Happy new year, happy new year¡¡… En la vida había oído tantas veces felicitar el año como esta vez y es que en Londres la gente lo dice en todos los sitios. Happy new yaer, happy new year…
Por fin visito Londres
Londres… Una gran metrópoli europea capaz de codearse con la mismísma Nueva York. Pasear por una calle de Londres no tiene nada que ver con hacerlo en una de Paris, Ámsterdam o Bruselas. Todo es distinto.
Pese a ser Londres una ciudad enorme no ves en ella grandes avenidas. Sus calles suelen ser estrechas y encima los coches van por el lado equivocado (¿o quizás el resto del mundo está confundido…?). Londres tiene peculiaridades que son únicas —o casi— de las Islas Británicas. Los autobuses dobles por ejemplo, aunque en Madrid hace años también existían, se han convertido en un emblema muy característico de la ciudad de Londres. Por todas las tiendas de souvenir tienes miniaturas de este transporte de color rojo. Y este mismo color rojo da vida a los buzones de correos, y más famosas aún, a las antiguas cabinas de teléfono (aunque también las hay negras).
Volviendo a las costumbres en la conducción, hay que dar gracias al ayuntamiento de esta ciudad por pintar en las calles el “look right” o el “look left”, aunque más de una vez te tendrán que pitar para que te des cuenta por donde serás arroyado si sigues cruzando, y también estoy seguro que más de una vez mirarás a un coche y por tu mente pasará la frase de “¡¡pero si va solo!!”, y es que estos ingleses siguen algunas costumbres que datan de la era de los carruajes.
Y como última anotación en las peculiaridades de las calles de Londres es inevitable hablar de los Black Cabs, o lo que es lo mismo, los taxis negros de estilo clásico que inundan todos los rincones de la ciudad. No siempre son negros y te puedes encontrar algún trasto viejo de color azul o rojo y muchos de ellos serigrafiados con alguna publicidad. Pero que el aspecto clásico no os confunda. Es un modelo de coche que se sigue fabricando en la actualidad. Lo que no encontrarás dentro de los taxis es un GPS para indicarles la calle a la que tienen que ir, ya que la preparación para ser taxista en Londres incluye el que se conozcan la ciudad como si fuera su propia casa.
Cómo llegar a Londres desde Stansted y algunos consejos más
La llegada a la ciudad no se hacia en las mejores condiciones meteorológicas, pero también era de esperar por las fechas que corrían. Nada más bajar del avión y poner el pie en el frío suelo del aeropuerto de Stansted nos dimos cuenta que los gorros y guantes serían prendas indispensables en nuestra corta visita a la ciudad. Después de recoger la maleta facturada, nos fuimos a elegir el transporte que nos llevaría hasta el centro de la ciudad y finalmente nos decantamos por la rapidez del tren. El Stansted Express es un servicio prácticamente directo desde el aeropuerto de Stansted hasta la estación de Liverpool Street por un importe de unas 28 libras el billete de ida y vuelta.
Todavía con los ojos llorosos del sueño mirábamos por la ventana del tren a un día gris que empezaba a soltar sus primeras gotas de lluvia. En Liverpool Street lo primero que hicimos fue comprarnos la travelcard para 7 días, ya que las otras opciones eran de 1 y 3 días y nosotros íbamos a estar 5. Con esta tarjeta podríamos acceder a cualquier transporte público (menos taxis) durante los días que estuviéramos en Londres, pero además, al comprarla en una estación de tren (no de metro) teníamos un añadido más. Este añadido son los tikets 2×1 que hay en Londres para entrar a determinados sitios y que solo son válidos con una tarjeta de transporte que lleve la insignia de la National Rail . Al adquirir esta tarjeta hay que elegir para que zonas de Londres quieres que valga, siendo las mas habituales la 1 y la 2 que es donde se concentra prácticamente todo el meollo turístico (unas 23 libras).
Sin salir a la superficie en la estación de Liverpool Street nos metimos directamente en el “underground” (metro) con dirección a la famosa estación de King´s Cross. Junto a ella se levanta un edificio gótico perteneciente a la estación de St. Pancras que es famoso por salir en la película de Harry Potter. El hotel que habíamos reservado no se encontraba muy lejos de allí y con el mapa en la mano recibiendo las primeras gotas de lluvia en el viaje llegamos a la puerta del hostel generator de Londres. La fama de este hotel no es que sea muy buena, aunque depende de a quién se lo preguntes. Nosotros estuvimos en el otro hotel de la misma cadena que tienen en Berlín y la experiencia fue buena, pero las críticas de la gente a este de Londres nos ponían un poco en alerta. La entrada no la teníamos hasta las 14 horas y siendo apenas las 11 pasadas nos dejaron la tarjeta del almacén de equipajes para que pudiésemos desprendernos de las mochilas y empezar más ligeros con nuestra andadura por la ciudad.
He de confesar que no teníamos ninguna ruta planeada. Según el tiempo que nos hiciera y las ganas que tuviéramos, visitaríamos los principales sitios de Londres sin un orden fijado… o al menos lo intentaríamos. Teníamos prácticamente cinco días por delante, pero nos temíamos que el tiempo sólo iba a empeorar en el transcurso de los días.
En esta ciudad, al igual que en Berlín y otras tantas ciudades europeas, está presente la compañía New London Tours que ofrecen excursiones en Londres en español y una de esas excursiones es un paseo por los puntos más característicos de la ciudad. Pensamos que sería una buena manera de empezar nuestro viaje y tomar un primer contacto con Londres.
Esta empresa hace dicha excursión dos veces cada día, a las 11 y a las 13 horas. Cogimos nuestro primer autobús doble y nos pusimos en la parte de arriba en primerita fila para poder ver lo poco que se dejaba a través de los cristales totalmente empañados del autobús. Nos bajamos en Wellington Arch, lugar donde ponían en la web que quedaban para empezar la excursión. A esa hora ya llovía con más ganas y hacía un frío de mil demonios, pero los londinenses se atrevían a ponerse de corto y hacer deporte en los parques vecinos.
Justo al lado de donde estábamos teníamos la entrada a Hyde Park, y en el otro extremo el Green Park y los jardines del palacio de Buckingham. Ya era la una de la tarde y allí no aparecía ni cristo de la agencia. Sólo estábamos unas cuantas personas bajo del arco resguardándonos de la lluvia, pero me temía que nosotros éramos los únicos que estábamos esperando para hacer una excursión en español bajo esta lluvia. Al momento apareció uno de los guías y nos dijo que esperásemos a que viniera su compañero que lo da en español. El grupo en inglés era grande, pero para español sólo estábamos Eva y yo. Cuando llegó nuestro guía le vimos con pocas ganas de molestarse para dos personas y quedamos para las 11 de la mañana del día siguiente (mala pinta me dio el chaval).
Hyde Park en un día lluvioso no es lo mismo
Ya que estábamos allí, aprovechamos para ver Hyde Park que por estas fechas se celebraba el “winter wonderland”, un parque de atracciones más grande de lo que me podía imaginar, acompañado de una pista de hielo y puestos donde comprar cositas o tomarse algo caliente.
Como es costumbre en el norte de Europa, me tomé un Mulled wine o Glühwein, que es un vaso de vino caliente con canela, azúcar y alguna fruta y que con estas temperaturas mi cuerpo me lo agradeció enormemente.
Había muchas atracciones y la gente, pese a la lluvia, disfrutaban en la pista de nieve y montando en los trenes.
Estos días nos alimentamos de hamburguesas y pasta exclusivamente y en esta ocasión nos fuimos a un burguer cercano a Hyde Park para aprovechar y coger algo de temperatura y seguir andando. Después nos metimos por medio del parque hasta el lago Serpentine en el que nos encontramos simplemente unos patos nadando. No había nadie más. Sólo dos turistas recién llegados a la ciudad como nosotros tenían ganas de estar allí con el día que estaba haciendo. Rodeamos el lago y atravesamos los jardines del palacio de Kensington (residencia de Diana de Gales hasta su muerte), pasando antes por Speakers Corner, que al no ser domingo no pudimos disfrutar de ningún orador y sus ideas (aunque con nuestro inglés seguro que tampoco hubiéramos entendido nada)
Ya en los jardines empezó a llover con mucha más fuerza (y nosotros con un mísero paraguas) y tuvimos que acelerar el ritmo si no queríamos acabar con una pulmonía para el resto del viaje. Finalmente salimos por la entrada donde se encuentra el memorial Albert, justo enfrente del teatro Royal Albert Hall.
Si llueve en Londres… todo el mundo a Harrods
Con la que estaba cayendo y los museos cerrados o a punto de cerrar, el único sitio para resguardarnos que nos pillara cerca era el famoso centro comercial de Harrods. No por motivos navideños, sino porque son así de glamurosos, se encontraba su fachada iluminada por cientos de luces verdes y blancas perfilando sus aristas dando un aspecto de árbol-edificio navideño, mas que lujoso, un tanto hortera…
Como nosotros, la mayoría de la gente pensó lo mismo, y con la que estaba cayendo fuera allí nos encontramos a miles de personas pasando de una sala a otra. La facilidad para perderse en ese lugar era la misma que la de chocarte con tres personas a la vez. He de decir que es el primer centro comercial al que he visto que la gente le hacía fotografías. Es enorme y como en cualquier centro comercial de aquí, hay de todo. Lo bonito que tiene es que algunas salas están decoradas de formas peculiares dependiendo de lo que se venda en ella, algunas dignas de fotografiar.
En Harrods dicen que si pides un elefante te lo traen de donde lo quieras… pero solo con imaginar lo que me dirían los de Ryanair al facturar tal maleta, me privé de preguntar. A los 30 minutos probamos a salir por una puerta para ver si ya no llovía tanto y me alegré que sólo lloviera moderadamente, para así irnos de ese caótico lugar.
Paseando junto al Parlamento de Londres
Para terminar nuestro día lluvioso decidimos ir a ver el mayor emblema que tiene esta ciudad, la archiconocida torre del reloj o «Big Ben». A la salida del metro la vi por primera vez y no me decepcionó para nada, sino todo lo contrario. En un día lluvioso como el que teníamos, la torre del Big Ben se veía espléndida, preparada para recibir el 2010 donde celebraría su 150 aniversario.
Atravesamos el puente de Westminster sobre un río Támesis que hacía bajar la temperatura ambiental una cosa mala. Desde este puente se tiene una vista inmejorable del parlamento y el Big Ben, y si giramos la cabeza atrás veremos el gran ojo de Londres, tan iluminado y tan llamativo como en las fotos. Me parece que es la tercera noria más grande del mundo (2009) y desde ella podemos tener unas vistas de Londres inmejorables. Aunque nuestra intención no era montar, nos fuimos hacia el malecón que se sitúa a sus pies para hacer algunas fotos, ya que la lluvia en ese momento nos dio una tregua y cedió durante una hora.
Para terminar el día de estreno nos fuimos a tomar unas cervezas a un típico bar londinense. Acabamos en el Red Lion que se encuentra entre el parlamento y la famosa calle donde vive el primer ministro inglés. Se trata de un Pub de finales del siglo XIX de estilo victoriano. Es famoso porque en él se reúnen periodistas y políticos, pero además yo había leído que este era el bar que tenía la segunda licencia más antigua para vender cerveza en Londres y que el último sábado de cada enero se reúnen caballeros al estilo s. XVII para honrar a Carlos I.
Jugando al pinto, pinto, gorgorito elegí una cerveza de barril cuyo nombre no recuerdo, pero cuando la probé me di cuenta que su temperatura no era la adecuada… para mí. Estaba del tiempo tirando para caliente y es que resulta que este tipo de cervezas no se sirven frías. No estaba mala, pero donde esté una cerveza fresquita que se quiten las demás.
Esa noche, cuando llegamos al hotel, empezó nuestra mala experiencia del viaje. Cuando cogimos las cosas para irnos a la habitación vimos que la habitación era compartida con dos personas más, cosa que cuando contratamos, ponía habitación con capacidad de 2 personas. Fuimos a recepción y después de estar «hablando» con la gente nos ubicaron esa noche en una privada para que al día siguiente y más tranquilos encontráramos una solución al problema. La atención del hotel en general fue regular. Un argentino, que nada más preguntarle que si sabía alguien hablar español nos dijo que el no, pero cuando se caldeo un poco el ambiente fue el primero en contestarnos de mala manera diciéndonos que sabía que se cometen ese tipo de errores en la web y se empezó a reír en nuestra cara. Un compañero de él amablemente se esforzaba en hablar español y nos dio la solución de esa noche. Veríamos que pasaría al día siguiente.
Una excursión por Londres andando
Al día siguiente parecía que el tiempo no iba a estar de nuestra parte y por la mañana salimos del hotel con el paraguas puesto, pero yendo hacia el punto de encuentro de la excursión de New London tours el tiempo fue amainando y acabó sólo chispeando. Hoy ya éramos más gente para hacer la excursión, pero el guía, con el frío que hacía, no tenía muchas ganas de dar el rodeo y cumplir con el itinerario marcado. Empezamos en el arco de Wellington y fuimos hacia el Buckingham palace a través de Constitution Hill rodeados por los jardines del palacio y Green Park. Pese a la lluvia, el palacio estaba rodeado de turistas y además, de lo rápido que explicaba guía, ni nos acercamos a las vallas.
Parece ser que el guía tenía prisa y rápidamente tiró solo para adelante mientras los demás nos entretuvimos con parte de la guardia real que pasaba por allí en ese momento. La siguiente parada que hicimos fue en el palacio de San´t James que da nombre a los jardines cercanos. Este era el antiguo palacio de la reina de Inglaterra antes de pasarse al Buckingham. Fue mandado construir por Enrique VIII y nada mas echar un vistazo se puede apreciar su estilo tudor. Nos comentó el guía que este sitio es una buena opción para ver el cambio de guardia, sin tanto glamour pero con menos gente.
Andando un poco más, atravesando la plaza de Waterloo, llegamos a una esquina de la plaza conmemorativa a la batalla de Trafalgar. En esta plaza enorme se erige en el centro la columna del almirante Horatio Nelson que falleció en dicha batalla. Es lugar de manifestaciones, celebraciones y residencia de miles de palomas. La gente se relaja en sus bancos o sentados en las fuentes y sin duda es uno de los puntos neurálgicos de la ciudad. En ella se encuentra la Galería Nacional, uno de los más importantes museos del mundo. Sin pisar si quiera la plaza, nos desviamos hasta el arco del Almirantazgo donde comienza la famosa avenida The Mall. En este edificio de oficinas existe una curiosidad que bien merece comentar. Se sabe que Napoleón está enterrado en los Inválidos de París, pero una leyenda cuenta que eso no es cierto y que fue sepultado en una de las columnas que dan paso a The Mall. Le taparon todo menos la nariz, que la dejaron a una altura justa para que cuando pasara la reina en su carruaje le pueda tocar las narices al mismísimo Napoleón.
Entre el parque St. James y la casa de la guardia montada real, fuimos hacia una esquina donde apenas se veía una punta del Big Ben. Ni corto ni perezoso, el guía se puso a explicar en aquel sitio los datos del famoso campanario en vez de llevarnos hacia allí para poder verlo bien.
El paseo terminó en la plaza cercana a la abadía de Westminster, donde tras explicar un par de datos de dicha catedral, nos recordó que este tour se alimentaba de las propinas y nos pidió nuestra colaboración si nos había gustado. Evidentemente se podía haber hecho de mil maneras mejor simplemente siguiendo el itinerario que anuncian en su web, porque ni pasamos por el rincón del orador en Hyde park, ni al Bunker-Gabinete de Guerra de W. Churchill ni varios lugares más que teníamos que haber visto… (De hecho tardamos como una hora menos de lo que pone que se tarda). Le dimos lo mínimo que pedía y adiós muy buenas. Nada en comparación con el que hicimos en Berlín. De todas formas se lo comenté a Eva, que como si no lo hubiéramos hecho, yo pasaría otra vez por varios puntos para verlos bien.
El variopionto mercado de Candem
De aquí nos marchamo en autobús a Candem para dar una vuelta y comer por alguno de sus puestos callejeros. Pese a que no era domingo, el mercado de Candem está abierto todos los días de la semana y se puede disfrutar de sus puestos más tranquilamente de lo habitual.
Candem es sencillamente imprevisible. Te puedes encontrar a todo tipo de persona, desde el estilo chic al punk, pasando por fashion, góticos, rock, skaters o cualquier otro aún por inventar. Aquí nadie mira a nadie por cómo va vestido ni peinado, salvo los que no somos de allí, que no paramos de mirar a todo el mundo y las fachadas de las tiendas, extravagantes como ellas solas.
Aquí si se regatea en algunas tiendas y puestos pese a que estén los precios marcados. En las tiendas de Candem te puedes encontrar productos de lo más variopinto dedicadas a los tatuajes, música, adornos para el hogar, piercings y sobre todo ropa.
Te puedes entretener un buen rato viendo las colecciones de hebillas para los cinturones… los hay por todas partes. Por aquí pasa uno de los canales que tiene Londres y tras el puente nos encontramos como muchos puestos de comida asiática. Justo pegado al canal, con un frío de muerte, nos comimos unos ricos productos asiáticos sentados en unos originales asientos de Vespa.
Nos tiramos el resto de tarde dando vueltas por todos los lados posibles y tomándonos alguna cerveza en otro típico bar de la zona, en esta ocasión, una cervecita bien fresquita. De vuelta para el centro nos paseamos por Picadilly Circus para ver la iluminación de la plaza. La lluvia molestaba cosa mala y no pudimos mantenernos en la calle mucho tiempo. Después de cenar por la zona, decidimos volver para el hotel.
En el hotel continuamos con los mismos problemas y en esta ocasión nos dijeron que lo de la habitación había sido un fallo de la web en la que contratamos, y llamando por teléfono a la compañía hotels.com nos confirmó la mujer que efectivamente, el cómo estaba escrito en la web daba pie a un mal entendimiento, pero que no podía hacer nada ya que para ellos, capacidad quiere decir el número de personas que estamos reservando y no cuanta gente entra en la habitación. Así que lavándose las manos tanto la web como el hotel, nosotros nos negamos a ceder. Pudimos dormir esa noche en la misma habitación privada sin pagar de momento nada más para hablar este tema con un jefe al día siguiente.
Hola, me voy a Londres en semana Santa y hace añosss que no he estado.
Tu relato me viene fenomenal.
Un saludo y animate a seguir
Cristina (Izarbe10)
Hola Cristina! Me alegro que te pueda servir… para eso estamos. Tardaré unos dias en escribirlo, pero si tienes alguna duda que te pueda ayudar, ya sabes donde me tienes. Te puedes subscribir al blog y cuando vuelva a escribir te llegará un correo.
Un saludo!
Hola Victor!! tengo pensado hacer una escapadita a Londres dentro de poco, así que terminalo prontito,no????jejeje….
Un besooo
Hola Victor, me suscribo a tu blog jejeje.
Un saludo
Hola Victor!
Pues menudo chasco con el hotel y con el tour por la ciudad. Igualmente, que cuando hagas la reserva no te diga si es una habitación doble privada o compartida es muy chungo. Es para no volver a reservar con esta web!
Espero que al menos te gustara la ciudad.
Hola Víctor,
La verdad ,qué mala suerte con el alojamiento, el tour y con el tiempo, pero Londres es una ciudad con muchos atractivos y que invita a volver. El Candem es uno de los lugares que no llegué a visitar en mi viaje a Londres, y me lo apunto porque tiene muy buena pinta.
Saludos !!
Que pasa Lerele!!! ya era hora que te pasaras por el blog no?? y nada mas entrar exigiendo…. si es queee… además, para que quieres que termine el relato si tu vas a tener guia personal para ti, jodiaa..
Bueno… pues ya que tienes la dirección del blog espero que andes mas por aqui.. ES UNA ORDEN!!
Besazosss!!!
He visto que comentas que no es lo mismo comprar la travelcard en una estacion de metro que en una de tren. No es la misma tarjeta? si la compra en la de metro no sale el simbolo de la compañia de trenes para poder aprovechar el 2×1?
La compraste en liverpool? es que yo del aeropuerto a londres voy en bus (ya tengo los billetes comprados) y paro en liverpool pero veo que es una parada de metro no? tambien es de tren? compraste alli los billetes?
Gracias por tu ayuda!