Hoy al levantarnos y andar por los pasillos de los camarotes, más que un barco de vacaciones parecía un pecio naufragado a orillas de Asuán. Todo el mundo se había ido a Abu Simbel y nosotros dedicamos el día para pasear tranquilamente por la ciudad de Asuan y buscar alguna oferta para realizar la excursión a Abu Simbel.
¿Cómo ir a Abu Simbel por libre?
A la salida del barco nos acosaron los dos o tres taxistas o faluqueros apuntalados en la puerta del barco queriéndote llevar a cualquier sitio, pero nosotros teníamos intención de andar un poco y mirar por los hoteles cercanos para ver precios a Abu Simbel. No muy lejos del barco vimos un hotel grandecito y nos metimos a preguntar. Mientras que el de recepción nos explicaba todo en inglés y nosotros poníamos cara de «a ver que no me entero de nada…», pudimos entender que podíamos hacer la excursión por unas 300 libras por persona (40€ aproximadamente, contando que al final íbamos a ser 8 personas). Nos llevamos el precio apuntado y fuimos a mirar a otro lado. Al girar en la esquina se nos acercó un hombre del personal del hotel y nos dijo por lo bajo que le siguiéramos un poco más adelante. Cuando nos alejamos lo suficiente del hotel nos empezó a comentar que nos podía conseguir un vehículo para hacer la excursión y le preguntamos por cuanto nos saldría. Después de regatear un rato nos lo dejó a 150 libras por persona (20€) y fuimos a ver el coche con el que iríamos. El coche era una furgoneta para 9 personas nuevecita y realmente nos gustó bastante, pero nos pidió un dinero por adelantado y le dijimos que teníamos que consultarlo con más gente, así que nos dejó su teléfono y quedamos en llamarle si nos decidiéramos por él.
Es alucinante el «robo a mano armada» que hacen las agencias al cobrar esta excursión por 100€. Quizá si al menos el guía que tengas es más competente que el que nos tocó a nosotros… pues bueno… pero con nuestro guía es como ir solo, así que mucho mejor sin él. Si fuera del barco te cobran 160€ por 8 personas, que tiene que dar para cobrar varios de ellos y el combustible… imaginaros lo que tienen que ganar al ir en un autobús, pongamos 50 personas a 100€ cada uno… ¡¡¡unos 5000€ en una mañana!!! Yo lo tengo muy claro y pienso que al cobrar esos precios no puede tratarse nada más que de unos ladrones y sobre todo una mafia que juega con el miedo de la gente a hacer esta excursión por libre.
¿Qué ver en Asuán? De paseo por Asuán.
Como el precio de 20€ nos pareció más que justo dejamos de mirar para dedicar tiempo a pasear por Asuán. Ahora sí cogimos un taxi para que nos llevara al centro y pasear por su mercado y calles aledañas. Llegamos al mercado y rápidamente nos dimos cuenta que no tiene nada que ver con lo vivido en El Cairo. La mayoría de gente no nos agobiaba a no ser que pasáramos a su tienda. En este mercado hay muchas tiendas de especias donde pude comprar un poco de anís y otra especia picante, que era un mejunje de muchas a la vez. Daba gusto dar una vuelta sin tanto agobio y sin que te estén cogiendo por la manga.
En ese momento teníamos un muñeco que la sobrina pequeña de Eva nos había dado para que se lo regalásemos a algún niño, y como lo que dice una niña de tres años va a misa, buscamos a un niño pequeño acompañado de su familia, y pidiendo permiso, se lo dimos. El niño no sabía muy bien que pasaba y nos miraba extrañado, mientras que su madre nos sonrió y nos dio las gracias. Eva además compró un paquete de decenas de bolis, pero me negué a regalarlos a los niños al igual que me niego a darles el maldito euro que te piden en todos los lados cuando deberían estar en el colegio. Lo mejor si se lleva material escolar es buscarse un colegio o alguna entidad donde ellos sabrán realmente repartirlos a quienes lo necesitan más.
Nos fuimos dando un paseo a orillas del Nilo hasta el barco y al llegar un hombre con su faluca nos ofreció la excursión al pueblo nubio por 5€ (35-40€ en el barco), pero era una excursión que no me interesaba mucho hacer. Ya en el barco hablamos con los chicos para ver qué precio habían conseguido para ir a Abu Simbel y nos comentaron que 10€ más que nosotros, pero que el chico era muy majo y que les había gustado. Por nuestra parte no había ningún problema y quedaron para ir a ver el coche a las 21h de ese día. Reposando la comida, estuvimos en la terraza del barco, con vistas al Nilo y a una zona de tumbas (Qubbet el-Hawa), esperando a que diera la hora para ir a hacer la excursión programada al obelisco inacabado y la gran presa de Asuán.
¿Qué ver en Asuán? El obelisco inacabado
Salimos con el autobús y en poco tiempo llegamos a la cantera donde se ubica este obelisco, justo al lado de un gran cementerio. El obelisco está inacabado sin ningún relieve en sus lados y no merecería la pena visitarlo si no fuera porque se pueden observar ciertos detalles y ver o estimar como trabajaban este granito en aquella época para construir tal asombrosos monumentos.
Si este obelisco se hubiera acabado habría sido el obelisco más grande de Egipto, pero los ingenieros vieron que se empezaba a agrietar y dudaron de la calidad del granito suponiendo que se partiría a la hora de levantarlo. Por eso lo dejaron inacabado.
En toda la cantera se ven marcas en las piedras iguales que si rebanásemos con una cuchara un trozo de mantequilla. Todavía es un misterio el saber a ciencia cierta el proceso real que utilizaron para cortar el granito de esta manera. Se estima que pudo ser a base de cortarlo con dolerita, una piedra que se puede observar por algunas partes de la cantera. Otra estimación dice que los cortes los realizaban mediante cuñas de madera específica, humedeciéndolas e introduciéndolas en las pequeñas hendiduras que realizaban. Al exponer la madera húmeda al sol esta se ensanchaba agrietando la roca facilitando de esta manera su extracción.
Yo cada día me sorprendía más de la forma de trabajar que tenían y de ver las bestialidades que levantaban con una tecnología rudimentaria. Imaginaros el trabajo que llevaría el traslado de rocas desde aquí hasta Guiza para construir la gran pirámide de Keops.
¿Qué ver en Asuán? La gran presa
Desde la cantera fuimos hasta la gran presa de Asuán y pienso que esta es una excursión que realmente la meten en el lote por hacer bulto y porque deben de estar muy orgullosos de su construcción, pero mucho interés para mí no tiene.
Antes de llegar a ella se tiene que atravesar la antigua presa construida en el año 1902, que por la ineficacia de la misma, al no poder controlar las subidas constantes del Nilo, se decidió en 1952 comenzar a construir una presa mayor ocho kilómetros río arriba. También por el camino se puede ver el templo de Filae, ubicado entre las dos presas y que al día siguiente teníamos pensado visitar. Nuestro guía no paraba de decir que esta presa es muy importante (no lo dudo) y que es de una ingeniería asombrosa (tampoco lo dudo). Nos repitió en varias ocasiones que la presa era obra totalmente de Egipto y que solo Rusia aportó una «pequeña ayuda técnica». A mí me da que aportó más que eso y que si no llega a ser por los Rusos no la hubieran podido terminar o les hubiera costado más… pero bueno, dejémosle al guía con su presa y sus pajas mentales.
Además de para controlar las subidas del Nilo, esta presa proporciona muchísima energía, pero las consecuencias negativas es que sepultaron muchos restos arqueológicos (otros muchos se salvaron como Abu Simbel) y modificó el hábitat natural del río. Como resultado de esta presa se creó lo que se conoce el Lago Nasser, uno de los más grandes del mundo (2009) y por el que hoy en día se realizan cruceros a través de sus 300 km de recorrido. Desde la presa la vista es un contraste del desierto seco y la inmensidad del lago azul. Se puede ver no muy lejos de aquí el templo de Kalabsha que fue salvado de las aguas del lago y emplazado en su posición actual.
En la entrada a la presa por la carretera hay un monumento levantado en honor a la «pequeña ayuda» que proporcionó Rusia.
Timo de los perfumes en Asuán
Estas dos visitas de hoy eran las últimas que teníamos contratadas con el paquete opcional, pero nuestro guía quiso terminar su servicio llevándonos a un centro comercial donde nos podían grabar nuestro nombre en un cartucho al más puro estilo faraónico. Todos los que íbamos en el minibús (hartos de este guía) no bajamos de él nada más que unos pocos y simplemente para comprar una botella de agua, pero ni pisamos el centro comercial. Viendo su «éxito comercial» en esa tienda, nos llevó a una de perfumes. Aquí ya casi que nos vimos obligados a entrar y de primeras nos sentaron a todos y nos invitaron a una bebida para escuchar mientras tanto una charla de unos 30 minutos explicándonos el proceso de elaboración de los famosos perfumes de la zona. Al menos aquí te puedes enterar un poco de cosas y que quizá te puedan interesar más o menos y no está del todo mal, salvo que esto se hace sólo para venderte esencias.
Te dan un lápiz y un papel al más puro estilo Ikea y según van explicando tienes que ir apuntando cuál es el perfume que te gustaría llevarte. A mí no me interesaba llevarme nada de esto, pero a Jesús y María si puesto que ellos utilizan y les salía bastante más barato aquí que en España. Pero lo que no sabían los dependientes es que Jesús y María entienden de estas cosas y a la hora de hacer la compra les despistaron un momento y aprovecharon para envolver el frasco que habían elegido sin que lo vieran. Evidentemente no se quedaron conformes y les hicieron abrirlo y probarlo. La sorpresa, casi evidente, era que lo que les estaban dando era un frasco con un líquido que no tenía nada que ver con lo que ellos compraron. Ni olía igual, ni la densidad era la misma y además parecía más agua mezclada que cualquier otra cosa. Enfadados les dijeron que ni de coña y que ahora mismo les dieran el bueno, a lo que los dependientes se les cambió la cara y borraron su sonrisa falsa del rostro. Ya no sabían ni de hospitalidad, ni de hablar bien español, ni de decir adiós… solo querían que te fueras para que entraran otros y poder engañarles. Nada más salir, nuestros amigos fueron al guía a ponerle de vuelta y media diciéndole que no tuviera la valentía de llevarnos a otro sitio donde sabía que nos iban a engañar tan descaradamente. Menos mal que la sonrisa de una niña egipcia nos alegró un poco el momento y quedó todo en una anécdota.
Ya no quedaba mucho del día y nos fuimos al barco a bañarnos en la piscina e ir luego a las 21 horas a ver la furgoneta con la que iríamos a Abu Simbel a la mañana siguiente, donde pudimos renegociar el precio y al final nos lo dejaron por 150 libras (20€). Sin ningún contratiempo, quedamos a las 2 de la madrugada con la demás gente afuera del barco.
Lo de las tiendas que te llevan en el crucero es de vergüenza. No solo te hacen perder el tiempo, si no que encima te intentan estafar.
Yo por principios y cabezonería no compré nada en los sitios que me llevó el guía del crucero.
Como siempre excelente crónica!
Yo entiendo que esto te lo hacen en todos los lados, tanto en Egipto con en Europa y que en un tour hay que tragar… pero ya que te estafen de tal manera, donde encima el guía es totalmente consciente, es para no recomendar a nadie ir por agencia.
Un saludo!
Mi próximo destino!! Leeré atentamente todas tus entradas. Ya me voy preparando para las mil pillerias que intentarán con nosotras.
Muy buenas Rosa!!! Cuanto tiempo!!
Pues menuda envidaca me das… me encantaría ir a Egipto continuamente jejeje. Pues los artículos de egipto son de los más antiguos del blog, espero que te valgan.. y si no, ya sabes donde me tienes, que siempre estoy dispuesto a tomar una cervecitas!