Se dice que él paraíso fue el lugar elegido por Dios para crear al hombre a partir del polvo de la tierra y que a este lugar se le conoce como el Jardín del Edén. Yo realmente creo que el paraíso no está en un sitio específico. No está solo en el Caribe ni en Seychelles ni en la isla más recóndita que puedas buscar en un mapa. Creo realmente que hay un paraíso escondido en muchos rincones del mundo y dentro de España creo que se encuentra en Asturias.
Últimamente todos los años hacemos alguna escapada a Asturias y este último fin de semana lo hemos hecho junto a unos amigos madrileños que nos han invitado a su casa de Ribadesella, o Ribeseya como se dice allí. No da para mucho un fin de semana en Asturias, pero íbamos a hacer lo posible para aprovecharlo al máximo, saliendo el viernes nada más salir de trabajar y llegando allí sobre la una de la madruga.
Que ver en Asturias en una escapada de un fin de semana
A las nueve de la mañana nos encontrábamos desayunando en una cafetería preparados para comenzar una ruta por los alrededores donde empezaríamos visitando los acantilados que preceden a la propia ciudad de Ribadesella. Aquí dejamos los coches y nos acercamos hasta el borde mismo del precipicio donde volaban decenas de gaviotas. El paisaje escarpado es alucinante e invita a hacer volar a la imaginación. Donde quiera que mires, ves verde y al otro lado un mar cantábrico tranquilo y sosegado. El día se había levantado nublado pero poco a poco se iba abriendo y calmando la mar.
Los Bufones de Pría
Dejamos estos acantilados para acercarnos a otros igual de empinados pero con aspecto más salvaje. En apenas 20 minutos llegamos a los Bufones de Pría. Desconocía de este lugar y cuando me explicaron de qué se trataba estaba deseando llegar para verlo. Pasada la localidad de Llames (no confundamos con Llanes), tenemos unos acantilados que han sufrido un proceso kárstico abriéndose una serie de agujeros en la superficie que se comunican con simas a nivel del mar a través de chimeneas internas. El resultado de esto lo define el propio nombre que se les ha asignado. Un bufido desde el interior de la tierra cada vez que el oleaje empuja el aire que hay en el interior de las simas haciendo que este salga por las chimeneas a gran velocidad. Un auténtico concierto con instrumentos puramente naturales.
Pero el día no estaba tan malo como para picar la mar y que esta nos deleitara con alguna sinfonía acuática. El espectáculo se aprecia cuando está demasiado bravo el mar y por las chimeneas sale expulsado el agua hacia arriba. Si os encontráis en ese momento, ojito porque es muy peligroso. Nosotros solo pudimos asomarnos a las chimeneas y escuchar el bufido del viento salir por las estrechas cavidades. En alguna ocasión, sí salía agua pulverizada, pero nada más.
Al borde del acantilado, un pescador lanzaba el hilo en busca de algunos peces que pudiera vender en algún restaurante. Ese día no se le estaba dando bien la faena y añoraba los tiempos en los que podía hacer pesca submarina y capturar suficiente pescado para vivir bien. Me decía que hoy en día casi no hay peces para poder vivir de ello pescándolos de esta manera, pero que no le quedaba otra y aguantaba horas junto a su caña y su cesto yendo de acantilado en acantilado.
Volvimos hacia atrás junto a la playa de Guadamía descubierta en su totalidad por la baja marea. Otro lugar que parece pertenecer al Edén.
La Cuevona de Cuevas
Con el coche nos acercamos tranquilamente hasta las inmediaciones del pueblo de Cuevas. Lo peculiar que tiene este pueblo no está en el mismo pueblo, sino al llegar a él. El único acceso a este lugar es a través de una impresionante cueva abierta en la montaña por la acción del agua a lo largo de miles de años. La llaman La Cuevona, y con razón.
El arroyo que pasa por ella es el que define las curvas de la carretera que se ha construido para pasar al otro lado. Con el coche accedimos hasta el otro lado y lo dejamos aparcado para pasar por ella andando. Las estalactitas y estalagmitas se suceden en los suelos y techos a través de casi los 300 metros que mide la cueva. Es un espectáculo maravilloso pasear por allí como si de un simple túnel se tratara. El capricho de la naturaleza ha dejado que podamos disfrutar de este lugar con un simple paseo y sentirte por un momento como si estuvieras en el interior de la Tierra.
Yo dejé a mis amigos que fueran delante de mí y me esperé hasta encontrarme solo, completamente solo. La humedad se dejaba notar en el suelo y paredes y el silencio permitía oír mis pasos y hasta mi propia respiración.
Hemos tenido suerte y por las fechas en las que estábamos casi no había turismo y salvo por un par de coches, hemos podido disfrutar de La Cuevona en completa soledad. Aquí os dejo el vídeo de cuando salimos a través de ella.
El mirador de Fito
Se acercaban las dos de la tarde y el hambre empezaba a llamar desde nuestros estómagos. Asturias es un paraíso para la gastronomía y yendo con gente que conoce la zona mucho más. Nos llevaron hasta el concejo de Ponga en un pueblo y un restaurante de cuyo nombre no quiero acordarme. Frente a un Hórreo nos sentamos a tomar unas sidras y un poco de queso para ir abriendo boca. Sentados ya en la mesa nos pedimos escalopines con salsa de cabrales que estaban de muerte y Eva un cuenco de unas judías pequeñas con un sabor demencial.
Tras una sobremesa charlando, aprovechamos el sol que había despejado el cielo para ir hacia el mirador de Fito en el concejo de Parres. Tras curva y más curvas llegamos hasta el aparcamiento justo debajo del mirador. Una vez ya situados en el saliente de hormigón se puede divisar la sierra del Suave, la costa asturiana y los Picos de Europa, aunque estos últimos no se dejaron ver bien por las nubes que inundaban aquella zona.
Paseando por Ribadesella
La tarde se nos echaba encima y decidimos volver para acabar dando un paseo por Ribadesella. La ría estaba en ese momento plena de agua y paseamos junto a ella a través del paseo que hay en su margen derecho donde han habilitado unas series de murales en forma de cómic para explicar la historia de este lugar.
Al fondo del paseo hay un pequeño faro que indica el comienzo de la ría y donde nosotros tomamos unas escaleras para llegar hasta la ermita de La Guía que se encuentra en lo alto del monte Corberu. Esta virgen es la patrona de los marineros y desde allí arriba cuida de ellos con unas vistas privilegiadas. La capilla se encontraba cerrada y al rato volvimos al pueblo por un paseo que hay por la ladera alta de la montaña y que para mí tiene las mejores vistas de Ribadesella y su ría.
Dentro de nada anochecería y nuestros amigos nos llevaron hasta la cercana localidad de Tereñes para ver anochecer mientras cenábamos en la terraza de un restaurante posicionado junto al cielo. Se nos pasaron varias horas hablando de todo y disfrutando de una rica cena donde no faltó el chorizo, la morcilla, unas cuantas cervezas y un fondo de belleza incalculable.
La noche la terminamos tomando alguna copa en un pub cercano a casa, pero sin que se nos hiciera muy tarde porque aún quedaba la mañana siguiente para aprovechar nuestro corto fin de semana en Asturias.
Perderse por los Picos de Europa
El segundo día habíamos quedado un poco más tarde y la fina lluvia con la que amaneció truncó un poco los primeros planes que teníamos, así que improvisamos y decidimos hacer una ruta en coche para ver el siempre impresionante paisaje de los Picos de Europa.
Básicamente la ruta que nos habíamos planteado era llegar hasta Fuente Dé dejando de lado un poco a Asturias y adentrándonos en Cantabria. Por carreteras de paisaje impresionante, volvimos a pasar por Cabrales donde hacía un año habíamos estado haciendo la ruta del Cares y seguimos desde Panes hasta Potes junto al río Deva.
El final de esta carretera es justo el final de nuestra ruta en Fuente Dé, una explanada donde un teleférico te sube al cielo para observar el parque natural de Picos de Europa. Pero el día no estaba como para subir puesto que a mitad de las montañas una espesa nube hacía de techo imposibilitando cualquier visión desde allí arriba. En las taquillas del teleférico vimos a través de una webcam que no se veía nada allí arriba y decidimos ahorrarnos los 15 euros por persona que costaba subir.
Aunque teníamos pensado comer en Ribadesella, como ya nos estaba entrando hambre, decidimos comernos unos bocadillos en Fuete Dé y volver tranquilamente a Ribadesella para recoger nuestras cosas, dejarlo todo como nos lo habíamos encontrado y emprender camino de nuevo a Madrid.
No me gusta volverme nunca de ningún sitio, pero de Asturias diría que menos. He pensado que a partir de ahora voy a tener un sueño… y ese sueño es que cuando sea mayor y no quiera viajar más y me apetezca quedarme en un lugar tranquilo, ese lugar será Asturias. Me da igual la cantidad de días que llueva al año y lo triste que dicen que sea eso… Si al final consigo realizar ese sueño tras una larga vida de viajes y de haber conocido lugares y gente maravillosa, podré decir que me he retirado en el paraíso… en uno de los que hay repartidos en nuestro querido planeta azul.
Cada día que pasa me parece que el norte de España es más bonito. ¡Qué lugares! ¡Qué verde! ¡Qué naturaleza! ¡Qué acantilados! ¡Qué de cuevas! Todo precioso…
Un saludo
Buen lugar sin duda el que nos traes hoy Victor.
Tengo familia por esa zona y es un destino genial para disfrutar de paisajes unicos .
un abrazo
Hola tocayo,
Precioso el relato sobre el oriente asturiano, me ha encantado la forma en que lo has contado.
Mala suerte el no poder subir al teleférico y más teniendo en cuenta que hoy ha hecho un día de sol espléndido en Asturias.
Un abrazo.
Qué recuerdos!! Al mirador del Fitu llegué mareadisima, pero con la brisa que pegaba aquel día me despejé por completo, Ribadesella impresionante y las cuevas de Tito Bustillo, increíbles y la Cuevona……….iba conduciendo yo y cuando vi que nos metíamos de lleno en la cueva frené el coche de golpe e hice que mi novio fuera a mirar que era aquello, jajaja. Una vez que me pasó el miedo disfruté muchísimo de un paseo por su interior.
Yo también tengo mi paraíso en Asturias … Cada rinconcito merece la pena
Que maravilla de lugar Víctor. tuve la suerte de estar hace años y disfruté de lo lindo: el descenso del Sella. Potes, Fuente Dé, mi intento fallido de la ruta del Cares…. hoy he descubierto más lugares gracias a tí. En fín, que recuerdos más bonitos. Que viva Asturias!
Un saludo
Buenas a todos!!
– Helena: A mi me pasa lo mismo… y la verdad que el norte de España es lo que menos conozco…
– Bleid: La verdad que es como cambiar de pais. En España tenemos la suerte de tener esta variedad.
– Victor: Pues si que tuvimos mala suerte… aunque nos lo esperábamos según estaba el día de tonto. No te llamé porque estaríamos en la otra punta de Asturias y con los que fuimos lo tenían todo organizado… pero ya nos veremos en otra ocasión.
– Artabria: La verdad que la cuevona me impresionó mucho. Es increible que sea solo ese el paso para llegar al pueblo!
– Alberto: Yo lo voy descubriendo poco a poco, pero si que queremos un año dedicar tiempo a recorrer no solo Asturias, si no todo el norte de España.
– Fran: Pues yo estuve hace unos 5 años haciendo el descenso del sella y también descenso de cañones, otro año fui a ver el descenso, pero esa vez más que nada para la fiesta que se monta… y espero que todos los años tenga tiempo para dedicarle.
Bueno… estoy trabajando con el relato de Suiza que tengo escrito ya casi un par de relatos más… Estoy dejándome tiempo para luego más adelante centrarme con la preparación del viaje de verano…
Por cierto… si alguien quiere comprarse un coche, voy a estar este finde en una feria en Móstoles, en el parque Liana… asi que ya sabéis jejejeje…. Hay que hacer publicidad como sea que están la cosa muy malita y me tengo que ir de viaje jejejeje.
Saludos!!
Que bonita entrada Victor!
Asturias es una de mis zonas preferidas de España. Me encanta como huele. Sólo entrar a Asturias, ya huele a Asturias! Ese olor a hierba mojada, a manzanas ya casi fermentando, a vaques….mmm ya me traslado…Me encantan sus paisajes, sus gentes, su comida, todo! Nosotros solemos ir a menudo, sobretodo a la zona oriental, que es lo que nos pilla más cerca de casa.
Con el mirador de Fitu tengo un recuerdo no demasiado bueno… Se nos cruzaron delante de las motos, unas cuantas vaques en una de las curvas y nos pegamos una leche con la moto, que si nos descuidamos casi no la contamos.Todavía me duele de recordarlo jajajaja ir en moto por Asturias en según que sitios, es toda una aventura!
Me ha encantado este relato Victor.
La verdad que Asturias siempre merece una escapada. Y siempre enuentras nuevos rincones donde gozarla.
Por cierto, tengo una foto casi igual en la Cuevona 😉
Un abrazote y nos vemos en ná!!!!
Hola Victor, me ha hecho gracia tu reflexión final, porque hablando con María en más de una ocasión nos hemos imaginado cuando nos retiremos en alguna casita de algún pueblito asturiano, con toda la tranquilidad que se respira jejeje!
Por cierto, vi tu comentario en la pagina de Jose Carlos DS, y esa cañita cuando quieras 😉
Saludos!!
Buenas Moon! vosotros si que lo tenéis cerquita… a mi me pilla a unas cinco horitas… pero cuando llego se me quitan todos los males, jejeje. Lo de la moto es todo un peligro… vimos muchas de ellas y el problema es que algunos no solo van a hacer rutas si no que van a hacer «curvas»… por lo que hay que ir con mucho ojito… Yo vivo en una zona de Madrid que los fines de semana las tengo a miles…
En nada nos veremos si… lo que pasa es que he cometido un error de cálculo y quizás me hagan trabajar ese sábado… Voy a intentar que no poniendo la excusa que este finde trabajo sabado y domingo.. pero si no cuela, igualmente iré el sabado cuando salga…
Dany!! La verdad que me lie con los dos blogs que tenía abiertos y al final no recuerdo ni si quiera si te dejé algún comentario… ejejeje… Pues para la próxima que quedemos te comento y si se tercia… yo puedo cualquier tarde a partir de las ocho…
Un saludo!!
Yo soy una enamorada del norte de España! No es por menospreciar el resto del país, que tiene también sitios muy bonitos, pero es que el norte tiene un algo… Yo todos los años hago alguna escapadita al norte. En abril estuvimos también nosotros por Asturias, pero en la zona oeste de la región. En Ribadesella estuvimos hace tres años. Y se come de bien!! mmm!! Yo creo que también me gustaría poder retirarme en algún rincón del norte.
Saludos
Buenas Mari Carmen! Pues yo la zona Oeste casi no la conozco. Las pocas veces que hemos ido nos hemos centrado por esta misma zona… Eso quiere decir que me quedan más viajes a Asturias!! jejeje
Un abrazo!
Me has emocionado con tu relato. Qué bien que te guste mi tierra. Yo vivo a 500 kms y leer este tipo de cosa hace que me entre la nostalgia…
Para mi la Cuevona es de lo mejor de por allí. Lo malo es que empieza a ser conocida y cada vez va más gente
me gusto fue interesante conocer esta zona.