Excursión contrastes de Nueva York y viaje en helicóptero

Otra mañana más y como era costumbre desayunamos en el Café28 y esta vez más tempranito porque teníamos que ir hacia el hotel desde donde salía la excursión de «contrastes de Nueva York». Esta excursión es la única que contratamos guiada porque ir al Bronx por libre no nos hacía mucha gracia y así aprovechamos para ver Queens y Brooklyn. Esta es una excursión que merece mucho la pena realizar ya que para una semana que se va a la ciudad no se suele perder un día en ir a visitar estos barrios y con esta excursión los puedes ver, o al menos hacerte una idea.
El hotel desde donde salía la excursión estaba al lado del edificio Chrysler, y de hecho es en este edificio donde nos tuvimos que bajar del metro puesto que tiene una parada en su interior.

Excursión contrastes de Nueva York

Este día se nos levantó un poco lluvioso, pero no habría mayor problema porque la mayoría del tiempo estaríamos dentro del autobús. Salimos dirección al Bronx y otra vez nos sorprenden las vistas de Manhattan desde uno de los puentes…

El Bronx

La primera parada que se hace en esta excursión de contrastes en Nueva York es en el estadio de béisbol de los Yankees. Realmente la parada es para bajar al lado del estadio pero no se entra, así que te quedas igual.

Y justo saliendo del estadio empezamos a ver el auténtico Bronx y los famosos graffitis. A esas horas de la mañana no te encuentras a mucha gente por la calle y también nos dijeron que se hacía precisamente a esas horas la excursión porque es menos peligroso, aunque la verdad, tampoco parecía muy seguro el sitio. Nada más salir del estadio, te encuentras con el primer graffiti que está dedicado a las viejas glorias del equipo de los Yankees.

Cada graffiti en el Bronx tiene su propia historia y estas suelen ser trágicas. En todos ellos siempre salía dibujado alguien que había muerto a causa de algún ajuste de cuentas o simples peleas entre bandas. En este que os muestro más abajo fue su propio hermano el que le “vendió” a los chicos de la otra banda, pero no me acuerdo ahora cuál fue el motivo. Lo que sí es seguro es que acabaron con su vida y le recuerdan de esta manera.

La siguiente parada, es simplemente curiosa, justo en las puertas de una comisaria donde se rodó la película Distrito apache de Paul Newman. Allí os podréis hacer alguna foto con algún coche patrulla, pero vamos… que tampoco es nada del otro mundo.

En sí lo que más gusta de esta excursión por el Bronx es realmente el barrio. Los graffitis en cada esquina y el ambiente tan desolador y distinto a Manhattan en tan solo unos kilómetros de distancia. Una de las historias que nos contaron (y que me imagino que a todo el que haga la excursión), fue la de las zapatillas colgadas por los cables de la luz.

Cada vez que hay alguna pelea entre bandas (de aquí han salido los famosos Latin Kings por ejemplo) y alguno muere, los “colegas” le cuelgan las zapatillas en los cables con la intención de homenajearle. Si esto es verdad, realmente es sorprendente ver la cantidad de zapatillas que hay colgadas y la de historias que se han tenido que vivir en esas calles, como por ejemplo la del siguiente graffiti, que es uno de los más famosos… el de Amadou Diallo.

Amadou Era un chico guineano de 22 años que murió la noche del 4 de febrero de 1999 justo a las puertas de los apartamentos del Bronx donde residía. Unos agentes de policía dedicados a neutralizar los delitos violentos de la ciudad confundieron a Amadou con un violador y tras un «mal entendido» le acribillaron con 19 balazos. La versión de los agentes fue que tras no obedecer la orden de alto, Amadou se llevó las manos al bolsillo y sacó algo de color oscuro del pantalón. Los agente pensando que sería un arma de fuego optaron por reducirlo de la manera tan drástica como lo hicieron. El objeto que desató la masacre era en realidad una cartera donde tenía su documento personal para poder documentarse…. Diallo iba desarmado.

En el lugar de los hechos se ha homenajeado a Amadou como normalmente se hace, con un graffiti. En él se ve a Amadou Diallo junto a su lápida y una estatua de la libertad negra donde la cara del símbolo americano es una calavera. También se ve a unos policías encapuchados representando a los Ku Klux Klan bajo una bandera americana y un mensaje que dice… “American dream”. Otro pequeño homenaje —esta vez por parte de la ciudad y tras años— ha sido el darle su nombre a esta misma calle.

Otra de las historias que nos contaron fue la de Jonathan. Contaban que en una pelea entre pandilleros en plena calle se liaron a disparos y justamente pasaba un niño pequeño por medio y se llevó uno de los disparos que acabó con su vida en el momento. En ese mismo lugar, se le hizo un graffiti y la gente acude a recordarlo y ponerle juguetes debajo del retrato.

No todos los graffitis eran por que hubieran participado en peleas y acabaran de malas maneras. Por ejemplo, en este de más abajo es para recordar al ya fallecido rapero Big Pun, muerto por un infarto, junto al estadio de los Yankees de fondo.

Queens

Después del Bronx nos fuimos a visitar Queens pasando antes por un barrio muy pequeño donde había mansiones. De allí nos fuimos a la zona de la Expo donde se encuentra el estadio donde se juega el abierto de EEUU de tenis. Digamos que Queens es la «ciudad dormitorio» de Nueva York. Nos bajamos y nos encontramos con unos «platillos volantes» que salen en la película de Men In Black, en la última escena de acción donde un bicho enorme trepa por la columna para poder escapar con estas naves.

También vimos la famosa bola del mundo donde también nos hicimos la típica foto sujetándola.

Queens es conocido también por ser el barrio en el que más hispanos viven y fuimos a comprobarlo. Y cierto… esta lleno, sobre todo, de mexicanos.

Brooklyn

Desde Queens nos dirigimos a Brooklyn con el autobús y pasamos al lado de un cementerio gigantesco desde donde además se podía ver de fondo todo Manhattan.

Brooklyn es un barrio judío ultra ortodoxo y lo de ultra no es por exagerar. Vimos autobuses como los que había en todas partes, pero aquí tienen unas cortinas en el medio para separar a las chicas de los chicos. Además, cada dos pasos te cruzabas con un rabino auténtico con sus características indumentarias. Las mujeres nos contaron que no tenían pelo. Se afeitaban la cabeza y que cuando salían a la calle se ponían pelucas. Este sí que me pareció un barrio tranquilo y nada peligroso.

Montar en helicóptero en Nueva York

Después de pasear un poco por Brooklyn, dejamos de lado a los llamados «amos del mundo» para dirigirnos hacia Manhattan para concluir la excursión. Nuestra siguiente intención era montar en helicóptero sobre Nueva York y para ello nos dirigimos por Marginal St. hasta una zona de helipuertos donde la gente también los utiliza como medio de transporte «cotidiano» para llegar a sus casas en Brooklyn u otras islas de alrededor. La excursión en helicóptero por Nueva York es totalmente recomendable porque es una experiencia única si no te has montado nunca en uno de estos aparatos y encima con las vistas de esta ciudad bajo tus pies. Nosotros cuando fuimos (agosto 2006) creo recordar que fueron 50$ la más barata que es la de la estatua de la libertad, y 100$ la que te lleva por el lateral de la ciudad hasta el Central Park. Nosotros cogimos la baratita para tener la experiencia y ver sólo la estatua, pero se tuvieron que confundir y nos dieron la vuelta hasta el Central Park. Y unos amigos que pagaron la del Central Park les llevaron a ver el estadio de los Yankees, que también era más cara que la que habían pagado, así que lo más probable es que me confundiera al mirar los precios.

Esta excursión antes de los atentados de las Torres Gemelas tenía que ser más espectacular porque te pasaban entre los edificios, cosa que ahora tienen totalmente prohibido y siempre vas sobrevolando el mar, excepto la más larga, que como te llevan hasta el estadio de los Yankees, tienen permitido pasar por una franja poblada pero siempre fuera de la zona de rascacielos.

Desde aquí también vimos el portaaviones Intrépido, que fue la espina dorsal estadounidense en la II Guerra Mundial y guerra del Vietnam. Ahora es una joya que se expone en el museo marítimo y aire.

Una vez aterrizamos nos fuimos a pasar el resto de la tarde al muelle 17 que es un centro comercial y que suelen hacer espectáculos en la calle. En esta ocasión se estaba montando un concierto de música disco tipo fiebre de sábado noche y estuvo muy divertido. Hasta el comienzo estaba todo lleno de negros (incluso vimos a uno que por la mañana estaba en el Bronx haciendo pesas en la calle… y ahora estaba allí… fijo que vino corriendo) bailando con el hilo musical que tenían puesto y al final nos contagiaron y nos pusimos a bailar con ellos.

Además, en este centro comercial, hay un mirador para podernos relajar tomándonos una cerveza y ver las vistas de Brooklyn y su puente.

La verdad es que este muelle debería ponerse como visita obligada para pasar un rato. Ya a la salida, nos encontramos con un tío que empezaba a hacer un espectáculo de contorsionismo alucinante, doblándose de mil maneras y metiéndose en un cubo minúsculo. El tío era alucinante y gracias al numerito se llevó una buena pasta.

Acabamos el día dando un paseo tranquilamente hasta el hotel y ya casi despidiéndonos de la ciudad. Los dos siguientes días lo íbamos a tener de libre elección. Algunos se fueron a algún museo y otros nos fuimos a Times Square a ver tiendas espectaculares y a ver el Rockefeller y más rinconcitos de la ciudad.