El primer día de crucero por el Nilo se planteaba más tranquilo y el despertador nos dejó dormir hasta las 7 de la mañana. La noche anterior atracamos en Edfu, y el templo de esta localidad sería nuestra visita matutina.
Cruecero por el Nilo; el templo de Edfu
El templo de Edfu está dedicado al Dios halcón Horus. En la antigüedad se encontraba rodeado por una muralla de la que aún quedan algunos restos originales y tras andar unos metros por ellos pudimos ver la imponente entrada al templo.
Ya desde fuera la impresión que da el templo de Edfu es de conservarse muy bien por lo que la visita se planteaba interesante. Justo antes de entrar a mano izquierda pudimos ver el mammisi o paritorio donde tendría lugar el nacimiento divino del hijo de Horus y Hator y en sus paredes se ven escenas del nacimiento y posterior amamantamiento.
Después de alguna explicación fuimos hacia el centro de la puerta principal custodiada por dos halcones y una marabunta de gente. En todo Egipto ha sido un continuo el haber mucha gente en todos los sitios, por eso de las «autofotos», que era la única manera que se nos diferenciara entre tanta gente… además que ya se ha convertido en un clásico mío esto de girar la cámara jejeje…
La primera sala que nos encontramos es grande y rodeada de columnas. Custodiando la entrada a la sala hipóstila se encuentra la estatua de Horus con la doble corona. Esta sala hipóstila es la más antigua del templo y consta de 12 columnas en un estado de conservación asombroso. El techo pudimos ver que se encontraba ennegrecido, posiblemente producido por algún incendio de épocas posteriores a su construcción, pero en general, todo está muy bien conservado y los relieves se ven muy claros, en la mayoría representando ofrendas y con motivos florales.
Un detalle que llama la atención en los relieves son las marcas que hay en algunos de ellos como queriéndolos borrar. Estas marcas fueron hechas por cristianos en épocas posteriores a los que no les gustaba ver escenas de otra religión distinta a la suya. Además en este templo vi por primera vez el famoso relieve que tanta polémica ha dado a escépticos del mundo de Egipto y que afirmaban que en aquella época se iluminaban con bombillas ya que dicen que las llegaron a representar en las escrituras a través de un dibujo. Estos dibujos ni son bombillas, ni los egipcios conocían la electricidad, si no que se trata de un signo de la clasificación de Gardiner y que se pueden ver en más templos ptolemaicos.
Después de pasar la sala de ofrendas subimos por unas escaleras hasta el santuario del templo donde solo los sacerdotes y el faraón podían pasar. Hoy en día evidentemente está abierto al público y se hace casi imposible poder ver mínimamente bien esta sala. La aglomeración de gente sobrepasaba las 5 filas hasta poder acercarte y poder ver el armario sagrado (Naos) donde se albergaba la estatua del Dios y un pedestal donde supuestamente estaría la barca sagrada. Haciéndome hueco como pude y gracias a mi altura enganché la cámara y pude tirar una foto más o menos centrada y llevarme la sorpresa al ver que estaba la barca en su sitio. Ilusos de nosotros, al momento nos enteramos que es una réplica y que la verdadera está en un museo europeo.
En el interior hacía un calor exagerado y nos fuimos dando una vuelta por el exterior que descubrimos que no tiene ningún desperdicio. Las paredes se encuentran en un estado buenísimo de conservación y los relieves eran los mejores que habíamos visto hasta ese momento. La gente de «seguridad» se ponían delante de los muros para que les tiráramos fotos… y mira que esperaba a que se fuera, pero los ansias se quedaban allí petrificados para luego reclamarte su «derecho de imagen» (dinero que no di a nadie que actuara de esa manera).
En la salida pudimos admirar por última vez uno de los templos que más nos gustaron y que por mi parte le hubiera dedicado más tiempo. Allí me quedé rezagado del grupo tirando fotos yo solo…
Cuando llegamos al barco nuestro amigo del servicio nos saludó por el pasillo con su característico «hoolaaaa» con tono meloso y una mirada psicópata. Este hombre con bigote a lo Freddy Mercury nos tenía preparada una de esas cursiladas que se hacen con las toallas, en esta ocasión nos había diseñado una bonita flor.
Volvimos a zarpar con dirección a Kom Ombo al que tardaríamos todavía unas horas en llegar por lo que teníamos el resto de mañana libre en el barco y lo que aprovechamos para tomarnos alguna cervecita y quitarnos el calor en la piscina de la terraza. Después de comer llegamos al destino y atracamos al lado del Templo. Y que mejor sitio que este donde plantar un mercadito de recuerdo. Nada más salir del barco nos encontramos con un acoso constante por parte de los comerciantes, pero en esta ocasión se pasaban tres pueblos los amigos, agarrándote para que no te escapases y si no le hacías caso te «recitaban el Corán» por lo bajo.
Crucero por el Nilo; templo de Kom Ombo
El templo de Kom Ombo que visitaríamos a continuación se erigía en lo alto de un montículo y en esta ocasión, gracias a que el templo era pequeño, el guía nos acompañó por la visita explicándonos ciertas cosas, pero no mostrándonos otras como los cocodrilos momificados, ya que de esto me enteré más tarde.
El templo de Kom Ombo, también de la dinastía ptolemaica, estaba dedicado a los Dioses Sobek (con cabeza de cocodrilo) y Haroeris (cabeza de halcón, Horus el viejo). Por este motivo se convertía este en un templo inusual en Egipto, ya que en un solo recinto se alojarían dos Dioses. Y la mejor manera para que no diferenciar uno del otro era hacer el templo simétrico y tener cada uno su entrada, su sala hipóstila y su santuario. De esta manera quedarían distribuidos al lado izquierdo el Dios halcón y a la derecha el Dios cocodrilo.
El estado general del templo se ve muy en ruinas pero los grabados en sus paredes resultan de los más interesantes. Aquí como en el de Edfu nos encontramos con algunas figuras tachadas por los coptos que usaron este templo como iglesia cristiana. Según andas por las piedras hay agujeros donde antiguamente se guardaban los objetos sagrados que utilizaban para el culto. Entre los relieves más interesantes podemos ver alguno representando a una mujer sentada pariendo (de echo es una postura mejor de parto a la utilizada actualmente), y también al final del templo, la representación de una mesa con instrumentos quirúrgicos, así que de esta manera se ha podido saber los métodos e instrumentos médicos que utilizaban en esa época.
Engaños en la excursión de Abu Simbel
Sin tiempo para mucho más nos fuimos al barco y compramos antes una chilaba en los puestos ya que esa noche haríamos la típica fiesta de la chilaba en el barco. Zarpamos ya sin intención de parar más hasta la ciudad de Asuán donde nosotros estaríamos tres días enteros y desde donde haríamos la excursión a Abu Simbel.
Aunque no lo he ido comentando, nuestro guía nos daba el coñazo todos los días con que teníamos que reservar la excursión o no podríamos hacerla, cosa que es mentira. Desde hacía 7 días nos comentaban siempre lo mismo y siempre había posibilidad de hacerla en todo momento, incluso apuntándonos a última hora. De hecho nosotros apuramos hasta llegar a Asuán para poder ver cómo nos podía salir de precio haciéndola por libre buscando a más gente para que saliera más barato, pero durante todo el crucero no vimos a nadie que se planteara hacerlo de esa manera. La excursión de nuestro grupo saldría hacia Abu Simbel la mañana siguiente a las 2 de la madrugada, y a las horas que llegamos a Asuán no nos permitiría buscar mucho y pensamos que yendo solo 2 personas también nos saldría por un ojo de la cara realizar la excursión, así que con mi fastidio de tener que pagar 100€ por persona a los de la agencia, hablamos con el guía para dejarlo reservado con una señal a falta de pagarlo entero ya que teníamos que sacar dinero en Asuán. Se le cambió la cara al amigo y a mi me pasó todo lo contrario, con resignación, pero no podía arriesgarme y dejar pasar la oportunidad de ver una de las joyas de este país.
Esa noche en la fiesta del barco, hablando con unos chicos escuchamos que un grupo de unas 6 personas tenían pensado hacerlo por libre y escopetados fuimos hacia ellos. Nos dijeron que nos uniéramos sin ningún problema porque además cuantos más seamos, más barato saldría por persona. Quedamos en mirar precios a la mañana siguiente y el que más nos gustara lo cogeríamos. Tras estas palabras fuimos a buscar al guía para decirle que nos habíamos arrepentido y que queríamos que nos devolviera la señal. Nos siguió intentando convencer para que hiciéramos la excursión y al final nos tuvimos que poner serios para que nos devolviera la reserva.
La fiesta de la chilaba de esa noche no estuvo mal y al menos tuvimos una noche diferente y divertida. El guía de otra agencia amenizaba la noche haciendo grupos de gente y diversos juegos en el salón del barco. Aquí fue un punto la chilaba que me compré… Sin mirar tallas ni nada, al ponérmela vi que me quedaba por la altura de las rodillas jejejeje… Si me hubiera puesto una corbata sería la viva estampa de Pedro Picapiedra.
Esa noche la gente se fue a acostar pronto porque iban a madrugaban bastante para ir a Abu Simbel y nosotros nos fuimos a la terraza a disfrutar de la brisa de Asuán.