Llegamos a Bergen y aparece la lluvia

En el día de hoy nuestro destino sería la ciudad de Bergen. Nos levantaríamos sin madrugar, tranquilamente y desayunando en la cabaña. El cielo nublado presagiaba un día de lluvia, pero de momento no caía ni una gota, aunque la temperatura había bajado unos grados respecto a los días anteriores y nos dirigíamos a Bergen, por lo que teníamos altas probabilidades de que nos lloviera ese día.

Fiordo de los sueños

Pusimos rumbo hacia el embarcadero donde teníamos que coger el primer ferry para atravesar el fiordo de Sognefjord. Pero aún nos quedaría esperar un poco a que llegara otro barco, pues justo cuando llegamos se iba uno. Los precios de los ferry no los tengo apuntados, pero todos los que cogimos rondaron entre 100 y 180 koronas los cuatro y el coche. Cuando llegó el ferry, subimos y nos bajamos del coche para disfrutar de este “mini crucero” por el fiordo. El viento era incómodo y frío, pero las vistas que teníamos bien lo merecían. El nombre de “fiordo de los sueños” no tiene nada que ver con lo que realmente significa Sognefjord, si no que en realidad este nombre es debido a la fuerte corriente en la desembocadura en el mar del Norte. El Sognefjord es el fiordo más largo de Noruega con más de 200 km de largo y lo que más me sobrecogía era saber que en algunos puntos llega a alcanzar ¡¡¡más de 1300 metros de profundidad!!! No es de extrañar que en la segunda guerra mundial, estos fiordos hubieran servido como escondite a ciertos buques o submarinos.

¡Del viento que hacía no se me oía nada!

Cuando llegamos al otro lado del fiordo continuamos hacia el pueblo de Aurland a través de una carretera de montaña muy frondosa y en la que hicimos más de una parada para observar el paisaje. Aunque todavía no había llovido mucho por Noruega, el agua se despeñaba desde lo alto de las montañas y seguía su curso a través de toda la vegetación.

El camino no tenía pérdida, pero preferimos preguntar a los lugareños para saber si íbamos por el camino correcto.

Ya casi en Aurland, topamos con el mirador Stegastein que se adentra en el vacío para asomarse al vertiginoso paisaje que nos ofrece el fiordo de Aurland.

Mirador Stegastein

Mirador Stegastein

Mirador Stegastein

Mirador Stegastein

Con el coche descendimos por una carretera que debería estar prohibido ir a más de 20 km/h, ya que las vistas que se tienen hacen que inevitablemente se mire continuamente al vacío

En Aurland simplemente nos bajamos a comprar algo de provisionamiento y continuamos hacia Flan en el que estuvimos debatiendo un rato si hacer la ruta en tren o no, pero francamente no creo que viéramos mejores vistas que las que estábamos disfrutando con el coche.

Naeroyfjorden

En el pueblo de Gudvangen nos desviamos a la derecha para adentrarnos por una carretera estrecha que bordeaba Naeroyfjorden, otro brazo del Sognefjord en el que la UNESCO se ha fijado para declararlo patrimonio mundial. Proseguimos la carretera hasta que llegamos al final de ella, tanto que tuvimos que dar la vuelta dentro de la propiedad de una casa… Los hombres fliparon al vernos allí… jejeje. Justo al lado había unas mesas y unas sillas y aprovechamos para hacernos unos bocadillos y comer. ¡¿Dónde mejor íbamos a estar?!.

Una pareja de noruegos se estaban preparando con una canoa para adentrarse en las oscuras aguas del fiordo y cuando se fueron nos quedamos allí solos, sin ruidos, sin nadie. Y es que sorprende ver la inmensidad del lugar y no escuchar nada. El paisaje rodeado de altas montañas y esta agua tan calmada sosegaba el alma. Incluso por el estado de nirvana que estábamos experimentando nos pareció ver a algún barco vikingo… Lástima que no coincidiéramos con ellos para que nos invitaran a una de sus famosas cervezas.

Naeroyfjorden

Naeroyfjorden

Volvimos hacia atrás y continuamos en dirección a Bergen. Antes de entrar en la ciudad nos pusimos a buscar un camping por las afueras y tras dar mil vueltas mirando uno y otro, al final nos quedamos en “Lone Camping”, a unos 20 kilómetros de Bergen en la carretera 580. El precio fue de 800 koronas, el más caro que pagamos y no era nada del otro mundo. No quedaba mucho de tarde, pero si lo justo para acercarnos a Bergen a tener un primer contacto.

Paseando por Bergen

Bergen fue fundada en el año 1070, y llegó a ser la capital de Noruega hasta el año 1299. Hoy en día se trata de la segunda ciudad más grande del país tras Oslo. Ha sufrido todo tipo de catástrofes, desde la peste negra hasta bombardeos en la II Guerra Mundial, pasando también por ataques de piratas, batallas navales y numerosos incendios. Más suerte tuvieron cuando en el siglo pasado encontraron petróleo en el mar del Norte… «los nuevos ricos» les llamaban. Hoy en día es una ciudad tranquila que en el año 2000 la declararon capital europea de la cultura.

Bergen

Con el GPS llegamos hasta el mismo centro de la ciudad y aparcamos al norte del famoso puerto en un barrio lleno de casas blancas de madera. Paseando por su empedrada calzada hacia el muelle dimos de lleno con el funicular floibanen, el cual lleva aquí desde 1918 y sube hasta lo alto de la montaña Floyen a turistas y locales.

Bergen

Como la tarde estaba bastante avanzada, vimos interesante subir en este momento para ver un poco el anochecer desde lo alto, pero sobre todo porque el tiempo nos estaba respetando y todavía no llovía nada sobre Bergen. La entrada al funicular es una verdadera pasada, 70 koronas el billete de ida y vuelta. Me parece un poco exagerado, pero bueno… La gente también lo utiliza para llegar a sus casas que están en la ladera de la colina y hasta llegar arriba se para alguna vez para dejar o recoger pasajeros. El punto más alto al que sube es un mirador a 320 metros de altura y realmente hay unas vistas impresionantes de Bergen.

Bergen

Un restaurante, una tienda de suvenires y un sendero que se adentraba como en un parque. Pero no era momento de ponernos a andar por allí. Íbamos a disfrutar simplemente de las vistas de Bergen anocheciendo.

Bergen

Bergen

Al rato volvimos a coger el funicular para dirigirnos tranquilamente al cercano muelle de Bergen. Este lugar es más conocido por el nombre noruego de Bryggen y aquí se pueden ver las antiguas casas de madera que los mercaderes de la liga Hanseática utilizaban para comercializar y almacenar su producto, siendo este embarcadero uno de los más importantes puntos comerciales del norte de Europa en la edad media. Reconstruidas tras varios incendios (recordar que todo este barrio está echo en madera), la UNESCO lo acogió como patrimonio mundial en 1979 y hoy en día se puede pasear por algunas de sus calles.

Bergen

Ese día ya era tarde y muchos de los puestos de pescados que ponen en el muelle se encontraban cerrados, así que nos fuimos hacia el coche para irnos al camping. De camino al coche pudimos ver un poco la juerga nocturna de Bergen, donde muchos aprovechan sus barcos para improvisar pequeñas discotecas mientras que otros hacen botellones donde buenamente pueden. En las puertas de algunas discotecas se aglomeraban grupos y grupos de jóvenes ya con una buena mezcla de alcohol en su cuerpo y pudimos ver lo calurosas que eran las chicas noruegas, con temperaturas de 10 grados y ellas con minifaldas que literalmente se las veía todo. La verdad que auténticas muñequitas de porcelana.

Al día siguiente dejamos el camping y nos fuimos directamente a disfrutar un poco más de Bergen. El coche lo dejamos en un parking cercano a la iglesia de Santa Maria, el edificio más antiguo que existe ahora mismo en Bergen, pero que no pudimos disfrutar de él porque estaba cerrado por restauración.

Bergen

Este día sí que no nos libraríamos de la lluvia y nada mas pisar el muelle empezó a caer una lluvia suave pero constante. Pero los puestos de comida que se exponían a lo largo de toda la acera no paraban sus quehaceres. Pudimos probar en ellos algunos productos como panes, embutidos variados o quesos.

Bergen

Bergen

Nos metimos de nuevo por las calles de Bryggen, pero sobre todo para resguardarnos un poco de la chupa de agua que caía en ese momento. Aquí sobre todo se trata de pasear y hacer alguna foto, ya que hay muchas casas que están cerradas o son simples tiendas de arte, suvenir o restaurantes.

Bergen

Bergen

Bergen

Bergen

En una de ellas pudimos ver unas espléndidas casas de muñeca con todo tipo de detalle. Estuvo realmente curioso.

Bergen

Volvimos a salir a los puestos de afuera y de picar tanto acabó entrándome hambre y nos fuimos a ver si probábamos el salmón de Noruega. En los puestos que hay al principio del puerto se exponen delicias de este exquisito pescado, ya sea ahumado o marinado, pero además hay otros muchos productos para poder elegir. Un puñado de españoles trabajan aquí y con uno de ellos estuvimos charlando un poco y nos dio a probar algunos salmones e incluso carne de ballena que nunca había probado. Finalmente no me pude aguantar y me compré un tentempié de salmón marinado… y si… estaba bueno, pero como el que puedes probar aquí en España (eso, o soy yo poco exigente…).

Bergen

Paseamos un poco más por la zona del puerto, pero decidimos no entretenernos mucho más tiempo allí, porque con la lluvia se estaba haciendo incómoda la visita.

Bergen

En los días anteriores habíamos estado decidiendo que hacer cuando saliéramos de Bergen y al final, por los pocos días que teníamos, decidimos tirar directamente hacia la zona del púlpito y establecernos allí dos días. Eso sí, iríamos por el interior de Noruega y no en ferry por el mar para no perdernos el increíble paisaje de la carretera 13.

Victor del Pozo

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Acerca de Víctor del Pozo

De profesión comercial y desde el 2008 escribiendo mis viajes en este blog. Viajando de forma responsable pero con la ilusión de un niño. Puedes cotillear un poco de mi vida aquí

14 Respuestas a Llegamos a Bergen y aparece la lluvia

  1. Alar dice:

    Qué bueno el salmon del puerto, eh??????????jajajaja..
    Un beso!!!

  2. Vaya acabo de dar con este blog mirando temas de China y creo que ha sido un gran descubrimiento, ya luego me he puesto a leer esta interesante visita a Bergen.

    Por cierto estuvimos el fin de año pasado en el mismo lugar, tengo en mi blog fotos calcadas a las tuyas, como caemos en los topicazos xDDD

    Bueno me iré pasando frecuentemente para ver que nos vas contando 😛

  3. fran dice:

    Alucinante el relato, los paisajes, las fotos… hasta los lugareños peludos me han gustado. Y Bergen tiene muy buena pinta.
    Gracias por la entrada.
    Fran.

  4. Victor, aprovechando la entrada de Bergen (por lo que te preguntaré en 10 días cuando nos veamos en persona) te comento.. NO TE OLVIDES DE APUNTAR MI MOVIL para el domingo que estás en Santiago. Te llamaré seguramente ese Sábado

    Hasta vas a tener suerte con el tiempo.. jejejej

  5. Toni dice:

    Qué buena pinta tiene Bergen con esas casas de madera…lástima de la insistente lluvia.

    Ya llegamos al púlpito, genial!

    Un saludo!

  6. Victor dice:

    Si que tenía buena pinta Bergen, pero no pudimos disfrutar mucho de ella. Ahora llegaremos al púlpito que lo distribuiré en dos relatos… Madre que vertigoooo!!! jejejeje

    Un saludo!

  7. Iker dice:

    Por lo que puedo ver Noruega no decepciona en ningún momento. Bergen tiene pinta de ser increíble, pero si me quedo con algún momento de este día es con el mirador que visitasteis, me parece unas vistas espeluznantes pero que maravillan y cautivan.

    Saludos!! Iker

  8. Blai dice:

    Victor, la verdad es que los paisages de los fiordos impresionan a cualquiera… Y recorrerlos en barco aún es más espectacular… Te sientes en medio del todo y de la nada, con los imponentes picos a lado y lado…

    Si que es verdad que en Bergen llueve muchísimo.. Nosotros tuvimos mucha suerte y ningún día nos llovió, es más, no nos hizo ni una sola nuve… Lo disfrutamos mucho e incluso nos encaminamos por el camino desde lo alto de la colina a la que se accede con el Floybanen, hasta la ciudad.

    Que bien.. voy a continuar leyendo!

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