Siddhartha Gautama, príncipe heredero del clan de los Shakyas asentados en las faldas del Himalaya, dejó todo lujo y el bienestar de su clan encontrándose con una realidad bien distinta a la que conocía descubriendo por primera vez la vejez, la enfermedad y la muerte, haciéndole ver la vida tal como era y a lo que se estaba expuesto. Tras conocer a un asceta, decidió seguir sus pasos y encontrar la iluminación con la que liberarse de ese sufrimiento. Dejó a su mujer e hijo y se rapó la cabeza. Se marchó a vivir una vida en los límites del ascetismo donde se acabó dando cuenta que los extremismos no eran buenos. Intentando encontrar la suprema sabiduría, la noche de luna llena de Wesak (Mayo del 523 a.C.), se sentó bajo una higuera sagrada en la antigua ciudad de Uruvela (ahora muy cerquita de Bodh Gaya) dispuesto a permanecer allí hasta conseguir el verdadero conocimiento. Esa misma noche consiguió llegar a comprender las cuatro verdades nobles; el sufrimiento existe (desde que nacemos hasta que morimos), el origen de este (el deseo), la forma de extinguir el sufrimiento (consiguiendo el Nirvana) y la cuarta verdad, el camino a seguir para conseguir todo esto (Óctuplo noble sendero)
A partir de ese momento Siddhartha Gautama se convirtió en Buda y dedicó su vida a predicar el Dharma (doctrina). Sus primeros discípulos fueron 5 ascetas compañeros suyos. Les explicó por primera vez las cuatro verdades nobles que había descubierto en un discurso que puso en movimiento la “rueda del Dharma”. La ciudad en la que ocurrieron estos hechos, predicando por primera vez la doctrina budista, fue Sarnath, a muy poquitos kilómetros de Varanasi. Esos cinco ascetas empezaron a formar lo que se denominaría Shanga (Comunidad budista) y que fue ampliada en años posteriores para dar difusión de la nueva fe.
Sarnath; el lugar donde nació el budismo
A Sarnath, ese mismo lugar en el que Buda realizó su primer discurso nos dirigirímos esa mañana (2 de Junio 2010) tras negociar con un tuk tuk que nos llevara, esperara y nos trajera de vuelta.
Lo primero que hicimos nada más llegar fue visitar el moderno templo budista Mulgandha Kuti Vihar en el que se encontraba una estatua dorada de Buda, pero lo que más me llamó la atención fue el impresionante mural que está pintado ocupando toda la pared y en el que se representa la vida de Buda a tamaño natural.
Desde fuera de este templo se ve la enorme estupa Dhamekh, y como para no verla… ¡es enorme! Pero antes de ir a ella nos daríamos un paseo por detrás del templo para entrar al parque de los ciervos, que no es más que un recuerdo vago de lo que había en la antigüedad cuando Buda dio su primer sermón.
La entrada al parque son dos rupias, por lo que el dinero no es motivo para no entrar. Pero una vez visto el interior os digo que podéis quedaros fuera y así no perderéis el tiempo. Un lago lleno de mierda (tampoco me extrañaba…) donde dicen que hay cocodrilos, pero que unos chicos se bañaban tranquilamente, así que ni me molesté en buscar ningún bicho. Aviarios que se parecían más a cualquier pajarería que podáis conocer en vuestro barrio y una verja que rodeaba un campo donde supuestamente teníamos que haber visto ciervos… y como habéis supuesto… no vimos ni uno. Lo mejor que saqué de aquel lugar fue un helado de mango, que aunque estaba abierto y sucio, me apaciguó el calor que llevaba.
De camino a la puerta principal de Sarnath, entramos en un templo jainista que no es gran cosa y nos llevó poco tiempo verlo. Una sala pequeña y unas paredes llenas de cuadros bonitos, eso sí.
Ya en la entrada a Sarnath pagamos los 100 INR y pusimos rumbo a la estupa. Por el camino no se deja ver mucho de esta antigua ciudad, ya que los musulmanes turcos la arrasaron y ahora gracias a los británicos ha vuelto a resurgir un poco su entramado de debajo de la tierra. A los pies de la estupa éramos unos canijos y realmente resulta impresionante verla, pero no tiene nada más allá que el simbolismo que representa, ya que marca el lugar exacto donde Buda predicó su primer sermón y fue justo aquí donde nació el budismo. Al otro lado de la carretera se puede entrar al museo arqueológico, pero nosotros preferimos no pasar y volver hacia Benarés.
Sensaciones en el Ghat Manikarnika
A la vuelta el tuk tuk nos dejó de nuevo en la zona del hotel y decidimos volver a pasear por los ghat y calles de Varanasi hasta el ghat Manikarnika. De camino nos seguía sorprendiendo todo y recibíamos un saludable baño de multitudes por cada sitio que pasábamos.
Todo era igual que el día anterior. Nosotros nos iremos de aquí pero ellos seguirán con su río, sus rituales y sus costumbres. Un niño se subía encima de los bueyes para frotarles bien y que quedaran bien limpitos, mientras estos se relajaban y levantaban la cabeza para poder respirar.
Paseando por los ghats puedes llegar a ver hasta un partido de Cricket en el que se tiran más tiempo en ir a buscar la pelota, incluida zambullida en el río, que en puntuar. Poco a poco nos íbamos acercando a nuestro destino y las miradas me indicaban que guardara la cámara y no se me ocurriera tontear. Pasar al Ghat Manikarnika no supone ningún problema y te dejan observar al igual que ellos te observan a ti. Es increíble lo que se puede ver en este ghat en cuestión de unos minutos. Del calor que hacía daba la sensación de estar metido dentro de un horno, aunque en cierta manera lo era. El calor aumentó considerablemente y es que el suelo entero está cubierto de ceniza que en muchos de los casos todavía está caliente. Pero lo que hace sobre todo que suba la temperatura en el ambiente son los 7 u 8 cuerpos en llamas calcinándose en ese momento. Inmóviles en el sitio observamos como bajaban cuerpos sin parar hasta este lugar y nos comentaron que aquí al día suelen hacer hasta ¡200 cremaciones!
Los cuerpos los envuelven en un sudario pero antes los embalsaman, pintan y realizan más rituales con ellos. Después de sumergir el cuerpo en el Ganges se esperan a que quede libre alguna pira crematoria donde colocarlos. A diferencia del Harishchandra Ghat, que para prender los cuerpos se podía hacer de forma eléctrica, en el gath Manikarnika se dispone de un fuego natural el cual lleva siendo alimentado 3000 años… si, si… como lo leéis, ni más ni menos que tres milenios cuidando que no se apague la llama de Shiva. Esta labor la realizan los llamados “doms”, una casta que según cuenta la leyenda Shiva castigó por apropiarse de un arete de su esposa Sati, degradándoles desde la casta de brahmán a doms. Desde ese momento son los pertenecientes a esta casta los que se encargan del crematorio y de mantener activo el fuego de Shiva.
Nos adentramos dentro del edificio donde se ubica la llama y las miradas nos penetraron aún más y decidimos salir antes de crear malestar en la gente. Algunos cuerpos ya estaban totalmente calcinados pero en otros podíamos ver como las extremidades se partían y caían al suelo. Tengo una imagen grabada en la retina de cuando a uno de los cadáveres le removieron la madera y sin querer dieron un golpe en la cara torciéndole el cuello y a acto seguido la pierna derecha se quedó prácticamente de un hilo. Es un espectáculo dantesco, pero desde luego si lo que se quiere ver es una costumbre totalmente distinta… este es el lugar. Tampoco podré olvidar como nuestro sudor en brazos, cara y piernas actuaba como pegamento ante miles de cenizas que volaban por los aires pegándose en nuestra piel. Si nos frotábamos un poco la piel esta tomaba un tono grisáceo un tanto desagradable a sabiendas de dónde procedían aquellos restos.
Después de un día entero quemando cuerpos, a la mañana siguiente tiran todas las cenizas al río, y en el caso que no haya prendido todo el cuerpo, se tiran igualmente los restos como estén. Todo depende del dinero que tenga la familia para pagar cantidad y tipo de leña.
El tiempo pasa que ni te enteras observando todo aquello y salimos de nuestra nube cuando oímos hablar a alguien en castellano. Un chico y una chica bolivianos andaban al lado nuestro y nos presentamos. El llevaba viajando varios meses por Asia y la chica, que era su prima, más de lo mismo. Habían quedado justamente ese día en Varanasi para verse y pasar el día juntos y al día siguiente el partía hacia Nepal y ella hacia el Sur. Estuvimos en Manikarnika otro buen rato charlando con ellos y a diferencia de nosotros, a ellos Varanasi no les gustó mucho. Decían que era muy sucio y con mucho ajetreo, pero por mi parte creo que todo esto es lo que hace tan especial a esta ciudad. Salimos andando por detrás del ghat y nos despedimos de ellos, pero quizá en los siguientes días nos encontraríamos con la chica porque iba a hacer más o menos el mismo recorrido que nosotros.
Observar la Puja desde una barca en el Ganges
Con la tontería nos habíamos tirado más de hora y media en Manikarnika y ahora tocaba el turno de volver hacia los ghats centrales para coger una barca y ver la puja desde el río. Llegamos muy pronto y lo que hicimos fue lo que más nos gusta… observar. Un sadhu leía de un libro a un chaval joven que atentamente le miraba mientras que otro santón se dejaba fotografiar por mi cámara. Vimos pasar a otra pareja de recién casados los cuales llevaban atados parte de la vestimenta en señal de unión.
Ya sentados, una chica joven vendedora se nos arrimó para que la comprásemos unas pinturas para la piel. La dijimos que no queríamos pero nos pusimos a hablar con ella con nuestro básico inglés. La caímos bien y se quedó con nosotros un buen rato sentada y a Eva la hizo una flor en el brazo con las pinturas que llevaba. En cuestión de un momento otras dos chicas se nos acercaron y también se pusieron a hablar. Es curioso, pero en ese lugar había algún turista más y sólo nosotros estábamos rodeados en cada momento.
… Y de repente… apareció… – ooooo a mech si wuaaaaaa ooooo a mech si wuaaaaaaa jajajaja… que tio!
Quedaría menos de una hora para que empezara la Puja y fuimos hacia las barcas para hacer un paseo anocheciendo. A esta hora los ghat ya están llenos de gente y la luz apagándose en el cielo junto a la neblina que se levantaba en el río creaba una atmósfera alucinante. Nuestro “capitán” de barco se nos estaba durmiendo por momentos y pegaba unos bostezos que a poco movía la barca. Algún sustillo se dio por mi parte… ¡Espabilaaa hombreee!
Nos dirigimos río arriba y volvimos a pararnos en Manikarnika donde desde aquí teníamos una panorámica general de todos los fuegos encendidos. De vuelta nos aproximamos de nuevo a Dasaswamedh Ghat y fuimos situando la barca cerca de las escaleras. Al igual que el día anterior, todo estaba preparado para la ceremonia y yo seguía sin salir de mi asombro… ¡Esto es así todos los días del año!
Nos quedamos un buen rato viéndolo pero el cansancio premiaba y todavía nos quedaba volver al hotel.
Nada más llegar dimos una última vuelta por Assi Ghat buscando al chaval que conocimos el primer día ya que le prometí que iríamos a la tienda de su padre hoy. Allí estaba y en cuanto nos vio nos pusimos en marcha. Nos metió por callejones oscuros y a Eva no le estaba molando la idea, pero en esta vida tienes que confiar muchas veces de la buena voluntad de la gente. Tiempo ha tenido en estos días si nos hubiera querido engañar. En todo momento le preguntamos que si estaba cerca su casa y como siempre, nos señalaba con el dedo y nos decía “aquí, aquí” pero nunca llegabas. Nos enseñó los talleres donde se confecciona la seda que a estas horas de la noche se encontraban en plena ebullición y extrañados se quedaban cuando asomábamos la cabeza. En esta zona prácticamente todas las casas eran talleres y el mobiliario simplemente eran unos colchones y las máquinas de trabajo.
Por fin llegamos a la casa y tras quitarnos los zapatos nos invitaron a un té, que aunque agradecidos, rehusamos. El hombre nos dijo qué es lo que queríamos comprar, pero realmente nosotros sólo estábamos aquí por curiosear y compromiso, aunque le pedí que me sacara algún fular por si me gustaba alguno llevármelo. Después de un buen rato y sacarnos mil piezas, puede ser increíble pero no me gustó ninguno y el único que me llamó la atención me pedía un dineral (pero un dineral de verdad y no bajaba nada…). Sin ningún compromiso le dijimos que nos íbamos y el chaval nos acompañó hasta la calle principal, y menos mal porque si no de allí no salíamos entre tanto callejón. Nos intercambiamos correos y nos despedimos hasta más ver.
Nos despedimos de Varanasi con la boca abierta
Ese día (3 de junio 2010) nos lo tomaríamos relajado, sin mochilas o bolsos colgando y la cámara de fotos casi todo el tiempo guardada. Tendríamos una mañana entera para pasear y así hicimos. Seguimos descubriendo rincones de esta increíble ciudad y aprovechamos para ir a mirar algunas tiendas que se encontraban por el casco antiguo. Esa tarde tendríamos que dirigirnos a la estación de Varanasi Juntion para coger nuestro primer tren indio con dirección a Agra.
Comimos en el hotel y tras relajarnos un poco con el aire acondicionado de la habitación cogimos las maletas y nos pusimos rumbo hacia la estación para estar un par de horas antes por si las moscas. Pero todavía nos tenía preparada una sorpresa más esta ciudad.
En la puerta del hotel y negociando el tuk tuk escuchamos una serie de tambores que se acercaban hacia nosotros. Cuando llegaron delante nuestra vimos que unas cuantas personas portaban una silla y sentada en ella iba un hombre cabizbajo. Como si fuera una procesión, estos hombres movían la silla de un lado a otro según marcaban sus pasos y la cabeza del hombre que estaba sentado iba y venía a lo loco. – ¡Pero si este tío está muerto! Eva, mira… que es un santón y lo van a tirar al río así sin más – No nos lo podíamos creer y decidimos posponer nuestra salida hacia la estación.
Rodeamos el Ghat para no acercarnos mucho por si nos decían algo y sacamos nuestras cámaras a relucir. Le dejaron en la arena mientras preparaban el barco y poco a poco nos fuimos acercando cada vez más.
Sabían que estábamos allí y con las cámaras, pero no pasaba nada. Los hombres santos son gente que han conseguido ser tan pura que no hace falta que sean incinerados ya que el vínculo del alma con el cuerpo no existe, al igual que con los niños, puesto que su alma no ha permanecido mucho tiempo en el “envoltorio”. A esta gente los arrojan directamente al río y atándoles a una piedra para asegurarse que no floten y caigan hasta el fondo.
El hombre se encontraba con los pies hinchados y lo tenían colocado con las piernas cruzadas. Cuando lo montaron en la barca le ataron la piedra y se prepararon para salir con él. Intentábamos concebir lo que estábamos viendo pero es imposible compararlo con nuestras costumbres, esto es increíble y no se parece a nada de lo que habíamos visto antes.
La barca no arrancaba y se pusieron varios a mirar que pasaba, cuando por fin se escuchó el motor y todos empezaron a gritar celebrándolo. Pensamos que podríamos ver como lo arrojaban al río, pero se lo llevaron río arriba, seguramente frente a Manikarnika. Estábamos perplejos, atónitos al ver la naturalidad del trato de esta gente ante la muerte.
¡Vaya despedida de Varanasi! Sin duda un lugar para no olvidar. Pero todo no había acabado por hoy, ya que teníamos que coger un tren y no sabíamos con qué nos íbamos a encontrar en la estación.
La odisea de coger un tren en India
Todo el mundo me había dicho que las estaciones de tren en India son increíbles, caóticas y toda una experiencia montar en un tren indio, y me había llegado a preocupar por si no sabríamos movernos bien en este transporte. – ¡Pero que narices! Si es una simple estación y un tren con un nombre y un número identificativo… no puede ser tan difícil…
Cuando llegamos a la estación, esta se encontraba abarrotada de coches y motos y en el interior teníamos un panorama de locura. Decenas de personas tiradas en el suelo, otros comiendo, otros que iban y otros que venían… Algunos hacían cola absurdamente, porque cuando llegan a la taquilla se lanzan todos como posesos a meter el brazo en la ventanilla. Nosotros teníamos nuestro billete electrónico impreso en un folio y yo me apunté aparte el recorrido completo del tren con todas sus paradas y horarios. En la pantalla salían unos cuantos trenes y entre ellos tenía que estar el nuestro, puesto que el último que aparecía salía casi una hora más tarde que el que teníamos que coger.
Pues el nombre del tren estaba (más o menos…) pero el número no coincidía con el que teníamos apuntado nosotros. Me habían dicho que esto no podía pasar ya que los números son siempre los mismos… pues para joder… parecía que nos había pasado justo lo contrario. En la estación había una cabina para información al turista y allí nos dijeron que efectivamente ese era el tren que teníamos que coger y que llegaba al andén número 5. Bueno… nos lo habían dicho unos policías y estábamos algo más tranquilos, pero no del todo.
Esta estación tiene una sala para turistas con aire acondicionado y sillones. Un niño de corta edad se asomaba a la puerta y dejaba ver su torso lleno de costillas y una cara de tristeza que no se puede olvidar. En esta sala hay otra persona para vender billetes y le preguntamos nuevamente para confirmar si ese tren era el nuestro. De poco nos sirvió ya que nosotros no sabemos hablar inglés y él tenía poca paciencia.
!De repente nuestra salvación! Los primos Bolivianos aparecieron por la puerta y nos saludamos. Les explicamos lo que nos había pasado y se lo comentaron al empleado. Tampoco le entendieron muy bien y lo único que sacaron en claro es que se había retrasado el tren y tardará una hora más, pero que el número es el que teníamos nosotros y no el que sale en la pantalla… ¿Entonces? ¿Dónde sale nuestro tren? El tiempo pasaba y decidimos ir hacia el andén 5 para esperar allí. Un tren… vendedores ambulantes… dos trenes…una vaca… tres trenes… Aquí pasaba de todo pero de nuestro tren no teníamos noticias. Nos fuimos hacia la zona de control y les preguntamos cuando tenía previsto llegar el tren. Los policías muy amables nos mostraron con las cámaras de seguridad una pizarra que estaba en la entrada de la estación donde ponía escrito a mano y en hindú el número (ahora sí que coincidía) de nuestro tren y la hora prevista… ¡Ya se había retrasado media hora más!
Esperamos y esperamos y les volvimos a preguntar (Estos nos arrojan a las vías por pesados… verás…) ¡Otra media hora más de retraso! La ciudad se fue oscureciendo y el andén poco a poco se iba quedando vacío. Digo yo que entre los que estábamos allí ¿alguno irá hacia Agra en el mismo tren? Pregunté a un hombre y me dijo que también estaba esperando el mismo tren y ahora sí que nos quedamos más tranquilos y decidimos pegarnos como una lapa a él.
Las 7, las 8… 8:30… y esto seguía retrasándose… solo esperaba que no se cancelase. Nos pusimos a hablar con un chico de Dinamarca que estaba viajando con un grupo de amigos por India. Él hablaba español porque había estado viviendo un año en Sevilla y casualidades de la vida, estaba esperando también el mismo tren que nosotros. Llevaba mucho tiempo viajando por aquí y no le sorprendía este retraso.
Las 9… 9:30… Anunciaban por megafonía los trenes y ni rastro del nuestro. Apenas quedábamos unos pocos en el andén y la luz de las farolas se iba de vez en cuando dejando totalmente a oscuras toda la estación. Es curioso lo de la luz en India. Durante todo el viaje se nos iba la luz en varios momentos y a veces volvía rápido y otras se tiraba un buen tiempo. Cuando te pillaba en el hotel era una putada porque te quedabas sin aire acondicionado y totalmente a oscuras. Aquí en la estación parecía que fuera fantasma en esos momentos, casi sin gente y con la poca luz que podría darnos la luna. Un panorama un tanto desolador.
– “your train will arrive at platform four”, nos dijo el policía al que le habíamos dado la murga toda la tarde. – “¿Cómo?”… estábamos hablando con el chico danés y no nos habíamos enterado de la megafonía. Cogimos las mochilas y nos fuimos pitando hacia el andén 4. ¡Que tío más majo este policía! Justo eran las diez de la noche (más de cinco horas de retraso) y llegaba nuestro tren… con su número… con su nombre… pero !¿y el vagón?¡ Según pasaban nos fijamos y no veíamos nuestro vagón. Nos pusimos a correr hacia el final del tren y allí nos decían que era delante. Delante nos decían que atrás… y el tren llevaba un rato parado y nosotros fuera todavía. No había ningún vagón A1, o al menos nosotros no lo localizábamos. Antes de perder el tren nos metimos en el mismo vagón que los chicos daneses y allí dentro le enseñamos el billete a un operario. Nos confirmó que este era nuestro vagón… ¡¡¿¿Pero entonces porque fuera pone B1??!! Estaba escrito en rotulador y en un papel como si lo acabaran de poner, pero detrás del B1 ponía en grande A1. ¡Que desastre por dios! Pero ahora la verdad que me río cada vez que pienso en esa tarde…
No nos lo podíamos creer, pero estábamos dentro de nuestro tren y sentados en nuestras literas. Los chicos daneses al final resultó que se confundieron y tuvieron que irse a otro vagón, pero nosotros pudimos respirar cuando el revisor nos validó el billete y se marchó. Estábamos muy bien para pasar la noche y de momento no había nadie en las otras dos literas. La noche iba a ser larga hasta Agra, pero estábamos emocionados. Hacía mucho tiempo que no montaba en tren y estaba igual de ilusionado que un niño pequeño. Eva se acostó rápido pero yo me quedé leyendo el libro que me regaló Jorge Sánchez, “Un viaje iniciático a Europa”… ¿Que más podía pedir?
Uau! Varanasi tiene que ser un lugar…como describirlo? Es el sitio al que le tengo más ganas de toda la India. Recorrer sus callejuelas y ver semejantes rituales debe ser toda una experiencia, espeluznante y enriquecedora a partes iguales.
Muy buen relato Victor, y vaya fotos! (sobretodo la del fiambre, sobrecogedora)
Un abrazo!
Ja, ja! Vaya telita con el retraso del tren! Menos mal que al final apareció y encontrasteis el vagón. Por cierto, ¿fuisteis solos en el compartimiento toda la noche?
Que tal Victor,felicidades pos ese pedazo de entrevista con carme,llevaba tiempo con ganas de escribirte algo.He estado al dia con todo lo que has publicado,ehnorabuena por la gran calidad,unas fotos preciosas.
La India,como te dije hace unos meses la tenemos bien presente para un futuro viaje y todo esto es de gran ayuda.Nosotros ya hemos subido las fotos al picasa de nuestro viaje por el sudeste asiatico,te invitamos a dar un vuelta por ellas.
Ahora,estamos super liados con la proxima escapada,sera once dias en Octubre y el destino Marruecos.Estoy leyendo todas las experiencias de los amigos viajeros:Sele,secuoias,Toni,etc.
Y asi estamos preparando las fotos de Asia y el planing de Marruecos,bendita locura jejejej.
Un fuerte abrazo.
Javier y Deborah.
Ok,Victor.
Dime algo por si no lo ves.
Por cierto píllate un Ryanair y escápate para Gran Canaria.
Buena gente,comida,sol,playas….. que te parece??
Javier y Deborah.
http://www.picasaweb.google.com/deboyjavi
Vaya tela con Varanasi, una experiencia unica, sin duda 🙂
(nosotros haremos el trayecto inverso en tren…agra-varanasi)
Gerard
Victor, felicidades de verdad por estas explicaciones que nos estás regalando sobre la realidad de la India. Ya te lo dije en mi último comentario, pero no puedo evitar repetirme: !me dejas sin palabras! Gracias y sigue deleitandonos con más capitulos pronto!!!
Qué odisea coger el tren!! Me he extresado solo de leerte!!!
Lo q me ha dado un poco yuyu es lo de incinerar los muertos y lo del hombre ese q llevaban en procesión… No sé yo si estaría preparada para ver un espectáculo así… Tendré q hacer de tripas corazón si algún día quiero ir a la India.
Saludos
Javier ÁNIMO!! Haz un blog, es GRATIFICANTE 100% bueeeeno, algún dolorcillo de cabeza, pero más cosas buenas que malas, Víctor te ha aconsejado muy bien. Él no me menciona, en la lista de los blogeros cracks (Sele, Floren, Chavetas) pero yo soy la mejor!!! 😛 ¿verdad Víctor? jijijijiji
De verdad, que todo es ponerse. Si sólo escribiéndolo te lo vas a pasar de pm. Luego, con el tiempo lo relees y es como si el viaje lo puedieses acercar en el tiempo, y los recuerdos vuelven, cobran vida, y parece que fue ayer.
Por cierto Spiderman, me ha gustado mucho la introducción. Lo del cadaver que tiran al río, la verdad es que no me impresiona porque ya he visto unos cuantos muertos, pero imagino que alguien que no haya visto un muerto en su vida, eso le tiene que impactar terriblemente.
Buena lectura para el viaje en tren 😉
Un abrazo!!!
Bueeeeeno, nada de Spiderman (jolín, con lo que me gusta llamarte así 🙂 !!
No, ni asesina, ni forense, ni situaciones dramáticas. Por trabajo y estudios he visto ya unos cuantos, sí.
Me he leído lo del tren. Me parto, jajajajaja vaya tela! Bueno, eso ya lo tiene India dicen: hay que armarse de paciencia.
Lo de la luz no lo había oído ni leído nunca, mira por dónde.
Hola!!!
Nos encanta tu blog y nos está sirviendo de gran ayuda. Salimos para India el próximo martes, 27 de julio. Tambien vamos por nuestra cuenta y la verdad es que esoy atacada!!!
Qué tal los trenes? bueno, ya veo que el primero toda una odisea. nosotros tenemos en 2AC y 3AC.
Y el idioma? mi inglés es básico-intermedio…
Espero leer más antes de empezar el viaje.
Gracias y saludos.
Hola tocayo !!
Muy chulo el relato del último día de Varanasi. Me da un poco de cosa lo de la incineración y lo del cadáver del santón, pero bueno está claro que la idea que tienen en la India de la muerte no tiene nada que ver con el concepto que de ella tenemos en Occidente.
Vaya estrés en la estación de trenes !!
Victor,te puedo hacer unas preguntas :
-¿ Merece la escapada a Sarnath ?
-En el foro de Lonely, en India, hay un hilo «mar de dudas», un forero ha comentado que para viajar con spice jet , antes tienes que confirmar con antelación el vuelo e imprimir un pin, que si no, no te dejan viajar, vamos una cosa rarísima…¿ en vuestro caso fue así tan raro? y ¿el vuelo qué lo comprásteis en la web de la compañia aérea o con cleartrip ?
Gracias. Un abrazo.
Que gran relato y cuanto se aprende leyendo tus andanzas. Gracias por compartirlo. Espectacular país India. Un saludo.
Que tal Victor?
Ya llego el amigo Sele,que suerte teneis de poder quedar para hablar de vuestros viajes. A mi me queda un poco lejos.
Un abrazo.
Javier y Deborah.
Buenas Toni! Desde luego cumplí un sueño cuando visité Benares y es un lugar en el que no se puede pasar indiferente. Me alegro que te guste y no dudes en visitarlo cuando estes por India.
Un saludo!
¿¿A VIVIR?? jaaaarrrlllll, eso es mu fuerrrrteee, jejejejeje
oye, ¿has visto mi mail?
¿Cómo que esperar unos días y llamar a ver qué tal? Perrete, llámame en cuanto puedas desde el curro que te sale gratis jejej Que aún tengo Indonesia muy fresca para aturdirte un poco.
Y a ver si quedamos, aunque sea para la semana k viene. Este sábado está imposible y el domingo es mi cumple y me voy a la casa de mi hermana.
Un abrazo a tod@s!!
Sele
PD: Muy bueno el post, amigo.
que pasa chaval, que ganas de que acabes el blog para empezar a leerlo, porque no he empezado todavia, jaja. tiene que molar, pero ahora no me ape, es como leer, las aventuras de dos mequetrefes que se lo pasan guay y te cuentan la vida, mientras uno esa aki estancado para currarse un futuro, o lo que se kiera llamar, digamos experiencia eterna….
mu chulo perro, esta guay y si leerlo entretiene, vivirlo tuvo q ser fascinante. un besote, os echo de menos más de lo que creeis.
Muchas gracias Javier pero el mérito de la entrevista sin duda alguna es de nuestra querida Carme… menudo trabajo está haciendo… se va a volver loca entre tanto mail jejejej..
Todo el mundo visita Marruecos y yo siempre lo voy posponiendo!! La verdad que tengo ganas de visitarlo… Yo en septiembre tengo 9 días pero me da a mi que nos quedaremos por Europa.
Por cierto.. el enlace a tus fotos en picasa tiene que estar mal y no me puedo meter… Pásamelo otra vez y te lo cambio y así puedo verlas.
Un saludo a los dos!
Víctor, El Da esos besos dónde vosotros ya sabéis 🙂 lo que me he reído!!! jajajajaja
Maka, que he entrado para decirte HOLAAAA!!!
Queremos el 5º, queremos el 5º, queremos el 5º 😉
Un abrazo!
Ok,muy buen destino.Nosotros en febrero del 2008 estuvimos 5 dias pasando un frio de …… jeje en Oslo,tu tendras mejor tiempo eso esta asegurado.Bueno por lo del relato,esperaremos suelo entrar todos los dias.
Ya hablamos.
Javier y Deborah.
A partir de aquí, el viaje se relajo un poco… aunque todavía nos quedaba Agra y sobre todo Jaipur… Espero ponerme hoy mismo con el siguiente relato para tenerlo pronto.
Un saludo!
Hola tocayo !!
Qué es de tu vida ??
Aquí de vacaciones por la provincia de Alicante… sol, buena vida, cañas…ya sabes.
A ver el próximo capítulo de Agra, que ya sabes que te quiero copiar el planning.
Ah ! y esperemos que no nos pille la huelga de nuestros «amigos» los simpáticos y mal pagados controladores aéreos, mañana se sabrá el calendario de la huelga…de mediados de agosto hasta septiembre no sé ni cuantos vuelos voy a coger.
Un abrazo.
Que gran reportaje te está quedando VIctor, que bien contado e interesante.
Me gusta como te keda montado con las fotos y eso. Pedaso de Blog!!!
Victor, ya de vuelta me estoy poniendo al día con los relatos.
Madre mí, me está gustando mucho como relatas lo que vivisteis en Varanasi, entiendo perfectamente vuestras reacciones y me puedo imaginar las sensaciones que os provocaban esos lugares.
Me ha impactado muchísimo lo del Gath en el que se os pegava la ceniza en la piel… Uf! Que experiencia más fuerte. te digo en serio que creo que yo no estoy preparado para esto…
Le tenemos demasiado miedo a la muerte y en lugares como estos, en los que sencillamente es una etapa más, te das cuenta de que no vale la pena. increíble, si señor…
Un fuerte abrazo, y ahora me voy a leer el de Agra!