Recorrido por el sur de Manhattan

La primera noche dormimos como niños y experimentamos lo que es dormir en Nueva York. A todas horas se están escuchando sirenas, bocinas, gente… etc. Por eso es recomendable coger una habitación lo más alta posible en cualquier hotel.

Esa mañana nos levantamos preparados para lo que iba a ser la paliza del viaje. No teníamos estudiado ningún planning, pero nos aventuramos con un plano que había en el hotel a recorrer el sur de Manhattan. Serían las 8 de la mañana y fuimos a desayunar a un café 28 que estaba al lado del hotel, y luego como en las películas, fuimos paseando con nuestros tanques de café por la calle.

Paseando por el distrito de Flatiron

Empezamos a descender por la Quinta Avenida y rápido nos topamos con el Madison Square Park. Aquí nos cruzamos por primera vez con algo que nos iba a sorprender de esta ciudad. La gente tiene adoración por los animales de compañía y en especial con los perros. Vimos un montón de perros con patucos de lana, de plástico y deportivas. Con chalecos, gorros y hasta en carros de bebes.

Otra cosa que destacar de los neoyorkinos es la amabilidad con la que nos trataron, desde el dependiente de la tienda de comestibles que te explica todo, los cajeros del Burger King o cualquier persona que le preguntabas por algo. Todos muy amables y cordiales. En este caso un hombre se dio cuenta que nos sorprendió ver a su gato con correa y a su perro con zapatillas y nos dijo muy amable que podíamos fotografiarlo sin ningún problema.

En todos los parques de Nueva York está terminantemente prohibido beber, fumar o comer, más una lista muy larga que se indica en la entrada de cada parque (lo de la comida me imagino que será sólo en algunos). Cuando salimos del Madison Square Park nos quedamos perplejos con la estrechez del primer rascacielos famoso que vimos de cerca; El Edificio Flatiron.

Edificio Flatiron

Otra característica típica de esta ciudad y que me sorprendió verlo fueron los depósitos de agua que están por todos los edificios. Es un paisaje auténticamente neoyorkino.

Nueva York

Caminando hacia el sur de Manhattan

Seguimos andando hasta la zona de Greenwich Village y localizamos el Washigton Square Park con su famosa fuente donde la gente se estaba remojando los pies y en veranos muy calurosos podríamos ver incluso a la gente meterse dentro. En la parte norte del parque se encuentra el Washington Arch, lugar donde comienza la Quinta Avenida.

Washigton Square Park

Después de descansar un rato en el parque continuamos bajando tranquilamente hacia el Soho dando un paseo. El simple hecho de pasear por primera vez en esta ciudad conlleva que te sorprenda absolutamente todo, ya fueran los edificios, los coches de bomberos o los típicos autobuses amarillos.

Nueva York

En este barrio en especial nos sorprendió la cantidad de tiendas extravagantes que te encuentras a cada paso y lugares donde cualquier perro se podría sentir como Julia Roberts en Pretty woman.

De repente, como si de un truco de magia se tratara, aparecimos en China en pleno barrio de Chinatown. Es increíble como de una calle a otra cambia el ambiente del barrio y los rasgos de la gente. Aquí lo que abundan son los puestos callejeros de pescado, fruta, verdura, o tiendas en los sótanos de los edificios en los cuales daba un poco de “yuyu” entrar, con imitaciones de todo tipo que no sé yo hasta qué punto son de fiar ¿Y la gente? De repente todo el mundo es asiático, pero ¿Cómo es posible si sólo hemos cruzado una calle? pues sí… efectivamente es así.

Chinatown de Nueva York

Además, la muestra de que los barrios cambian de una calle a otra la tenemos en la pequeña Italia y nunca mejor dicho (a duras penas son un par de calles ya que el barrio chino se lo está engullendo). Este barrio italiano se encuentra pegado al barrio chino y mientras paseas por una calle llena de carteles en chino y restaurantes asiáticos, en la otra de enfrente puedes ver un edificio con los colores de la bandera italiana pintados en la fachada y restaurantes todos típicos italianos de pasta.

Barrio italiano de Nueva York

Otra de las curiosidades de la ciudad que me sorprendieron fueron los aparcamientos. Estamos en una isla y la cantidad de coches que hay en la ciudad es muy grande. Muchos aparcamientos subterráneos me imagino que no habrá por el tema del metro. Entonces ¿dónde los meten? Pues ni cortos ni perezosos los ponen unos encima de los otros, que digo yo, ¿a quién llaman para bajarlo? no sé, pero la verdad es que la forma es buena para ganar sitio en la isla. Es como con los edificios, si no puedes expandirte más por el suelo, pues entonces por el aire.

Aparcamientos de Nueva York

Continuamos bajando hacia la zona financiera y nos topamos con la corte suprema de Nueva York. Este edificio también sale en numerosas películas y como no, tenía que fotografiarlo, pero… ¡¡Primer error!! Este edificio no puede ser fotografiado. Justo al lado mía se encontraba un policía que me vio sacando una foto y me dijo que parara, que no hiciera fotos. Me empezó a hablar en inglés un poco rápido, así que como no me enteraba de nada no me quedaba otra… “yes… yes… no problem… yes… yes…”. El caso es que me pareció una tontería porque la plaza es enorme y si quieres fotografiarlo te ibas un poco más para allá y punto.

Ya estábamos llegando a Batery Park y pudimos ver el símbolo de la libertad americana… esa estatua allá a lo leeejos (joder… yo no pensaba que estuviera tan lejos). Entonces opté por tener un primer contacto con ella ya que por aquél entonces todavía no se podía subir por los atentados del 11s. Pero yo me fotografié con una réplica graciosa de carne y hueso. Después del mimo, nos pusimos en el muelle a observarla tranquilamente dando un paseo.

Estatua de la Libertad

Estatua de la Libertad

Estatua de la Libertad

Seguimos andando buscando algún muelle desde donde saliera algún barco para dar simplemente una vuelta y acercarnos a la estatua pero sin llegar, porque para ir hasta la estatua y no poder subir no nos íbamos a gastar los 20$ por persona que costaba el barco. Fuimos al otro lado, a South Ferry Station, desde donde salen ferrys gratuitos hacia Staten Island y que pasan relativamente cerca de la Estatua de la Libertad para poder fotografiarla y además desde el ferry también se consiguen muy bonitas fotos de Manhattan.

Estatua de la Libertad

Manhattan

En Staten Island no hicimos nada. Relajarnos y ver las vistas, aunque ya desde allí… muy pequeños se ven los rascacielos.

Visitando la zona cero de Nueva York cinco años después del 11s

Después de la vuelta en barco volvimos a Battery park y nos metimos de nuevo en el enjambre de edificios buscando el WTC. Casi me arriesgo a decir que este fue el momento más emotivo de nuestra visita a Nueva York. Cuando te aproximas y empiezas a ver el tremendo hueco vacío que ha quedado tras el atentado, empezamos a recordar todas las imágenes que vimos a través del televisor aquel 11 de septiembre del 2001.

Zona cero

Pero la realidad supera a la ficción en muchas ocasiones y sin duda esa escena lo fue. Incluso vimos los edificios vecinos afectados todavía. Atravesamos lo que queda del puente que cruzaba la carretera y pudimos ver la zona desde arriba. Cuando salimos fuera nos encontramos con las paredes llenas de recordatorios y postales de las torres.

Zona cero

Justo coincidimos en este lugar con un reportaje que estaban haciendo a uno de los bomberos que se encontraba dentro de las torres gemelas aquél día y cuando se fueron los periodistas nos pusimos a hablar con él.

Zona cero

La historia era para poner los pelos de punta. Contaba que cuando llegaron subieron él y otros 10 bomberos más y cuando se empezó a desplomar la torre sólo le dio tiempo de salir a él. Se nos emocionó y nos dio las gracias por estar allí y reconocerle su heroica actuación como la de cualquier otro policía y bombero aquel día.

Zona cero

Zona cero

Justo al lado del WTC está el parque de bomberos que por la proximidad a las torres gemelas fueron los primeros en subir a ayudar y a los que en el momento del desplome les cogió dentro. Hay un mural en memoria de todos los bomberos que ese día dejaron su vida por salvar la de los demás.

Zona cero

De allí fuimos a visitar la iglesia donde se pusieron los miles de fotografías y recordatorios de las víctimas. Después de 5 años, todavía estaba lleno de mensajes.

Señal de apoyo de los cuerpos de policía y bomberos de todo el mundo

La zona financiera de Nueva York y del mundo

Después de aquellos instantes de trágico recuerdo nos fuimos a comer a una pizzería que estaba al lado del parque de bomberos y proseguimos con la excursión. De aquí nos dirigimos al meollo del mundo financiero, la zona donde no da nunca el sol por los grandes edificios y las calles tan estrechas. Fuimos paseando entre los rascacielos alucinando con lo pequeñito que te sientes y con un problema de cuello ya preocupante por ir mirando todo el rato hacia arriba.

Zona financiera de Nueva York

Las calles son bastantes más estrechas y los edificios muuuuuy altos. Y ya por fin encontramos el edificio de la bolsa de Nueva York. Ese día estaba cerrada y lo que no me esperaba yo es que estuviera tan encerrada en una calle relativamente estrecha. Y ya que había un coche de la policía allí, aprovechamos y matamos dos pájaros de un tiro con la foto.

La bolsa de de Nueva York

Ya solo nos quedaba ver por la zona, que no me podía ir sin verlo, el “Bull” de Wall Street. Por lo visto y por lo que he podido leer, este toro es obra de un escultor italiano que un buen día decidió poner esta mole de bronce delante del edificio de la bolsa, así sin más. A la mañana siguiente todo el mundo se quedó sorprendido de cómo habría llegado hasta allí. Cuando el ayuntamiento decidió quitarlo, la presión del pueblo (que le gusto la figura) se opuso a su desaparición y lo ubicaron en el emplazamiento que se encuentra ahora, en el parque de Bowling Green.

El toro de Nueva York

Paseo por el puente de Brooklyn

Ya era media tarde y anochecería en poco tiempo, así que era el momento idóneo para ir a cruzar el puente de Brooklyn y poder ver esas famosas vistas del skyline de Nueva York. Antes nos pasamos por el muelle 17 para hacer unas compras y tomarnos una cervecita.

Muelle 17 de Manhattan

El puente de Brooklyn es enorme. Para cruzarlo los peatones o ciclistas tienen que ir por la parte de arriba y por el medio, mientras que los coches circulan por debajo y por los laterales. La parte de arriba está divida para los que van en bici y los que vamos andando, y no se os ocurra ir por el de las bicis andando por que te echan una bronca del copón, además de arriesgarte a que te pillen. El paseo es muy agradable y desde luego las vistas son de cine.

Puente de Brooklyn

Puente de Brooklyn

A mí me hubiera gustado salir del puente e ir al mirador que hay debajo para poder hacer alguna foto con el puente y los edificios, pero algunos se cagaron un poco por eso de salir de Manhattan y decidimos dar la vuelta justo cuando llegamos al final, entre otras cosas por las pintas que vimos a unos que nos miraban mucho.

Después del puente nos fuimos andando dirección al hotel, pero antes teníamos que parar a cenar algo, y fue en el único sitio que no comimos en plan hamburguesa o perrito de todo el viaje. Fuimos a un vietnamita que cenamos estupendamente y no salió nada caro.

Llegaríamos al hotel sobre las once y media y ¡¡estábamos reventados!! Nos duchamos y nos acostamos viendo las fotos de este día metidos en la cama. Ya estábamos pensando en que hacer al día siguiente, y como no nos apetecía pegarnos otra paliza igual decidimos relajarnos en Central Park.

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Acerca de Víctor del Pozo

De profesión comercial y desde el 2008 escribiendo mis viajes en este blog. Viajando de forma responsable pero con la ilusión de un niño. Puedes cotillear un poco de mi vida aquí

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