De Lima dicen que es una ciudad gris y que rara vez se puede ver el cielo azul. Nosotros pudimos comprobar que no. Es más, también dicen que no merece la pena dedicarle mucho tiempo a la ciudad, y también comprobamos que no es cierto. En los días que estuvimos nos faltaron muchas cosas que ver en Lima. Nosotros pasamos allí unos tres días y no paramos de hacer cosas, de dar vueltas por la ciudad, de entrar a un lado y a otro y hacer alguna que otra excursión… ¿Pero cómo no va a merecer la pena visitar una ciudad en la que viven ocho millones de habitantes?
Nuestro alojamiento estaba en el barrio de Miraflores. Habíamos oído hablar tantas «lindeces» de la ciudad, que no queríamos tener problemas en los últimos días del viaje por Perú y finalmente optamos por la opción más segura. Alojarnos en Miraflores. Allí nos quedamos en el albergue Flying Dogs en una habitación triple con baño privado por unos 10€ cada uno. Desde allí salíamos cada día para visitar los lugares que más no llamaban la atención de Lima, que eran unos cuantos, y que os resumo a continuación en esta lista de cosas qué ver en Lima (o que vimos nosotros, mejor dicho…)
Qué ver en Lima; centro histórico de Lima
Desde que los españoles llegaron a estas tierras y fundaron la ciudad de Lima, llamada en su día Ciudad de los Reyes, ha sido siempre la ciudad más importante y capital del país. En el corazón de la misma encontraremos la Plaza Mayor, lugar donde se expone de manera sobresaliente la arquitectura de la época colonial con típicas balconadas de madera cubriendo las fachadas de los edificios más característicos, como por ejemplo, el Palacio Municipal y el Palacio Arzobispal cuya características arquitectónica se contagia hacia otros inmuebles del casco histórico, declarado en su conjunto Patrimonio de la Humanidad desde 1988.
La zona centro, distribuida en cuadrículas o cuadras, nos resultó muy agradable de pasear. Una zona segura y muy animada llena de turistas y restaurantes donde comimos el típico plato de carne marina llamado Cebiche compuesto de pescados y mariscos aderezado con lima y que estaba para chuparse los dedos.
En esta zona también podréis ver dos conventos muy interesantes que os describo a continuación en esta lista.
Qué ver en Lima; Basílica y Convento de Santo Domingo
Este complejo sacro, también conocido con el nombre del Santísimo Rosario, se construyó a mediados del siglo XVI y pertenece a la orden dominica. La entrada cuesta 5 soles y nos permite hacer un tour guiado por casi todo el complejo partiendo desde el claustro principal —quizás el más bonito de los dos que tiene— cuyas paredes se encuentran forradas por un mosaico de azulejos que datan del siglo XVII y que fueron traídos desde la ciudad española de Sevilla.
A destacar también en este convento son la antigua biblioteca, la sala de visitas con su impresionante techo de madera tallada, la capilla de San Martín de Porres —el primer santo negro de América y muy valorado y querido dentro del convento por su franca humildad— y la cripta donde se halla enterrada Santa Rosa de Lima, la primera Santa de América y patrona del Perú.
Sin duda alguna, este complejo es uno de los lugares más recomendables que hay que ver en Lima.
Qué ver en Lima; Basílica y Convento de San Francisco de Asís
La fachada barroca de esta Basílica es una de las imágenes más conocidas de Lima, pero particularmente nosotros llegamos allí arrastrados por nuestro peculiar gustos macabro —claro está, hablo en el caso de Sele y mío, no en el de Eva…—.
En su interior, debajo de todo el complejo, se hallan las catacumbas que sirvieron de cementerio durante la época virreinal. Cuando bajas a este lugar, en las entrañas de la Lima más tétrica, tu cuerpo respira de otra manera. Un ambiente cargado de historia en el que los restos óseos de más de 25.000 personas parecen invocar no ser olvidados. Miles de huesos, testamentos de la inevitable mortalidad, se encuentran apiñados en varias fosas a las que se accede por tenebrosos pasillos laberínticos de fríos ladrillos.
Qué ver en Lima; museo de la Inquisición
Una de las mayores organizaciones, sectas o llámese como sea, que ha cometido más salvajadas y asesinatos en la historia a nivel mundial con el consentimiento político, es sin lugar a dudas la iglesia en su etapa inquisidora. En Lima, en la plaza Bolívar, se encuentra el antiguo Tribunal Supremo de la Inquisición española, que tras la independencia del Perú, este edificio pasó a ser utilizado como sede del congreso constitucional y posteriormente como biblioteca pública.
Hoy en día es el museo del congreso y de la Inquisición y en su interior podemos repasar la historia y los métodos utilizados por la iglesia contra los herejes.
Un lugar que, al igual que un antiguo campo de concentración nazi, siempre se trata de una visita interesante y didáctica. Uno de esos lugares de los horrores que nos recuerda la «bondad» del ser humano.
Qué ver en Lima; Circuito Mágico del Agua
Una de las noches nos acercamos hasta el parque de la Reserva junto al estadio nacional del Perú. Nos acercamos precisamente a esas horas para poder ver el llamado Circuito Mágico del Agua en el cual a través de 13 fuentes distribuidas por todo el parque hacen las delicias de niños y no tan niños.
El espectáculo principal es un espectáculo lumínico en las dos fuentes más grandes del parque donde, a través de láser y chorros de agua, dan movimiento a imágenes tridimensionales acompañadas de música.
Qué ver en Lima; vivir un simulacro de terremoto
Bueno, esto no depende solo de estar en Lima. Depende sobre todo de la casualidad y de encontrarse en un lugar del mundo donde los sismos sean frecuentes, como por ejemplo Perú, que se encuentra junto al Círculo de Fuego del Pacífico. Y nosotros tuvimos esa parábola. Lo llevábamos leyendo durante todo el viaje en carteles informativos por todos los lados. El día 31 de Mayo a las 10 a.m. se realizaría un simulacro de terremoto y tsunami en todo el país.
A esa hora todo el mundo que esté en un edificio se debería resguardar junto a los carteles verdes que marcan la zona segura en un posible derrumbe. Más seguro aún sería salir a la calle a zonas amplias como hicimos nosotros y donde pudimos comprobar como Lima entero se paralizó por un momento. Tráfico, peatones, comercios… Todo parado alrededor de 5 minutos.
Qué ver en Lima; pasear por el malecón Cisneros
Para los que digan que en Lima no se puede ver el cielo azul, ¡toma esta foto!
Aquel día nos hizo un día estupendo. Una temperatura muy agradable y un sol reinante en todo el cielo. Por ello decidimos salir a pasear junto al mar, en el malecón de Miraflores, y observar los acantilados de Lima que siempre me habían asombrados al verlos en fotos.
Literalmente la ciudad se adentra en el continente desde el mismo borde de estos acantilados y las vistas que deja este relieve son, a mi gusto, de lo mejorcito paisajísticamente hablando de la ciudad. Allí se encuentra el famoso parque del amor —una horterada de parque llena de parejas haciéndose fotos— y numerosos senderos para pasear donde, si te atreves, tienes la posibilidad de volar en parapente sobre las playas limeñas.
Bajo nosotros se extendían las playas de la Costa Verde que estaban repletas de carteles de seguridad mostrando la evacuación en caso de tsunami. No me quiero imaginar la escena con el agua chocando contra el acantilado como si fuera una presa. Mejor no experimentarlo…
Qué ver en Lima; bañarse con leones marinos
Sin duda, lo mejor que hicimos en Lima. Habíamos leído sobre esta actividad antes de llegar a Perú y tenía dudas incluso de no hacer la excursión a las islas Ballestas para ajustar más el presupuesto y hacer sólo esta excursión en Lima que nos habían hablado muy bien de ella. Pero finalmente hicimos las dos y particularmente me pareció mucho más interesante esta excursión de Lima que la de Paracas (sin ánimo de menospreciar a Ballestas, por supuesto).
Para hacer esta excursión (50€ por persona en el 2012) tuvimos que acercarnos en taxi hasta la ciudad de El Callao que se encuentra lindando por el norte con la capital Lima, y más concretamente hasta su puerto en la plaza Grau junto a la fortaleza del Real Felipe.
En medio de la plaza había un puesto donde vendían los billetes para hacer la excursión que saldría en apenas una hora (sé que era por la mañana, pero no recuerdo la hora. En todo caso, en el hotel donde os alojéis os podrán informar de los horarios e incluso podéis contratarlo con ellos mismos).
Nos embarcamos y partimos hacia las dos islas que veíamos frente a la punta de El Callao. Primero llegamos casi hasta la isla de San Lorenzo —la más grande—, y luego bordeamos la isla El Frontón, ambas deshabitadas actualmente (aunque desde primeros del siglo XX hasta mediados de los años 80, en la isla El Frontón existió una prisión de alta seguridad que en 1986 fue bombardeada para paliar un motín creado por los presos y cuya acción disuasoria resultó ser de lo más polémica). Tras estas dos islas se encontraban las islas Palomino.
Estas islas son mucho más pequeñas que las islas Ballestas, pero según nos acercábamos a ellas, la impresión causada en nosotros fue mucho mayor que la producida en las famosas islas guaneras. Antes de llegar pudimos escuchar el sonido de una inmensa población de lobos marinos. Era impresionante. Aún no alcanzábamos a distinguirlos pero tenían que ser cientos por el ruido que hacían. Cuando llegamos a las inmediaciones de las islas nos quedamos boquiabiertos. Cientos de lobos marinos se encontraban reposando su panza sobre la sucia piedra mientras que otros se zambullían en las frías aguas del océano.
Nuestro barco se detuvo a una distancia prudencial de los peñascos. Desde allí los observábamos atónitos esperando que llegara el momento en que nos dieran vía libre para tirarnos al agua. Si, si… de bañarnos con ellos.
Porque eso es lo mejor de esta excursión. Además de poder ver cientos de lobos marinos y pingüinos de Humboldt en libertad, tendríamos la oportunidad de nadar junto a ellos, así que nos pusimos los neoprenos, agarramos la cámara y nos tiramos al agua.
En general, la ciudad de Lima nos ha gustado mucho. Hay bastantes cosas que ver en Lima como para no tener que salir pitando nada más llegar como mucha gente me aconsejó. Además, Lima creo que es un buen punto de partido para un viaje por Perú. Tiene la cultura, un buen clima para ir adaptándose a la humedad, se encuentra a nivel del mar para luego ir tomando altura poco a poco y aclimatarse hasta los 4.000 m.s.n.m que se alcanzan en el lago Titicaca y es una ciudad cómoda de visitar en esos primeros días de un viaje que siempre está uno un poco descolocado.
Y así pusimos el punto y final a nuestro viaje por Perú. Al día siguiente cogimos un avión desde Lima que nos dejaría directamente en Madrid, ya muy lejos de un país que nos ha encantado por la diversidad de contrastes que nos hemos encontrado y en el que se puede disfrutar de innumerables actividades. Si a esto le sumamos la posibilidad de ver construcciones tan asombrosas como Machu Picchu o paisajes tan impresionantes como el desierto o la selva amazónica, creo que al elegir Perú como destino turístico siempre acertaremos seguro.
Me quedé con más ganas de Lima, la verdad. Una ciudad con muchísimo ambiente y muchos atractivos para el viajero.
A mí me gustó mucho Lima, totalmente recomendable!!!! Imprescindible el bañito con leones marinos!!!!! Gran experiencia. Besos.
Siempre he leído eso de Lima, pero veo las fotos y sin haber estado allí, no entiendo la «mala fama», a mí me parece que hay que dedicarle un tiempo sí o sí, me alegro que tu opinión sea esa, te haré caso para cuando pueda cumplir el viaje a Perú. Oye no sabía que te podías bañar junto a los leones marino, qué puntazo. Estupenda entrada para no variar. Un beso para los tres!
Que curioso lo del simulacro de terremoto, no me gustaria estar alli durante uno de ellos. Todavia se me ponen los pelos de punta cuando recuerdo como nos explicaban el del 2007, tuvo que ser terrorifico. A mi Lima no me disgusto aunque no me emociono tampoco; para mi simplemente fue una ciudad de paso en un pais que tiene muho que ver!! Un abrazo para los tres!!! 🙂
Pues la verdad como dices, no veo a Lima un lugar de salir pitando, imagino que como en Perú hay otros alicientes turísticos más destacados, la gente no le dedica tiempo, pero creo que bien se merece estar por allí y darse un paseo para recorrerla y ver todo lo que ofrece.
Muy curioso el juego de luces en el circuito mágico mola mucho, pero lo más chulo es el baño con leones marinos jeje
Saludos!
Por fin sabemos cómo acabó vuestro viaje. He de decir que comenzamos preparando nuestro viaje a Perú con vuestros relatos y ya hace más de un año que volvimos de allí 😉
Gracias por aconsejarnos la excursión a Isla Palomino, fue un momento alucinante.
Nosotros vivimos no un simulacro, pero si un terremoto real y fue un momento de caguitis aguda,
En fin, que gracias por contarnos como acabó el viaje y por seguir ahí.
Saludos,
¡Que chulo lo del baño con leones marinos! A mí eso me quedó pendiente…
Y qué suerte de que os hiciera ese día tan soleado y azul en la capital. Yo soy de las que me pareció una ciudad gris.
Un saludo 😉
Nunca sabes qué ciudad, lugar, o experiencia será la mejor para uno mismo, los consejos y recomendaciones siempre están bien, pero a veces hay que dejarse llevar un poco por impulsos…lo de los leones marinos me lo apunto, una chulada, no tanto lo de las catacumbas =P.
Ciao, hasta la próxima lectura!!
Gracias por las referencias que escribes y describes de mi pais Peru. Cada region tiene lo suyo, mi pais tiene mucha cultura que brindar, paisajes hermosos, comida variada y una de las mejores del mundo. En sus tres regiones naturales Costa, Sierra y Selva, encontraran diversidad de atracciones que podran disfrutar. Un abrazo y me encanta tus relatos y orientacion que nos das en cada uno de tus viajes, yo al igual que ustedes, me encanta viajar y lo hago cada vez que puedo.