La península de Istria: Pula, Porec, Rovinj y Pirán (Eslovenia)

A la mañana siguiente nos levantamos temprano (aunque nuestras 8 horas de sueño no las perdonábamos nunca) y nos pusimos en marcha rumbo a la península de Istria. Para salir de Rab cogimos un ferry que nos trasladó a la isla de Krk y una vez allí continuamos por carretera (no hay que coger ningún ferry para salir de Krk, ya que existe un puente) con dirección a Rijeka.

Llegando a Rijeka pasamos por lo alto de un pueblo llamado Bakar que tenía una pinta muy buena, metido entre las montañas y su pequeño puerto, pero nuestro destino no era ese y además nos quedaba mucho camino todavía, por lo que decidimos no parar. Al llegar a Rijeka nos encontramos con la carretera en obras y cogí una salida que ponía dirección Pula. La carretera era autopista de peaje, pero la vuelta que dimos fue considerable. En vez de ir por la costa —que era lo que yo quería—, nos llevó por medio de Istria a través de su paisaje boscoso… La verdad que muy bonito también.

Pula y su magnífico anfiteatro romano

Nuestro primer destino en la península de Istria iba a ser la ciudad de Pula donde tenía muchas ganas de ver su anfiteatro romano Arena. Nada más llegar empezamos a oír un ruido en el coche. El cubre cárter se cayó de nuevo y nos iba rozando por el suelo. La verdad que el invento de la chapita de Coca-Cola nos dio buen resultado, porque en todo el viaje no se cayó hasta ese momento. Busqué otra chapa más y se la puse, pero ahora el problema no era ese. El agujero se había hecho más grande y no daba para cubrirlo con la chapa. Entonces, a lo Macgyver, encontré un cartón que tenía una buena dureza y le hice un agujero para que sirviera de arandela…. ¡Y solucionado! Con deciros que después de casi dos meses, todavía no lo he cambiado y sigue con el invento… y eso que trabajo en un taller (En casa de herrero…). Solucionado el percance, continuamos con la búsqueda del puerto que es donde se encontraba el anfiteatro romano de Pula. Cuando llegamos, la misión era buscar aparcamiento, a ser posible gratuito porque íbamos a estar casi todo el día, y con mucha suerte lo aparqué en una zona cercana al anfiteatro que no tenía señal de pago, pero veía que todos los coches de al lado tenían etiqueta lo cual me resultó un poco inquietante. Nos arriesgamos a que nos pusieran un cepo y lo dejamos allí.

Anfiteatro romano de Pula

Fuimos directos a ver el anfiteatro romano Arena y lo rodeamos por fuera antes de entrar dentro. Finalmente entramos y nos pusimos a dar la vuelta al ruedo en cuyo centro tenían montado un escenario y varias butacas porque en ocasiones se celebran espectáculos culturales. De allí nos bajamos a los sótanos donde tienen expuestos algunas vasijas de la época y otros utensilios.

Anfiteatro romano de Pula

Anfiteatro romano de Pula

Y ya después de ver todo nos dijimos…. “pues vale… ¿y ahora qué?”. Estaba todo en varios idiomas menos en Español (para variar) y ya visto todo, pensamos que la entrada nos parecía cara para lo que vimos (incluso para ir a los baños dentro te cobraban ¡¡1 €!!). Nos dirigimos a la salida con cara de “no me he enterado de nada”, y vimos en la entrada unas audio guías (que ni nos dimos cuenta al entrar). En ese momento empezamos a captar el comentario que nos hicieron en la taquilla cuando compramos las entradas (porque lo dijo en croata), cono el que se refería a que las audio guías ¡¡eran gratuitas!! ¡¡Pero si lo pone hasta en las entradas!! “Audio guide free”… Para matarnos. Así que la cogimos, le dimos al botón de Spanish, y a dar otra vuelta más por en anfiteatro. Al menos así nos enteramos de algo.

Anfiteatro romano de Pula

Después del anfiteatro romano nos fuimos hacia el centro a comer a un Burger King (el único que nos encontramos en toda Croacia) y a la salida nos topamos con la Puerta de Oro, que es un arco situado en la antigua entrada de la ciudad.

Puerta de Oro, Pula, Croacia

Paseando por allí llegamos hasta una plaza muy amplia donde se encuentra el Templo de Augusto dedicado a la diosa Roma y al emperador Augusto. Está reconstruido prácticamente por completo a causa de un bombardeo en 1944 y para ver su interior hay que pagar una entrada. Yo entre donde te cobran y me da la sensación que eso era todo lo que había que ver (como no tuviera alguna entrada oculta hacia abajo que no vi…). Es una sala grande muy alta y nada más… No lo entiendo por qué te cobraban.

Templo de Augusto, Pula, Croacia

Dando vueltas y comprando los souvenirs de Croacia que colecciona la familia (dedales, llevaros, bolas de nieve… que rollo), se nos empezaba a hacer tarde. Fuimos hacia el coche y comprobamos que no teníamos ningún cepo puesto, gracias a Dios.

Anfiteatro romano de Pula, Croacia

Cogimos el coche y nos fuimos hacia Novigrad. Nos pusimos a buscar habitaciones y no encontramos nada. Tenía toda esta zona un aspecto de ser un lugar de gente con pasta y no encontrábamos simples habitaciones. Nos recomendaron salir fuera del pueblo y así lo hicimos. A las afueras había un hostal, pero cerrado (ya era muy tarde). Proseguimos hacia el norte y a pocos kilómetros vimos un desvío. La zona se llamaba Mareda y encontramos una pizzería que tenían habitaciones en la parte de arriba. Les preguntamos que si les quedan habitaciones y nos dijeron que sí, y que costaban 30 € por noche, así que aparcamos el coche dentro del recinto y nos instalamos allí por dos noches. Los dueños eran jóvenes y muy simpáticos y les agradó que fuéramos españoles. Esa noche, por supuesto…. cenamos Pizza.

Visita a Porec y su basílica de San Eufrasio

A la mañana siguiente descartamos ver Novigrad y nos fuimos directos a Porec para ver esencialmente la basílica de San Eufrasio que está declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. A la llegada parecía que no nos íbamos a encontrar con nada del otro mundo, pero cuando pasamos al interior de la basílica de San Eufrasio y vimos el altar con ese mosaico bizantino de color dorado, es realmente para quitarse el sombrero. Es muy sencilla pero con un esplendor único. Además, las paredes rosadas crean un ambiente inmejorable.

Basílica de San Eufrasio, Porec, Croacia

Basílica de San Eufrasio, Porec, Croacia

Basílica de San Eufrasio, Porec, Croacia

Basílica de San Eufrasio, Porec, Croacia

Salimos de la Basílica y nos fuimos a pasear por el pueblo. Calles empedradas y estrechas, además de mucha gente. Pero por algunos sitios nos encontrábamos con casas y rincones dignos de fotografiar.

Porec, Croacia

Una ciudad en una colina; Rovinj

Comimos en Porec y nos fuimos a visitar Rovinj. Este es sin duda uno de los pueblos más bonitos de Croacia y que más nos gustó. Es un pueblo construido sobre un peñasco que se adentra en el mar coronado por el campanario de la iglesia de Santa Eufemia. El puerto es bonito de pasear, lleno de barquitas pequeñas y algunos yates de lujo. Cuando entramos al pueblo nos llamó la atención el estado de las casas y el entramado de calles angostas. Aquí prepararos para subir cuestas…

Rovinj, Croacia

Llegamos a la iglesia de Santa Eufemia y descansamos de la caminata observando las vistas que se veían desde allí arriba.

Rovinj, Croacia

Rovinj, Croacia

Empezamos a descender sin perder detalle de este bonito pueblo croata que mantiene sabor auténtico mediterráneo. Está lleno de terrazas de bares pegadas junto al mar en las que si no callejeas y te pierdes entre los edificios es imposible de encontrar su entrada.

Rovinj, Croacia

Bajamos hasta uno de los muelles y observamos el anochecer. Continuamos dando vueltas hacia el otro lado del pueblo donde habían puesto un mercado de aceites y vinos de la región (de esto si nos trajimos de recuerdo). Como he dicho antes, Rovinj es sin lugar a dudas uno de los pueblos más bonitos que vimos en Croacia.

Rovinj, Croacia

Rovinj, Croacia

Ese día nos encontramos junto al puerto a un hombre y su gran telescopio hecho por él mismo cobrando 5 kunas (menos de 1€) para ver la pequeña luna que se asomaba entre las nubes (mal negocio ese día).

Rovinj, Croacia

Pirán en Eslovenia

Esa noche nos fuimos a acostar con un buen sabor de boca, como se merecía nuestra última noche en Croacia. Hicimos un balance del viaje y los días que estuvimos y la verdad es que aprovechamos muy bien el tiempo, y exceptuando al principio con la paliza del coche, lo demás fue muy tranquilo y sin prisas. Fueron en total 13 días enteros en Croacia y no nos dio la sensación ni de poco ni de mucho. Vimos muchas cosas, pero dejamos otras tantas por ver.

Al día siguiente partimos rumbo a Venecia donde teníamos reservado un alojamiento en un camping por dos noches, pero por el camino aprovechamos para hacer una parada en el pueblo esloveno de Pirán. Realmente no mereció mucho la pena. Es un pueblo bonito, pero no mucho más diferente a lo que habíamos visto ya. Tiene una plaza enorme donde puedes ver a su más célebre lugareño, el violinista Guiseppe Tartini, que daba nombre a la misma plaza.

Pirán, Eslovenia

De allí subimos a lo más alto del pueblo (con lo que nos gusta subir cuestas) donde se encuentra la iglesia de San Jorge. Bajando nos metimos en un monasterio donde pudimos escuchar desde el claustro como cantaban canto gregoriano, lo cual me impresionó porque nunca lo había escuchado en directo y es una pasada.

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Acerca de Víctor del Pozo

De profesión comercial y desde el 2008 escribiendo mis viajes en este blog. Viajando de forma responsable pero con la ilusión de un niño. Puedes cotillear un poco de mi vida aquí

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