haríamos la otra actividad de la tarde que consistía en tirarse con tablas de nieve pero sobre la arena, lo que viene llamándose Sandboard.
Sobre la nieve me defiendo un poco y pensé que con la arena sería parecido, pero se me olvidó el detalle de que aquí no llevo los pies atados igual que en el snowboard y en el primer intento de descender de pie me fui al suelo casi de boca, así que desistí y probé a hacerlo sentado y después tumbado, siendo mucho más emocionante de esta última forma. Comenzamos por dunas relativamente pequeñas, quizá con unos 15 metros de desnivel, pero según íbamos descendiendo, las montañas de arena eran más vertiginosas y la velocidad que se cogía era ya considerable.
Ese día tragamos más arena que ningún otro día de nuestra vida y a consecuencia de ella, mi teléfono móvil, que se me olvidó dejarlo a buen recaudo, se llenó de arena y ahora no se escucha bien… pero son los daños colaterales por haber pasado uno de los días más entretenidos del viaje.
Aunque la ciudad en sí no tiene mucho interés, las actividades alrededor de Ica como veis son de los más divertidas, por lo que en un viaje a Perú es recomendable aunque sea estar un día allí, tiempo suficiente para hacer todo lo que habéis leído en este artículo de qué ver en Ica.
Joerr qué bien nos lo pasamos. Me ha encantado recordar las catas de pisco. Ya sabes que yo no soy muy de alcohol que digamos jeje
Oye Victor, todos los vídeos me sale que son «privados» y no los puedo ver. Mira la configuración que yo creo que los tienes cerrados al público.
Muy buen post, super completo!!
Sele
Buenas Sele! Ya tengo los vídeos en público. Espero que al verlos no te enfades jejejeje… sales con cara avinagrado con el Pisco jejejeje… pero los publico siempre desde el cariño ;P
Que rico el pisco!!! A mi me encanta, aunque es algo fuertecito… Por cierto, que pasada los boogies en la arena no? Supongo que vale la pena aunque acabes de arena hasta las orejas!! Abrazos
Anda que lo pasasteis mal…me ha encantado el «monstruo arenero», pero creo que tendría que tomarme una caja entera de Biodramina para un paseo como ese, jaja.
Madre mía, a mi eso de los buggys me ha flipado, tiene que ser una pasada darse una vuelta por esas dunas.
Gran recibimiento a Sele, se nota que sois una agencia tope profesional XDDD
Un abrazo!
Que buen equipo formáis, se ve que os lleváis de P M.
Interesante la visita a la bodega, nosotros por un cambio de vuelo nos perdimos la oportunidad de conocer Huacachina, una pena la verdad.
Por cierto como va todo??
Un fuerte abrazo.
Javier y Deborah
Que graciosos los vídeos (con ese toque de música al comienzo del último)… Yo no conocí esta zona, pero se nota que lo pasasteis bien. Lo del sandboard debe estar chulo.
Los piscos a mí me encantaron.
¡Un saludo chicos!
Se ve que lo pasastéis mal!! Anda que después de tanto Pisco, no sé cómo os atrevistéis a surcar las dunas!! jejeje
Vaya dia mas entretenido que pasasteis entre piscos y desierto. Nosotros nos alojamoa en el oasis y hoy en dia lo unico que hay alli es mucha fiesta y descontrol, lo de tirarse x las dunas me encanto pero lo de subir andando luego no tanto, jejejeje. Un abrazo!!! 🙂
Envídia me dáis … además coincidir con Sele .. qué pasada … el Oasis de Huacachina me ha fascinado … que bonito!!
HOLA, Por favor, me compartes el nombre y contacto de la agencia con la que hicieron el tour del pisco y los buggies? la agencia fue puntual? muchas gracias
No lo recuerdo. Estaba en la plaza de armas, pero allí son muchas y todas te hacen las mismas excursiones, por lo que tendrás que ver cual es la que te hace mejor precio… Regatea!
Sin duda Ica sigue siendo un hermoso destino.
Un oasis en el desierto, vinos y Piscos, y sobre todo personas que siempre te trataran amablemente.
¡Hola Victor! Mucho Gusto quien te escribe es Ángela, peruana de nacimiento, y experta en turismo en Perú. La verdad te felicito tu post me gustó mucho. Gracias por compartir tu experiencia siempre ando leyendo los post de viajeros y la tuya me gustó mucho. En tu post encontré mucha información bastante interesante. A mí en personal me gustaría dejar algo de información sobre la ciudad del Ica. La ciudad del Inca destaca en la agricultura, la producción de Uvas, espárragos, Palmeras datileras, nueces de pecan, algodón, mangos, paltos entre otros.
A la ciudad del Ica puede visitar en el cualquier mes del año se mantiene en verano todo el año, no hay cambios climáticos, en toda la temporada el clima es favorecedor.
Gracias y Saludos.